El próximo martes saldrá a la venta el libro escrito por el presidente del Gobierno Pedro Sánchez. En él, el secretario general del PSOE relata, desde su propia experiencia, los sucesos más relevantes que ha vivido España en los últimos años, desde su reelección como líder socialista hasta la crisis del Aquarius.

Entre los fragmentos más destacados de la obra 'Manual de resistencia', que este domingo publican varios medios de comunicación, destacan los encuentros que el secretario socialista mantuvo con Rajoy en vísperas a la celebración del 1-O y la consiguiente aplicación del artículo 155.

Sánchez explica, de forma detallada, que durante el mes de agosto de 2017 se vio con el entonces presidente del Govierno para trasladarle "la garantía de que el PSOE se opondría a cualquier tipo de consulta ilegal o referéndum unilateral para quebrar el ordenamiento constitucional". Califica de "inequívoco" el apoyo del PSOE en la defensa del Estado y destaca su petición para que el 1-O "no se cometieran errores ni excesos". También cuenta que Rajoy le aseguró que "concedía mucha importancia al hecho de transmitir normalidad a la opinión pública internacional" para no "echar gasolina al victimismo independentista".

Sin embargo, la conclusión que extrajo el actual presidente del Gobierno de aquellos encuentros fue que "en agosto de 2017 Rajoy todavía pensaba en la posibilidad de reconducir el debate político después del 1-O". Algo que a Sánchez le parecía "una ilusión". Aún así, explica, "ni él me planteó entonces aplicar el 155 ni yo le vi con ninguna gana de hacerlo. Acordamos que actuaríamos de forma coordinada y él se comprometió a consultarnos los pasos que diera el Gobierno".

En sus páginas, Sánchez también desvela aspectos, hasta ahora desconocidos, de las conversaciones que mantuvo con el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, al que tacha de persona "no fiable", a raíz de su supuesto comportamiento en la moción de censura que echó a Rajoy del Gobierno de España.

"El lunes previo a la moción hablo con Pablo Iglesias. Al mismo tiempo, le envío un mensaje a Albert Rivera para pedirle que hablemos de ello. Él me responde que mejor que eso lo hablen su hombre de confianza, José Manuel Villegas, y José Luis Ábalos, y si hay algo más importante ya lo tratamos nosotros después. A mí me parecía que un cambio de Gobierno era el tipo de cuestión de primera magnitud que debíamos abordar los dos líderes de nuestros respectivos partidos, pero, en fin. Ese mismo día, Rivera empieza a contar a la prensa que yo no le he llamado porque quiero pactar con los independentistas y romper España. Intoxicación pura y dura. Después de haberse negado a verse conmigo, me acusa de no haberle llamado: el tipo de comportamiento que convierte a las personas en no fiables".

Volviendo al tema catalán, Sánchez califica de "bucle de más de cinco años" el proceso independentista. Carga contra Rajoy porque "desde 2012, él siempre prefirió reaccionar a los actos del independentismo, en lugar de tomar la iniciativa" y destaca el papel del Partido Socialista de Cataluña y de su líder, Miquel Iceta, al actuar de puentes entre el Gobierno de Rajoy y el PSOE: "El impulso se realizaba a través del grueso de la información, que procedía del PSC, de ahí el extraordinario papel que desempeñó en toda la crisis".

Ruptura con Rajoy

Uno de los aspectos más íntimos del ensayo de Sánchez es la parte en la que habla de la evolución en la relación con el entonces presidente del Gobierno Mariano Rajoy. Reconoce que el tema catalán terminó por crear "confianza" entre ellos y explica que en sus conversaciones "no sólo hablamos de lo político sino también de lo personal, de lo que significa ser presidente del Gobierno, las dificultades o facilidades con otros Gobiernos, la relación con el líder de la oposición, y un sinfín de cosas más"; y añade: "Poco a poco me doy cuenta de que Rajoy trata de generar empatía en nuestra relación".

Ambos, unidos por "la defensa del Estado, en su más amplio sentido", romperán esa complicidad tras el 1 de octubre de 2017: "Rajoy afirmaba que no habría urnas y se equivocó". La actuación de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado aquel día en Cataluña y los pasos posteriores del Gobierno, acosado por los casos de corrupción, evidenciarían un distanciamiento que llevaría a Sánchez a la Moncloa apoyado por los partidos nacionalistas y Unidos Podemos tras triunfar, por primera vez, una moción de censura en España.