El pasado martes se presentó el proyecto Devolver al mar lo que es del mar y desde ENCLAVE ODS pudimos conocer de primera mano su implementación. Único en su especie y fruto de la colaboración entre Natural Art Reef, Grupo BMW España y distintas entidades y autoridades del puerto de Torredembarra, se trata de un proyecto que busca revitalizar esta zona y crear un pulmón natural donde prolifere la vida submarina. 

Tanto la montaña y el parque subacuático son un proyecto único. Es la primera vez que se hace. La característica que diferencia a esta montaña de otros arrecifes es su composición, ya que está formada con 40.000 toneladas de carbonato cálcico, extraídos de una cantera a 15 kilómetros de la costa que hace 25 millones de años era una barrera de coral. La esencia de la iniciativa apuesta, literalmente, por “devolver al mar lo que es del mar”.

También es la primera vez que se usarán biotopos o arrecifes como sistemas de fondeo, sustituyendo a las anclas, para facilitar el amarre de los barcos y proteger, por consiguiente, el fondo marino.

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Tras la presentación, este periódico pudo conversar con Pilar García de la Puebla, directora de Comunicación y Relaciones Institucionales del Grupo BMW España, para conocer de primera mano la implicación del grupo automovilístico en el proyecto. 

"BMW Group se vincula con la iniciativa en 2021 y desde entonces hemos estado en estrecho contacto con Natural Art Reef", explica García. Natural Art Reef es la entidad que ha diseñado e impulsado la iniciativa. Lo que les atrajo de ellos fue "su idea de preservar el fondo marino y ofrecer un pequeño pulmón donde se necesita", reconoce.

Y el mar Mediterráneo lo necesita, y mucho. Está sufriendo las peores consecuencias del cambio climático, con unas temperaturas que aumentan un 20% más rápido que la media mundial y unas subidas del nivel del mar que se prevé superen el metro para el año 2100, según un estudio de WWF publicado en 2021. 

Un modelo de gestión ambiental

En este proyecto, "el impacto medioambiental es el principal foco", destaca García. "Servirá como modelo de aprovechamiento de los servicios ecosistémicos de la zona del Mediterráneo". 

Se estima que hay más de 900 especies invasoras en el mar Mediterráneo. La mayoría se estarían colando por el canal de Suez, en lo que se conoce como migración lessepsiana. Si bien no todas son peligrosas, existen algunos peces, como los peces león (pterois) que se han convertido en depredadores.

Por el momento, se han avistado principalmente en la región oriental del Mediterráneo, pero algunos científicos advierten que podrían llegar a poblar zonas en el Mediterráneo Occidental. 

Esto pone en peligro la supervivencia de las más de 17.000 especies marinas que campan sumergidas en sus aguas. "La reducción de especies, la crisis climática y el aumento de temperaturas son un cóctel letal para el futuro del mar Mediterráneo", destaca García. 

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Por eso, se está fomentando la creación de un espacio, el Biotop, donde se asienten y reproduzcan las especies autóctonas. Es el caso del gallo de San Pedro, una especie que se ha empezado a ver en la megaestructura marina, y que según el oceanógrafo y responsable del puerto de Torredembarra, Oriol Milà, "no vemos en la zona desde hace varios años". 

Servicios ecosistémicos

El impulso a la biodiversidad marina fomentará el turismo de buceo y potenciará la actividad pesquera de la zona. En este último aspecto, "nuestro grupo ha financiado los 10 biotopos y las boyas que se colocarán en la montaña de carbonato cálcico", destaca la directora de comunicación del Grupo BMW España. 

Las boyas servirán como punto de ancla para los barcos que circulen por la zona, mientras que las balizas delimitarán el espacio de la reserva. Una primera etapa del proyecto consistirá en "la colocación de la montaña, que actúa como un pulmón natural y de hogar para las especies marinas", detalla García. Después, "se colocarán los biotopos". Y finalmente, "se instalarán las boyas y la balizas".

Tanto la actividad recreativa como la pesquera se limitarán, puesto que se trata de un proyecto ambiental. Milà explicó que "habrá una limitación de buceos y determinados horarios para el uso del espacio". Y se habilitará un espacio determinado para que los barcos pesqueros faenen. "La concesión va a tener una zona de amortiguación periférica —fuera de la concesión— que será de uso exclusivo de los pesqueros", detalla Milà. 

"El uso intensivo y continuado de este tesoro ha llevado a consecuencias negativas. Por eso, es prioritario tomar conciencia y cuidar el medioambiente", concluye García.