Torre de control de tráfico aéreo

Torre de control de tráfico aéreo iStock

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Olga Abad, experta en gestión del tráfico aéreo, desvela los secretos de los radares: “Volar es seguro”

La directora de soluciones CNS de Indra explica a ENCLAVE ODS cómo funciona el innovador radar 3D que permite instalar parques eólicos cerca de los aeropuertos. 

11 enero, 2023 10:09

A todos los amantes de los aviones les debe sonar esas famosas esferas negras con círculos concéntricos de color verde fosforito que determinan la localización de los aviones. El cine, por ejemplo, está cargado de referencias a este tipo de aparatos. Incluso Luke Skywalker manejaba uno dentro de su nave de combate X-Wing al combatir al Imperio en Star Wars.

Sin embargo, Olga Abad, directora de soluciones CNS en la unidad de negocio de gestión del tráfico aéreo (ATM) de Indra, señala que esa idea de los radares ha quedado obsoleta. “Ya no son esas pantallas de fósforo verde, sino unos cuantos monitores grandes con mucha más información y una presentación mucho más precisa”, explica. 

Precisamente, su empresa ha sido una de las compañías más innovadoras en este ámbito. Uno de los grandes ingenios del equipo de Indra ha sido la creación de un radar que revolucionará la sostenibilidad en el sector. El radar PSR 3D, como es conocida esta tecnología, permitirá instalar parques eólicos y solares en los alrededores de los aeropuertos gracias a su alta resistencia a las interferencias. 

Olga Abad

Olga Abad Indra

Abad es una de las grandes expertas del mundo en este tipo de sistemas. En su trabajo, define los productos de vigilancia (desde su desarrollo, su instalación y mantenimiento hasta el seguimiento de los clientes y los competidores); gestiona importantes proyectos de radares en Europa y Oceanía; y, lidera el equipo de ingeniería para la implantación de los productos de Indra en diferentes países. 

Aunque parezca que ningún ser humano podría hacer todo eso a lo largo de su jornada laboral, para la directora de soluciones CNS, esto es posible gracias a que tiene un gran equipo. “La gente que trabaja conmigo es maravillosa”, comenta. “Yo al final los coordino, los dirijo, pero ellos son los que realmente lo hacen posible”. 

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¿Nos podría explicar cómo funciona exactamente un radar? 

Existen varias clases de radares. Por un lado, están los que llamamos radares primarios, que emiten una señal que se refleja en el fuselaje del avión y esa señal reflejada es la que detecta el radar y posiciona exactamente por una diferencia de espacio-tiempo dónde está el avión en el aire. Se mide el tiempo que ha tardado la señal en ir y volver, y a partir de ahí se calculan los datos de posición del avión.

Por otro lado, están los sistemas cooperativos (radares secundarios o sistemas de ADS-B). En este caso, es el avión el que le dice a nuestro sistema dónde se encuentra posicionado. 

¿Cómo han ido evolucionando estos sistemas? 

Nuestros sistemas han evolucionado mucho a lo largo de estos 40 años, pero fundamentalmente incluyen técnicas de detección muy avanzadas, con algoritmos complejos que permiten identificar de una forma muy precisa dónde está el avión en el aire; lo identifican con una etiqueta concreta y única para que no se confundan los distintos aviones entre ellos. Y esa señal se recibe en nuestros radares y, a través de equipos de comunicaciones, se envía hasta la pantalla del controlador. 

¿Cómo es el proceso que atraviesa un radar desde que es diseñado hasta que llega al mercado?

Nos encargamos de diseñar la tecnología de detección y los algoritmos; fabricamos y construimos el hardware; el software que compone el radar; y lo sometemos a unas pruebas en fábrica para que tanto a nivel componentes como a nivel de módulo estemos seguros de que el radar realiza su función. 

Todo ello antes de ubicarlo en su sitio definitivo, que es la típica torre alta con un radomo —la bola blanca— en los aeropuertos. Ahí debajo hay una antena que da vueltas. Ese es el radar. 

La información que detectamos en el radar viaja a través de un sistema de comunicación convencional que puede ser fibra óptica, un radio enlace, VSAT… Y llega hasta el centro de control. Es ahí donde el controlador se encarga de gestionar por dónde van los aviones. 

Entonces ¿están todos los aeropuertos conectados entre sí? 

Todo el control de tráfico aéreo en un país lo gestiona habitualmente lo que llamamos el ANSP, que es el proveedor de servicios de navegación aérea. Normalmente, cada país gestiona su espacio aéreo, aunque hay organismos como Eurocontrol, que gestiona el flujo de tráfico de la red ATM europea, en colaboración con los ANSP. 

Cada país determina cuáles son sus radares y dónde se instalan. Ellos son los que ofrecen la infraestructura que luego se comunica por una red de comunicaciones básica con los distintos aeropuertos y los distintos centros de control. 

En el sector de la aviación ha estado muy conectado el sector de la defensa y el civil, ¿tienen alguna relación? 

Los radares de control de tráfico aéreo se utilizan tanto en el ámbito civil como en el militar, ya que detectan cualquier objeto que vuele en el aire. Eso afecta tanto a las maniobras militares como a los aviones convencionales de ruta. 

Tienen muchos aspectos en común, aunque en el caso de defensa, los sistemas son mucho más complejos porque los aviones no siguen una ruta trazada, sino que el avión puede ir por donde quiera y normalmente por espacios regulados. 

En el tráfico civil, los aviones siguen una ruta trazada y aunque nosotros no veamos carreteras en el aire, en realidad las hay. Los aviones comerciales van por una serie de aerovías que están fijadas. 

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Precisamente, en su empresa han desarrollado una tecnología, el radar 3D, que tiene su origen en el sector militar. 

Sí, estamos muy orgullosos del radar 3D porque es muy pionero en el sector civil. Es una evolución de un radar militar que tenía la compañía. Se llama 3D porque también detecta la altura. Un radar normalmente solo detecta aviones en dos dimensiones: en distancia y azimut. 

Hemos sido capaces de evolucionar una tecnología militar y hoy en día es capaz de detectar aviones muy pequeños e incluso drones en condiciones muy adversas y comprometidas. 

Otra de las innovaciones de este sistema es que supone un gran paso adelante en la sostenibilidad de los aeropuertos. 

Una de las características que tiene este sistema es que es mucho más resiliente a las interferencias que pueda haber en el entorno que los sistemas convencionales. Uno de los problemas que tenían (y tienen) nuestros clientes es que no podían desarrollar parques eólicos cerca de los aeropuertos porque introducían muchas interferencias en los sistemas de navegación, especialmente en los radares. 

Nuestro sistema 3D permite, por su tecnología, que se puedan instalar parques eólicos y placas solares cerca de los aeropuertos sin que le afecte a la señal. 

Para terminar, la pregunta del millón. ¿Cómo es de seguro viajar en avión? 

Os puedo asegurar que nuestros radares y sistemas pasan por controles muy estrictos. Estamos extremadamente controlados y vigilados en el espacio. Es súper seguro montar en un avión.