Berenice Güerri, doctora en biología y CEO de Glen Biotech, es el rostro detrás de una de las empresas más prometedoras de España. Su compañía ha desarrollado un compuesto activo que podría dar una herramienta global al agricultor para el control de plagas y enfermedades. 

Soluciones de este tipo serán fundamentales para la agricultura en el futuro. Según un estudio publicado en la revista Science en 2018, en los tres cultivos de granos más importantes del mundo (trigo, arroz y maíz), la pérdida de rendimiento a causa de los insectos aumentará entre un 10 y un 25 % por cada grado centígrado de calentamiento, afectando más a las zonas templadas como Europa.

Su trabajo ha sido reconocido recientemente por la plataforma Innspiradoras de la Red de Institutos Tecnológicos (REDIT). Además, es una de las 50 mujeres referentes en el ámbito de la innovación y el emprendimiento. 

De la universidad a la empresa

Su historia comenzó como cualquier otra estudiante universitaria. Tenía la aspiración de llegar a trabajar en la industria y poder generar soluciones que pudieran ser palpables para las personas. Sin embargo, el camino no fue nada sencillo. 

En su último año de carrera, fue a una charla de un empresario que organizaba la universidad. Salió completamente horrorizada. “En principio entenderíamos que sería motivadora para trabajar en la industria, pero sus palabras fueron que los biólogos éramos demasiado costosos para formarnos para una empresa. Supongo que en aquella época el I+D+i no se entendía tanto”, señala Güerri. 

Pero no desistió. Para llegar a la industria, se dio cuenta de que necesitaba seguir formándose y decidió iniciar un doctorado en la Universidad de Alicante. “Ahí es donde realmente empecé a cacharrear y a aprender procesos y necesidades”, recuerda. 

Su proyecto de investigación buscó dar soluciones a un problema que acechaba a la Comunidad Valencia en 2005: el picudo rojo estaba acabando con las palmeras. Así, encontró multitud de organismos, entre ellos unos que se llaman hongos entomopatógenos, que son capaces de matar insectos, y seleccionaron el mejor. “Lo que hicimos fue una especie de CSI buscando en el campo lo que estaba causando la muerte de este insecto”, indica. 

Fruto del trabajo, en 2010, surgió Glen Biotech. En aquel momento, estaban de moda las empresas spin off, es decir, "empresas de base tecnológica que tenían su origen en las universidades y transferían el conocimiento y la ciencia a la empresa o al sector privado". La suya fue la primera en salir de la Universidad de Alicante. 

Bioinsecticidas: solución a plagas

El objetivo final de Glen Biotech era crear una herramienta para facilitar la vida al agricultor. Coger un trabajo que ya tenían y conseguir generar un registro fitosanitario a nivel europeo para que pudiera ser utilizado finalmente por un agricultor. Finalmente, a principios de este año, lo lograron. 

No ha sido un logro menor. Según datos de la Asociación Empresarial para la Protección de las Plantas (AEPLA), sólo 1 de cada 140.000 sustancias activas estudiadas logran pasar del laboratorio al campo, en un proceso que dura unos 11 años de media. 

El nombre de la sustancia activa es Beauveria Bassiana 203. Si bien en un principio era la solución a un problema limitado como es el de los picudos rojos, se ha visto que la aplicación de esta sustancia es mucho más amplia y se puede utilizar en diferentes cultivos frente a diferentes plagas. Busca convertirse en una solución global para el agricultor. 

“Beauveria Bassiana 203 no es un producto en sí, va a ser una familia de productos bioinsecticidas con base de un microorganismo que se aisló en la Comunidad Valenciana hace unos años y que sobrevive a ambientes bastante problemáticos como la sequedad que tenemos en la zona de Alicante”, señala Güerri. 

Además, con el cambio climático, la aparición de este tipo de soluciones se antoja como fundamental. “Con más calor, los ciclos se acortan, creando un mayor número de generaciones de insectos por año o incluso apareciendo en zonas donde había este tipo de problemas”, indica. 

Según comenta Güerri, en los últimos años, el 60% de las sustancias activas para mantener a las plantas sanas frente a insectos se han ido eliminando debido a las nuevas políticas europeas. Por eso, tener una nueva sustancia es tan importante para el sector.  

Un futuro brillante 

Fruto de todo el trabajo, a principios de este año Glen Biotech fue adquirida por Symborg, una empresa más grande dentro del sector agrotech, lo que le permitirá expandir su área de actuación. “No teníamos la oportunidad ni la posibilidad de llegar a tantos lugares como los que tenemos ahora”, indica Güerri. 

El valor de mercado de la Beauveria Bassiana 203 se estima en los 900 millones de dólares, según un estudio publicado por Mnemonics Research Analysis. Con una previsión de crecimiento del 16% anual, se espera que en 2027 el valor alcance los 2.500 millones de dólares. 

Su sueño como universitaria de crear algo que pudiera ayudar a las personas está cada vez más cerca. Porque “no es necesario pensar en grandes tecnologías cuando hablamos de innovación; las mejoras pueden llegar de cualquier manera, y en cualquier momento y pueden cambiarlo todo”.