Vivimos un momento decisivo en el camino hacia un modelo económico más circular. La urgencia climática, la presión sobre los recursos naturales y la transformación de los hábitos de consumo exigen respuestas eficaces, no solo desde el ámbito político y social, sino también desde el tejido empresarial.
En este contexto, el papel de organizaciones como SIGNUS Ecovalor cobra una relevancia estratégica. Como nuevo director general de esta entidad, asumo el reto con la firme convicción de que la economía circular no es solo una obligación, sino una gran oportunidad para innovar, generar valor y proteger el medio ambiente.
SIGNUS nace con una misión clara: garantizar la correcta gestión de los neumáticos al final de su vida útil (NFVU)que se generan en España.
Su fortaleza reside en una estructura operativa sólida, que comienza con la declaración de los neumáticos de reposición que los productores ponen en el mercado —actualmente cerca de 300 fabricantes e importadores— y continúa con una red logística que permite su recogida en más de 35.000 talleres distribuidos por toda la geografía nacional, realizándose una recogida cada minuto y tratando 18 millones de neumáticos al año
Este modelo, además, está apoyado sobre una red de instalaciones de transformación que aseguran el tratamiento de los NFVU para convertirlos en recursos útiles para múltiples aplicaciones.
A lo largo de sus dos décadas de existencia, SIGNUS ha demostrado su capacidad para articular un sistema eficiente, cumpliendo con los objetivos de recogida y reciclaje establecidos por la legislación. No obstante, los nuevos tiempos traen nuevos desafíos.
La inminente aprobación de un nuevo Real Decreto que adaptará el marco normativo a la Ley 7/2022 de residuos y suelos contaminados para una economía circular plantea la necesidad de adaptar los procedimientos y reforzar la capacidad de respuesta del sistema. Todo ello en un contexto regulatorio cada vez más exigente.
Entre los retos inmediatos, destaca la necesidad de abordar el desajuste existente entre los neumáticos declarados por los productores adheridos al sistema y los que efectivamente se recogen y gestionan.
Esta diferencia, que puede alcanzar hasta un 8%, tiene un impacto directo en los costes y la eficiencia del sistema. Resolver este desequilibrio requiere una colaboración estrecha con todos los agentes implicados —administración, empresas, talleres y gestores— para identificar su origen y adoptar medidas que refuercen la trazabilidad y el control.
Pero más allá de la eficiencia operativa, el gran reto estratégico es convertir los materiales reciclados procedentes de los NFVU en una materia prima secundaria con valor añadido. Hoy más que nunca, el éxito de la economía circular depende de nuestra capacidad para generar demanda real en los mercados.
No se trata solo de reciclar, sino de reintroducir esos materiales en ciclos productivos donde puedan sustituir a recursos vírgenes. Para ello, debemos identificar sectores de interés y establecer alianzas con empresas e instituciones que estén comprometidas con la innovación y la sostenibilidad.
En este proceso, la labor de SIGNUS debe ser la de un verdadero facilitador: conectando la oferta y la demanda, apoyando proyectos con potencial industrial, y fomentando la investigación y el desarrollo de nuevas aplicaciones.
Desde asfaltos con caucho reciclado hasta elementos urbanos o materiales de aislamiento acústico, las posibilidades son amplias. Pero requieren esfuerzo conjunto, inversión tecnológica y una visión compartida.
Queremos también reforzar nuestro papel institucional como agente de referencia en economía circular, a través de la colaboración y alianzas con la Administración, pero también con diferentes empresas e instituciones como universidades, centros tecnológicos y plataformas de innovación. Este ecosistema es clave para acelerar la transición ecológica en nuestro país.
En los próximos años SIGNUS trabajará para lograr constituirse como una organización aún más eficaz, más transparente y más innovadora. Capaz de anticiparse a los cambios normativos, de generar confianza entre sus grupos de interés y la sociedad en general y de posicionarse como referente nacional en economía circular.
Pero, sobre todo, como una entidad que sigue cumpliendo con su misión esencial: proteger el medio ambiente garantizando la correcta gestión de los neumáticos al final de su vida útil, y generando al mismo tiempo nuevas oportunidades económicas y sociales desde los principios de la economía circular.
El futuro de SIGNUS es, en definitiva, el de un modelo que no puede seguir dependiendo de la extracción y el desperdicio, sino que debe basarse en el aprovechamiento, la cooperación y la innovación responsable. Desde esta convicción, trabajaremos para seguir siendo parte activa de la solución.
*** Carlos Prieto es director general de SIGNUS Ecovalor.