El año 2016 comenzamos a colaborar con la ONG Whale and Dolphin Conservation (WDC), que trabaja a favor de la conservación y la protección de las ballenas y de los delfines. Años después, ya en los inicios de la pandemia, nos fuimos acostumbrando a ver delfines en el Mediterráneo y fue durante ese parón del confinamiento, cuando nuestra empresa se propuso volver a colaborar de manera habitual con esta oenegé para contribuir a cuidar a las ballenas y a los delfines.

Las ballenas son las grandes protagonistas para combatir el cambio climático, ya que uno de estos mamíferos es capaz de absorber hasta 30 toneladas de CO₂, mientras que un árbol absorbe 20 kilos al año. Es decir, que una sola ballena equivale a 30.000 árboles. Sus heces, además, actúan como fertilizante, aumentando la productividad de pequeñas algas. Son, por tanto, una pieza fundamental en el reequilibro de nuestro planeta.

Por este motivo y para conmemorar que el 22 de marzo fue el Día Mundial del Agua, durante todo el mes de marzo pasado, pusimos en marcha una campaña de concienciación y apoyo económico para colaborar con esta WDC –cuyos valores compartimos– que finaliza con un sorteo para que dos consumidores de BRITA puedan realizar un tour de exploración con la oenegé a La Gomera.

Las ballenas, las grandes aliadas para combatir el cambio climático

Las ballenas, las grandes aliadas para combatir el cambio climático iStock

Allí tendrán la oportunidad de ver uno de los espectáculos más maravillosos y únicos que nos ofrecen las ballenas, cuando emergen del mar a la superficie, después de haber expulsado agua como si fueran unas enormes fuentes en medio del agua.

Desde pequeña, veraneo en un pueblo de la costa de Barcelona y veo cada año todos los plásticos que expulsa el Mediterráneo: es realmente terrible, aunque también es una señal clara de que debemos cambiar nuestros hábitos de consumo. Es con este objetivo con el que decidí asumir el rol de embajadora de sostenibilidad en BRITA y, así, poder liderar iniciativas que contribuyan a ello.

Me produce mucha tristeza ver ballenas y delfines muertos de manera accidental por culpa de las redes y las cuerdas de pesca abandonadas en los mares. Y también, la imagen de toneladas de plásticos que vertimos al mar y a los océanos.

Según Greenpeace, de todo el plástico que producimos, sólo el 9% se logra reciclar, mientras que el 12% se incinera y el 79% acaba en vertederos o en el medio ambiente. También es desalentador saber que España está entre los cuatro países de la Unión Europea que más demanda plásticos.

Como decía el genio Leonardo Da Vinci, “el agua es la fuerza motriz de toda la naturaleza”. Y es que, sin agua, la vida en la Tierra es inconcebible.

El número 6 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU es “garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos”. Y una de las personas que más me inspiran a luchar por este objetivo es Helen Ewoton de Turkana (Kenia), que camina durante una hora y media cada día hasta un pozo, para poder encontrar agua para su familia.

Todos podemos contribuir a reducir el agua que consumimos y, así, ayudar a estas mujeres a disponer de este recurso más cerca de sus hogares. Con nuestras acciones individuales podemos conseguir grandes cambios en nuestro entorno. Estoy convencida de que el alcance es exponencial.

"El cuidado del agua era, es y será el motor de nuestra actividad"

Si bien es cierto que los 17 ODS fueron aprobados en 2015 por todos los Estados miembros de Naciones Unidas y forman parte de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, nosotros, como empresa privada, llevamos trabajando a favor de la sostenibilidad desde nuestra fundación, en el año 1966. Porque el cuidado del agua era, es y será el motor de nuestra actividad.

Desde entonces, cada vez más empresas, gobiernos, organizaciones y particulares se están sumando al gran cambio de hacer un mundo más sostenible. Está claro que hay que seguir concienciando sobre la necesidad de la economía circular de las 7 ‘R’, que nos permita reutilizar los plásticos. Pero también, en la medida de lo posible, reducir nuestros hábitos de consumo para evitar ese uso de plásticos.

Estoy convencida de que la mayoría de nosotros compramos objetos de plástico y los reciclamos. Pero hay que ser conscientes de que la mejor solución es no comprar plásticos, porque así evitamos su reciclaje.

Hace muchos años que dijimos adiós a las bolsas de plástico de los supermercados, pero aún queda mucho camino por recorrer para eliminar los plásticos de las botellas de agua, de los productos de plástico de un solo uso, etc.

Nosotros ponemos nuestro grano de arena, porque con cada filtro que comercializamos, conseguimos ahorrar aproximadamente 67 botellas de plástico de litro y medio. Esto supone que una familia de 4 personas, que consume unos 2.200 litros de agua al año en casa, puede llegar a reducir casi 1.500 botellas de plástico al año o ¡50 kg de plástico de un solo uso! Además, conseguimos reducir la huella de carbono, al no tener que producir ni transportar el agua, cuando ya la tenemos en el grifo.

Ya no decimos que hay que dejar un mundo mejor a las generaciones futuras, sino que, si no actuamos eficientemente y pronto, nosotros mismos veremos un planeta inhabitable en poco tiempo. No olvidemos que cada hora se vierten en el mar casi 500.000 kilos de plástico en todo el mundo y que es imprescindible que trabajemos todos juntos para que, en el 2050, no haya más plásticos que peces en nuestros océanos.

*** Clare López-Wright, directora general de BRITA Iberia.