El mes de julio está en camino de ser el más caluroso desde que se tienen registros. El Programa de Observación de la Tierra de la Unión Europea (Copernicus) y la agencia de las Naciones Unidas de Meteorología (OMM), además de varios expertos climatólogos, así lo vaticinan. "Es muy probable que julio de 2023 sea el mes de julio más caluroso y también el más caluroso jamás registrado", explican los dos organismos en un comunicado conjunto.

El director del Servicio Copernicus de Cambio Climático (C3S) del ECMWF, Carlo Buontempo, explica que este récord "forma parte de la tendencia al aumento drástico de las temperaturas globales". Y apunta al cambio climático como uno de los responsables.

A principios de esta misma semana, un grupo de investigadores, liderados por Friederike Otto, profesora titular de climatología del Imperial College de Londres y cofundadora de World Weather Attribution (WTT) revelaron que las anomalías en las olas de calor que se están registrando durante este mes en Europa, Norteamérica y en China serían estadísticamente imposibles sin tomar en cuenta el impacto del cambio climático inducido por el ser humano. La cifra de la que responsabilizan las emisiones antropogénicas —hasta finales de 2022— la sitúan en 1,2 °C. 

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En la misma línea que estos descubrimientos, Buontempo sentencia que "las emisiones antropogénicas son, en última instancia, el principal motor de este aumento de las temperaturas". Y pronostica que es "improbable" que el récord de este mes de julio quede como un dato anómalo aislado. "Las previsiones estacionales del C3S indican que en las zonas terrestres es probable que las temperaturas se sitúen muy por encima de la media, superando el percentil 80 de la climatología para la época del año".

... Y también el año más cálido

"No sólo será el julio más cálido, sino el mes más cálido de la historia en términos de temperatura media global absoluta", señala Karsten Haustein, climatólogo de la Universidad de Leipzig (Alemania). Y cuenta que habría que remontarse a decenas de miles de años atrás para encontrar condiciones cálidas similares. Ante la pregunta de si se podría dar el dato de referencia de la temperatura media que se alcanzará en términos absolutos, los climatólogos no pueden dar una respuesta clara.

Esto se debe, en palabras de Haustein, a que "no tenemos termómetros en todas partes del mundo". La comunidad científica maneja solamente datos de variación en contraste a los primeros registros de temperatura, en 1875. 

Con sus análisis, Hausten ha llegado a conclusiones similares a las de Copernicus. Durante una rueda de prensa, el climatólogo alemán ha compartido la metodología utilizada para demostrar su afirmación. Haciendo uso de los datos del modelo de predicción del Sistema Global de Predicción de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica estadounidense (GFS, por sus siglas en inglés) calibrados con las observaciones Análisis de la Temperatura en Superficie GISS versión 4 (GISTEMP v4) de la NASA, concluye que julio de 2023 será más de 0,2 °C más caliente que julio de 2019 —que mantiene el récord del mes más caluroso—. 

Además, también sostiene, a partir de los datos de temperatura global de la tierra de Berkeley, que la temperatura media de julio de 2023 superará en 1.5 °C la temperatura media de los niveles preindustriales, que es el dato que se suele tomar de referencia para establecer los objetivos climáticos. 

Friederike Otto también explica qué significa que la temperatura media aumente: "La temperatura media global no mata a nadie, pero es, por así decirlo, la temperatura de la fiebre que medimos de nuestro planeta". 

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"Las temperaturas excepcionalmente cálidas que hemos observado hasta ahora en julio hacen cada vez más probable que 2023 sea el año más cálido desde que comenzaron los registros a mediados del siglo XIX", explica Zeke Hausfather, investigador de Berkeley Earth.

Otros expertos en climatología coinciden con Haushofer en que para "la única manera de impedir que la Tierra siga calentándose y que los fenómenos extremos asociados al cambio climático se agraven es conseguir que las emisiones mundiales de CO₂ se reduzcan a cero neto". 

Años de récords

La Organización Meteorológica Mundial (OMM) predice que hay un 98% de que al menos uno de los próximos cinco años sea el más cálido jamás registrado. Y además, pronostica un 66% de probabilidades de que se superen temporalmente los 1,5° C por encima de la media de 1850-1900 durante al menos uno de los cinco años.

Este pronóstico no es muy alentador, ya que barrerían los objetivos políticos planteados en las subsecuentes COP: limitar el aumento de la temperatura media global para que no supere los 1,5 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales. Es también la cifra que marcan los científicos como punto de no retorno. 

Al ritmo actual, según indicó un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) publicado en octubre del año pasado, y si se cumplieran los compromisos climáticos para 2030 en su totalidad, la temperatura media aumentaría unos 2,5 °C. El documento, que analizaba la brecha existente entre las reducciones de CO₂ prometidas por los países y los recortes necesarios para limitar cualquier aumento de la temperatura global a 1,5 °C, concluyó que, hoy por hoy, "no existe una vía creíble hacia 1,5 °C". 

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Si bien el objetivo de 1,5 °C ha quedado en papel mojado, siendo sustituido por otras metas más realistas, no se sabe con exactitud cuándo se superará el punto de no retorno. Durante la rueda de prensa, los climatólogos arrojaron luz sobre las implicaciones políticas del récord de temperatura media de julio. 

Los registros inusuales de temperatura que se están viendo y se verán en los próximos años "no significan que en un año podríamos alcanzar 1,5 ºC", aclara Haustein. Pero admite que "estamos bastante cerca, aunque no tiene ninguna implicación política de que hayamos alcanzado o incumplido ese objetivo".

Combustible de incendios

En las últimas semanas, "dio comienzo la temporada de incendios en Europa", según Copernicus, y la zona del Mediterráneo es una de las que más lo están acusando. Países como Italia, Grecia y Turquía están desplegando miles de bomberos para luchar contra los devastadores incendios, alimentados por temperaturas abrasadoras y fuertes vientos. 

Imagen de los incendios activos en Europa y el Mediterráneo, tomada del Fire Information for Resource Management System (FIRMS) de la NASA Fire Information for Resource Management System (FIRMS)

Desde que comenzaron los incendios hasta el pasado 22 de julio, el Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (EFFIS) informó que más de 173.374 hectáreas en toda la UE ya habían quedado reducidas a cenizas, más del doble de la media de 80.000 hectáreas registrada en el periodo entre 2003 y 2022.

El norte de África también está sufriendo las cortinas de fuego. Y el clima extremadamente cálido está agravando las labores de extinción. Las temperaturas en varias regiones del norte de África son hasta 7 °C más altas de lo normal para la época del año. En Argelia, el país más afectado, han fallecido al menos 34 personas a causa de los incendios.