¿Es la manera en que los seres humanos consumimos la más adecuada para la salud planetaria y, por ende, la humana? En los últimos años ha quedado claro que, desde hace ya décadas, consumimos más recursos naturales de lo que la Tierra tiene capacidad para regenerar. Según la oenegé WWF, "vivimos como si tuviésemos 1,75 planetas a nuestra disposición". Y Naciones Unidas indica que la demanda de recursos naturales va a continuar creciendo con el aumento de la población. La propuesta de las organizaciones internacionales, el Foro de Davos y los ecologistas coincide: es necesario cambiar nuestro modelo de consumo y producción para que sea eficiente y sostenible y tenga en cuenta que nos encontramos ante un mundo finito.

Las cinco islas de plástico que se han descubierto en los últimos años, con dimensiones del tamaño de Francia, Alemania y España juntas, demuestran que contaminamos el agua más rápido de lo que pensamos. Por eso, reducir los residuos que generamos al mínimo posible, gestionar adecuadamente los que se generen y reducir al máximo el consumo de plástico -especialmente el de un solo uso- son determinantes para el cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible número 12.

Esta tarea casi titánica, como asegura Ligia Noronha, directora de la División de Economía de ONU Medio Ambiente, "requiere una cultura que apoye la producción responsable y no haga del consumo desenfrenado una aspiración en la vida". Es decir, un cambio de paradigma a todos los niveles de la sociedad. 

El ODS en cifras

• Cada año, se tiran a la basura 1.300 millones de toneladas de alimentos (un tercio de la producción).
• Si el ritmo de consumo se mantiene para 2050, con una población que se situaría cerca de los 9.600 millones de personas, se necesitarían los recursos naturales de tres planetas. 
• La industria alimentaria representa alrededor del 22% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero.
• 2.000 millones de personas padecen sobrepeso u obesidad.
• Solamente el 3% del agua en el mundo es potable.
• Entre 2010 y 2019 los residuos electrónicos aumentaron un 38%; solo el 20% de ellos se reciclaron.

Metas para 2030

1. Aplicar el Marco Decenal de Programas sobre Modalidades de Consumo y Producción Sostenibles, teniendo en cuenta la capacidad de cada país.
2. Lograr una gestión sostenible y un uso eficiente de los recursos naturales.
3. Reducir a la mitad el desperdicio mundial de alimentos per cápita tanto en el ámbito de los consumidores como de las cadenas de producción y suministro.
4. Lograr una gestión ecológicamente racional de los productos químicos y de todos los residuos a lo largo de su ciclo de vida.
5. Reducir la generación de residuos mediante actividades de prevención, reducción, reciclado y reutilización.
6. Alentar a las empresas, sobre todo las más grandes, a que adopten prácticas sostenibles y elaboren informes de sostenibilidad.
7. Promover prácticas de adquisición pública sostenibles.
8. Asegurar que todas las personas en el mundo tengan conocimientos adecuados para un desarrollo sostenible y un estilo de vida acorde con la naturaleza.
9. Ayudar a los países en desarrollo a fortalecer su capacidad científica y tecnológica.
10. Aplicar instrumentos que permitan vigilar los efectos en el desarrollo sostenible para lograr un turismo sostenible que promueva la cultura y productos locales.
11. Racionalizar los subsidios ineficientes a los combustibles fósiles.

El ODS en España

• 3 de cada 4 hogares (un total de 13 millones) tiraron alimentos o bebidas a la basura en 2020.
• El 76,2% de los alimentos tirados en 2020 estaban sin utilizar.
• Un total de 248 empresas disponen de la licencia de Etiqueta Ecológica Europea.
• En 2020, la gestión de los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) aumentó un 17,7%.