Voluntarias de la fundación Alain Afflelou graduando a distintas personas.

Voluntarias de la fundación Alain Afflelou graduando a distintas personas. Cristina Villarino El Español

Historias

La fundación Alain Afflelou une fuerzas con El Desierto de los Niños: una misión solidaria en el sur de Marruecos

Seis mujeres se unieron con un propósito: graduar la vista de más de 800 personas para mejorar la calidad de vida de aquellos que más lo necesitan. 

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Alain Afflelou nació en Argelia y se trasladó a Francia a los 14 años, donde obtuvo el título de óptico en 1970 y de audioprotesista en 1971. Un año después, inauguró su primera óptica en Burdeos, marcando el inicio de una exitosa trayectoria empresarial con proyección global. Ahora da nombre a su propia empresa, que ya se ha convertido en un referente internacional en los sectores óptico y audiológico.

En la actualidad, la firma cuenta con más de 1.500 franquicias distribuidas en 19 países, entre ellos Francia, España, Georgia, Kuwait, Líbano, Argelia, Burkina Faso, Togo, Costa de Marfil, Senegal, Armenia, Chile y Emiratos Árabes Unidos. Solo en España, opera con 369 ópticas y 195 centros de audiología. Aunque, aparte de su presencia internacional, el grupo lleva a cabo iniciativas solidarias, como la que desarrollaron en Marruecos durante Semana Santa.

En este proyecto humanitario, en marcha desde 2012, Alain Afflelou colabora activamente con El Desierto de los Niños. Esta asociación nació en 2009 combinando rutas en vehículos 4x4 en colaboración con Hyundai, y realizando al mismo tiempo acciones de voluntariado junto a organizaciones locales. Todo ello pensando tanto el público adulto como para los más pequeños. 

El objetivo de este plan es graduar la vista al mayor número posible de personas en distintas localidades del país, con el apoyo de un equipo profesional compuesto por seis voluntarias. Este año, el grupo estuvo integrado por seis mujeres ópticas-optometristas, cinco de las cuales son franquiciadas de la marca, cada una con presencia en diferentes comunidades de España.

Foto de las voluntarias en la furgoneta patrocinada por Hyundai.

Foto de las voluntarias en la furgoneta patrocinada por Hyundai. Cristina Villlarino El Español

Ellas son: Ana Belén Gómez (El Palmar y Alhama, Murcia), Elena Casimiro (Badajoz), Esther López Leal (Centro Comercial Bonaire, Aldaya, Valencia), Gloria Egea (Baza, Granada), Clara Escabias (Onda, Castellón) y Jesica Sánchez (Aravaca, Madrid). Las tres últimas también son audiometrístas.

Unidas por un propósito

Sin haberse conocido previamente, se unieron con entusiasmo a esta experiencia. Y es que Alain Afflelou ofrece a sus empleados la oportunidad de participar como voluntarios en este viaje hasta en dos ocasiones, según nos cuentan. En esta ocasión, Egea fue la única que participó por segunda vez. Aun así, confiesa: "No sabría decirte cuál es el más especial".

Gloria Egea, óptica-optometrista y audióloga en la fundación Alain Afflelou.

Gloria Egea, óptica-optometrista y audióloga en la fundación Alain Afflelou. Cristina Villlarino El Español

Además, el equipo de voluntarias contó con la participación de Abdelaziz Idhammou, delegado de Alain Afflelou en el Norte de África. Él se encargó de brindar apoyo y coordinó parte de la operación sobre el terreno, haciendo también de traductor con la población local, presente en todas las paradas del recorrido.

Abdelaziz Idhammou, delegado de Alain Afflelou en el Norte de África.

Abdelaziz Idhammou, delegado de Alain Afflelou en el Norte de África. Cristina Villlarino El Español

Se realizaron cuatro jornadas de revisiones visuales intensivas, en las que en total se graduó la vista a más de 800 personas. Se brindó atención en varias localidades del sur de Marruecos, siendo parte de un compromiso solidario con las comunidades más necesitadas.

El procedimiento comenzaba con la colocación del material, midiendo la distancia con la que tienen calibrados los optotipos —los símbolos con los que se calcula la agudeza visual— y las cajas de lentes. El proceso de graduación se inicia con una valoración orientativa, mediante los dispositivos ópticos, seguida de otra definitiva realizada por las profesionales.

Proceso de montaje para la jornada de graduación en la foto se ven a tres de las voluntarias junto con los coordinadores  de Alain Afflelou en Marruecos.

Proceso de montaje para la jornada de graduación en la foto se ven a tres de las voluntarias junto con los coordinadores de Alain Afflelou en Marruecos. Cristina Villlarino El Español

Posteriormente, se ofrecía a cada persona la posibilidad de elegir un modelo de gafas. La fabricación de las lentes se realizará en Indo, fábrica situada en Tánger, y la entrega será gestionada por el coordinador del sur del país, Embarec Saidi.

La Fundación ALAIN AFFLELOU une fuerzas con El Desierto de los Niños Cristina Villarino

El origen de muchos de los problemas visuales detectados fueron las condiciones ambientales del desierto, a través de altos niveles de radiación solar, tormentas y una exposición constante a la arena.

En las situaciones en las que no fue posible corregir la agudeza visual, como era el caso de las cataratas, se proporcionaron gafas de sol como forma de protección. Aunque si se podía mejorar alguna línea de visión se les proporcionaban las lentes. El objetivo principal era aumentar su calidad de vida.

Autorrefractómetro, siendo utilizado para medir la graduación de las lentes.

Autorrefractómetro, siendo utilizado para medir la graduación de las lentes. Cristina Villlarino El Español

La actividad técnica llevada a cabo por el equipo también fue innovadora, contando con un autorrefractómetro para medir la refracción ocular. Además, fue la primera vez en la historia del proyecto que utilizaban un frontofocómetro, herramienta destinada a verificar la potencia de las lentes, lo que permitió implementar significativamente la calidad de las graduaciones.

Para facilitar la comunicación con los pacientes, muchos de los cuales no hablaban español, sino marroquí o francés, se diseñó un sistema visual con carteles y tarjetas con símbolos orientados en diferentes direcciones, con los que se comunicaban durante la revisión.

Niño utilizando la cartulina para comunicarse con la voluntaria.

Niño utilizando la cartulina para comunicarse con la voluntaria. Cristina Villlarino El Español

Las poblaciones atendidas

La primera localidad en recibir este servicio fue Hassilabied. Está ubicada a los pies del Erg Chebbi y cuenta con aproximadamente 1.200 habitantes. Y, aunque al principio los niños mostraron temor, rápidamente se volvieron curiosos y entusiastas.

El recibimiento fue cálido, lo que permitió que la actividad transcurriera con cercanía. En total, se realizaron 230 graduaciones, en donde se vio la importancia de su trabajo, tal y como explica la propia Egea: "No somos realmente conscientes del valor de la salud visual hasta que la perdemos". 

Mujer siendo graduada por las voluntarias, utilizando la luz para detectar los posibles problemas.

Mujer siendo graduada por las voluntarias, utilizando la luz para detectar los posibles problemas. Cristina Villlarino El Español

En el segundo día de graduaciones, el equipo de ópticas, visitó Ramblia, una aldea remota y de difícil acceso, donde la necesidad de atención visual es urgente. Aunque la afluencia fue limitada, cada atención brindada tuvo un valor significativo.

Según las voluntarias, esta fue la intervención que más disfrutaron, ya que pudieron dedicar más tiempo a cada paciente. En total, se atendieron a 40 personas. Porque, según cuenta Escabias, "esto es una inversión. Les ponemos gafas a los niños ahora y ellos mejoran en su rendimiento escolar y en su calidad de vida. Al final estamos apostando por su futuro".

Khamlia fue la región protagonista de la tercera jornada. Es una localidad conocida por la leyenda local del pueblo de los negros. Allí se registró una participación masiva. El día estuvo lleno de momentos emotivos, destacando los abrazos espontáneos al recuperar la visión.

También se brindó atención a personas con discapacidad, a quienes se les pudo graduar la vista.  Ana Belén Gómez fue la encargada. Con tan solo la sonrisa de la paciente, las optometristas supieron que había mejorado su visión. Fueron momentos especialmente valiosos, marcados por una profunda conexión emocional con la comunidad, alcanzando un total de 206 graduaciones.

Elena Casimiro  y Ana Ana Belén Gómez de izquierda a derecha,  comprueban la visión de la mujer situada en el centro.

Elena Casimiro y Ana Ana Belén Gómez de izquierda a derecha, comprueban la visión de la mujer situada en el centro. Cristina Villlarino El Español

En Erfoud tuvo lugar a última y más intensa de las etapas. En esta ciudad, desde las primeras horas la afluencia fue alta, y se vivieron momentos cargados de emoción y satisfacción profesional.

Destacaron casos de pacientes que llevaban años con problemas visuales sin saberlo y, al corregir su visión, no pudieron contener la risa. Otros, por temor a no recibir atención, ocultaban sus gafas. La despedida fue profundamente emotiva y llena de agradecimientos. En aquel día se realizaron 200 graduaciones en tan solo una hora, alcanzando un total de 325.

Agradecimientos del pueblo

Como muestra de agradecimiento por el trabajo realizado, los habitantes ofrecían té y dulces de forma constante, preparados por las mujeres del pueblo, acompañados de abrazos y gestos de afecto que reflejaban su profunda gratitud. También hubo cantos y bailes.

Las optometristas también quedaron impresionadas con el cariño recibido, y así lo afirma Egea: "Lo que más me ha impactado ha sido el agradecimiento de la gente, mirándonos a los ojos directamente y llevando la mano al corazón".

Clara Escabias óptica-optometrista y audióloga.

Clara Escabias óptica-optometrista y audióloga. Cristina Villlarino El Español

Además de la labor realizada, las voluntarias reconocen que han forjado una profunda amistad a lo largo de esta experiencia tan intensa y gratificante. Y así lo confiesa a ENCLAVE ODS Escabias: "Llegamos siendo unas desconocidas, unidas solo por nuestra profesión y el deseo de ayudar a los demás. Ahora nos vamos siendo cinco amigas y, por supuesto, Abdelaziz Idhammou [delegado de Alain Afflelou en el Norte de África] que es nuestro compañero aquí en Marruecos. Nos llevamos una amistad para siempre".

El Grupo Alain Afflelou muestra su compromiso con la responsabilidad social, destacando la intervención de las seis voluntarias, las que agradecen profundamente haber podido participar en esta iniciativa de la mano del Desierto de los niños (ADN) y Hyundai.