A lo largo y ancho de toda la geografía europea, durante las últimas semanas hemos experimentado temperaturas récord. Y esto, para Bill McGuire, profesor emérito de peligros geofísicos y climáticos en el University College London, es sólo el comienzo. 

En su último libro, Hothouse Earth: An Inhabitant’s Guide (Icon Books, 2022), McGuire advierte de que hemos ignorado demasiado tiempo las advertencias de los científicos y que nuestro planeta está “en camino de convertirse en un invernadero enteramente creado por nosotros”. 

Para el profesor, ahora es prácticamente imposible mantenerse en el margen de 1,5 grados centígrados marcado en el Acuerdo de París. Según las predicciones más esperanzadoras de las promesas de reducción de emisiones realizadas en la COP26, el mundo está en camino de calentarse entre 2,4 °C y 3 °C. 

El resultado: ya no es posible esquivar un colapso climático desastroso que tendrá unas consecuencias catastróficas para la sociedad y la economía global. El precio a pagar por nuestra complacencia serán tormentas, inundaciones, sequías y, por supuesto, olas de calor letales y temperaturas superiores a los 50 °C.

El verano de 2022 es sólo un aviso de lo que nos espera. “Un niño nacido en 2020 se enfrentará a un mundo mucho más hostil que al que enfrentaron sus abuelos”, señala McGuire al diario británico The Guardian.

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Muchos científicos consideran que aún existe un margen temporal por el cual se puede mejorar la situación o, al menos, mantener a raya al cambio climático. Sin embargo, como recoge el medio anglosajón, el profesor emérito no comparte esta visión optimista. 

“Conozco a mucha gente que trabaja en la ciencia del clima que dice una cosa en público, pero otra muy diferente en privado. En confianza, todos están mucho más asustados por el futuro que enfrentamos, pero no lo admitirán en público”, indica a The Guardian.

Y añadió: “Llamo a eso apaciguamiento climático y creo que sólo empeora las cosas. El mundo necesita saber qué tan mal se pondrán las cosas antes de que podamos comenzar a abordar la crisis”. 

McGuire terminó de escribir el libro a finales de 2021 e incluyó muchas de las temperaturas récord que se habían registrado hasta entonces en todo el planeta, pero el año 2022 ha sido climáticamente catastrófico. “Ese es el problema de escribir un libro sobre el cambio climático. Cuando se publica, ya está desactualizado. Así de rápido se mueven las cosas”, señala al diario británico. 

Fenómenos de récord

Entre los diferentes récords batidos durante el verano de 2022, destacan los 40,3 °C que se alcanzó en el este de Inglaterra, la temperatura más alta jamás registrada en el Reino Unido. El anterior récord se situaba en 38,7 °C, es decir, casi 2 °C más. En España, hemos sufrido la ola de calor más intensa desde que se comenzaron a registrar en 1973.  

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Además, estas altas temperaturas vienen acompañadas de sequías e incendios, lo que aumenta aún más el riesgo para la población. Según el último boletín informativo del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), las reservas de agua en nuestro país continúan bajando y, en estos momentos, se encuentra al 41,9% de su capacidad.  

Los incendios forestales de una intensidad y ferocidad sin precedentes también se están expandiendo por toda Europa, América del Norte y Australia este año. España es, de nuevo, uno de los países más afectados del mundo por el fuego, que se extiende desde Galicia hasta Andalucía. 

El aumento de la temperatura promedio global está generando un clima extremo. “Mira lo que ya está sucediendo en un mundo, que sólo se ha calentado un poco más de un grado”, advierte McGuire en The Guardian. “Pronto [el mundo] será irreconocible para todos nosotros”, agrega. 

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A pesar de las evidencias, sostiene el profesor al diario británico, hay una respuesta trágicamente tardía del mundo y culpa a una “conspiración de ignorancia, inercia, mal gobierno y ofuscación y mentiras de los negadores del cambio climático”. 

El futuro, según esta perspectiva, será extremadamente sombrío, aunque McGuire enfatiza que si las emisiones de carbono pueden reducirse sustancialmente en el futuro cercano y si comenzamos a adaptarnos a un mundo más cálido, se puede evitar un porvenir calamitoso e insostenible. 

“Esto es un llamado a las armas”, señala. Y concluye: "Si sientes la necesidad de pegarte a una autopista o bloquear una refinería de petróleo, hazlo. Conduce un coche eléctrico, o, mejor aún, utiliza el transporte público, camina o monta en bicicleta. Cambia a una tarifa de energía. Come menos carne. Deja de volar".

Y sobre todo, explica en el medio británico: "Presiona a tus representantes electos a nivel local y nacional. Y usa tu voto sabiamente para poner en el poder a un gobierno que predica con el ejemplo sobre la emergencia climático".