El síndrome de Dunning-Kruger o cómo ser un ‘cuñado’ en estado puro

El síndrome de Dunning-Kruger o cómo ser un ‘cuñado’ en estado puro iStock

Historias

El síndrome de Dunning-Kruger o cómo ser un ‘cuñado’ en estado puro

El efecto psicológico Dunning-Kruger establece que las personas con menos conocimientos tienen una tendencia a sobreestimarlos.

24 junio, 2022 02:31

El de Dunning-Kruger es un síndrome de superioridad por el que ciertos individuos con escasos conocimientos se consideran mejores a otras personas más inteligentes que ellos. Quien lo padece se convierte en la guinda del pastel que nadie se quiere comer.

Es costumbre encontrarse con gente que opine de todo, pero no lo es tanto ponerle nombre a esta tendencia. David Dunning y Justin Kruger, de la estadounidense Universidad de Cornell, fueron quienes estudiaron y describieron este curioso fenómeno, concluyendo que el fallo del incompetente se debe a un error sobre sí mismo.

Este síndrome no es sólo un problema para el entorno de quien lo padece. El efecto Kruger da lugar a que se tomen decisiones erróneas e impidan al sujeto en cuestión darse cuenta de ello.

Ya lo dijo Sócrates: "Sólo sé que no sé nada". El filósofo confesó que no tenía suficientes conocimientos sobre muchos ámbitos de la vida. Una humilde premisa que hoy parece diluirse en una sociedad en la que todo el mundo cree saber de todo.

Sin embargo, muchas veces las personas toman malas decisiones creyendo que lo que hacen es correcto. Hasta tal punto que se ha popularizado la figura del 'cuñado', esa persona tendenciosa que sabe de todo en las cenas de Navidad. Reuniones familiares que acaban con enfados y un tirón de orejas a algunos de los integrantes por no callar antes de tiempo.

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El efecto Dunning-Kruger se apoya en autores como Charles Darwin, quien dijo que “la ignorancia engendra más confianza que el conocimiento” o Bertrand Russell, que atacó al problema de la humanidad con que “los estúpidos están seguros de todo y los inteligentes están llenos de dudas". 

Sobreestimación del conocimiento propio

En la conocida como era digital, el efecto Kruger está más presente que nunca en el día a día de las personas. Hasta se traslada a las redes sociales. Son muchos los usuarios que, ocultos tras un perfil, exponen sus puntos de vista, opiniones o conocimientos sobre una materia y consideran sus argumentos correctos frente a los del resto. La pandemia de la covid-19, por ejemplo, ha popularizado a cientos de 'expertos' que realmente saben poco de las materias de las que hablan.

Google tampoco es la solución al problema, con tan sólo un clic podemos estar sirviéndonos de la respuesta menos correcta haciéndonos creer que estamos en lo cierto.

Jorge López Vallejo, psicólogo sanitario especialista en obsesiones, compulsiones y depresión, explica a ENCLAVE ODS cómo identificar estos rasgos en la sociedad y ayudar a quien lo padece.

La mayoría de los perfiles que sufren este síndrome son "personas más incapaces y dicha incapacidad se transfiere a otras áreas de la vida para cambiar algo que no funciona o aplicar un tratamiento", apunta el psicólogo. 

La mayoría no reconocen las habilidades de otros o sus propias limitaciones. Subestiman sus habilidades y justifican sus resultados porque están convencidos de que son mejores.

La evolución de esta ilógica creencia puede llevar al desarrollo de trastornos mentales importantes, un simple rasgo en la personalidad de millones de personas puede conllevar al desarrollo del síndrome o incluso derivar en una enfermedad de salud mental.

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“Si la persona mantiene el problema, puede degenerar en trastornos paranoicos, obsesivos y psicóticos, convirtiendo lo que es un comportamiento cognitivo disfuncional en una verdadera enfermedad mental”, explica el psicólogo sanitario.

Existen métodos como la terapia breve estratégica, desde la que se aborda el tratamiento en el cambio de la lógica de la paradoja que ha implantado en su vida la persona, “cuanto más creo estar en lo cierto, menos es verdad”, añade.

La solución viene a través de tratamientos dirigidos a desarrollar un pensamiento crítico y la capacidad para que la persona evolucione hacia un pensamiento racional, rompe con la lógica propia que le ha llevado a entrar dentro del síndrome. 

Cuando las personas menos capaces comienzan a adquirir conocimiento, "la convicción y certeza respecto a las propias capacidades comienza a disminuir entrando en realidad y en la solución del problema", asegura Vallejo.