Ana I. Gracia Daniel Basteiro Jorge Sáinz

Superada la resaca electoral, los partidos se preparan para negociar la investidura y la formación de un Gobierno estable que evite una tercera cita electoral. El Partido Popular está dispuesto a poner encima de la mesa “todo” excepto la Presidencia del Gobierno, que cree que debe ser “obligatoriamente” para Mariano Rajoy. Y para conseguir que el líder del popular revalide su mandato, el PP está dispuesto a brindar la Presidencia del Congreso a otro partido que no sea el suyo. Uno de los nombres que cobra fuerza en el ramillete de candidatos es Ignacio Prendes, diputado de Ciudadanos.

Una vez que se constituyan las Cortes el 19 de julio, la primera negociación que afrontarán los partidos será precisamente la composición de la Mesa del Congreso. Tradicionalmente, la Presidencia recae en el partido más votado, pero el PP renunciaría a ella (ya lo hizo después del 20-D) como un guiño a la voluntad de diálogo que reclama a sus rivales políticos. Sin embargo, y con la excusa de que la diferencia con la lista más votada es de 52 escaños, los socialistas no contemplan presentar ningún candidato, como sí hicieron con Patxi López la pasada legislatura.

Pese a esta negativa, los conservadores creen que sigue abierta la opción de que un socialista presida la Cámara Baja como símbolo de la gran coalición que anhelan. Si el Grupo Socialista se enroca y opta por no proponer a nadie, el PP está dispuesto a apoyar un presidente de Ciudadanos y allanar así el camino hacia su plan B: que los diputados de Albert Rivera, PNV y Coalición Canaria apoyen la investidura de Rajoy.

En este caso, el candidato que suena con más fuerza a ostentar el puesto más codiciado del Parlamento es Prendes, de 51 años, que retuvo su escaño por Asturias el pasado domingo. El diputado de C´s ya fue elegido secretario segundo de la Mesa del Congreso en la efímera pasada legislatura. Pero las intenciones de Ciudadanos, que logró 32 escaños y es la cuarta fuerza política del Parlamento, están lejos de las del PP. El partido de Rivera ya descarta presentar la candidatura de Prendes o cualquier otra a presidir el Congreso. “Nuestra negociación es de programas y no de sillones”, insisten desde la dirección de C´s.

El PSOE pide al PP que corteje a los “afines”

En los pasillos del Congreso, Patxi López rechazaba este martes la posibilidad de que fuese a repetir en el cargo, incluso como gesto de buena voluntad del PP hacia el PSOE, el único partido que se basta por sí solo para garantizar la investidura de Rajoy. “Nosotros ya estamos haciendo las maletas”, señalaba el equipo del todavía presidente, que participó en un acto de homenaje a las víctimas del terrorismo.

Desde el PSOE se insiste en descartarse en el nuevo puzle de la gobernabilidad española. El PP ha mejorado su resultado, la suma de PSOE y Ciudadanos ya no supera en escaños al grupo popular y Unidos Podemos ha visto cómo se le han escapado más de un millón de votos que sí consiguió cuando los partidos integrantes se presentaron por separado.

El portavoz parlamentario del PSOE, Antonio Hernando, rechazó iniciar ningún tipo de negociación en serio con el PP. Tampoco a tres, como quiere propiciar Ciudadanos. "Cuando a nosotros nos llaman, hablamos y nos sentamos. Pero recomendamos a Rajoy que empiece por llamar a sus afines ideológicos, sean de ámbito nacional o nacionalista". El líder del PP levantará el teléfono cuando llegue del Consejo Europeo que se celebra en Bruselas, y el primero con el que contactará será con el secretario general socialista.

El codiciado apoyo del PNV

Los afines al PP, a juicio del PSOE, serían Ciudadanos y el PNV. “Ignacio Prendes podría ser un buen candidato a presidente del Congreso”, reconocían fuentes socialistas. En cualquier caso, el órgano de gobierno de la Cámara Baja sería tan solo uno de los elementos en la negociación.

El PP podría garantizar al PNV otro puesto a costa de perder uno de los tres que podrían volver a corresponder a los populares. Sin embargo, con los nacionalistas vascos, lo más importante son otro tipo de concesiones. “El PNV siempre ha sido un partido conseguidor, el que lograba infraestructuras y mejoras en el autogobierno de Euskadi”, explican fuentes socialistas. “Concesiones por parte del PP podrían hacer que se presente de nuevo como la fuerza fiable y sólida que hace cosas por Euskadi frente a las aventuras de Podemos”, partido que ha tenido el mayor número de votos y escaños en la comunidad.

La dirección del PNV no lo pondrá nada fácil, pero tampoco mencionan la palabra imposible. Para los nacionalistas vascos “es muy, muy, muy difícil” apoyar a Rajoy. “El PP debería dar un giro de 180 grados para que el PNV acuerde algo con él, pero giros de ese tipo no se suelen dar habitualmente”, dijo Itxaso Atutxa, presidenta del PNV en Bizkaia.

Así funciona la Mesa del Congreso

En la anterior legislatura, la presidencia del Congreso y los restantes ocho puestos (cuatro vicepresidencias, cuatro secretarías) fueron objeto de arduas negociaciones. Era la primera vez que no había una mayoría clara y tanto Rajoy como Sánchez mantenían viva la esperanza de hacerse con la Moncloa. El PSOE pactó con Ciudadanos la presidencia del Congreso y Ciudadanos con el PP los demás puestos, conformándose un acuerdo a tres, aunque fuese indirectamente, que dejó a Podemos con dos puestos y a los nacionalistas sin nada. Finalmente, el PP ni llegó a presentar candidato.

La Mesa del Congreso es importante porque se trata de la primera prueba para el espíritu negociador de los diferentes partidos. El sistema de votación hace que se coloquen tres urnas distintas, una para elegir al presidente, otra para los vicepresidentes y otra para los secretarios.

Para elegir al presidente del Congreso, considerado la tercera autoridad del Estado, se escribe el nombre en un papel y se deposita en la urna. Quien tenga la mayoría absoluta (en primera votación) o simple (en una segunda) es el elegido. Con los vicepresidentes y secretarios ocurre parecido, ocupando los puestos más importantes los más votados. En otras palabras: el candidato que tenga más apoyos no puede ser tumbado por el conjunto de “noes”, como ocurre en la investidura. Esa circunstancia, y que la Mesa se elige sí o sí en el primer pleno del Congreso, que en esta ocasión será el 19 de julio, tradicionalmente ha hecho que estos cargos se hayan acordado.

La Mesa del Congreso, con su presidente al frente, ordena los debates, califica las iniciativas (es decir, juzga si pueden ser debatidas), decide sobre el número y composición de grupos parlamentarios y tiene muchas atribuciones sobre asuntos presupuestarios que afectan a la cámara baja.

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