La coalición Unidos por el Futuro ha llevado al Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo una reclamación contra la Junta Electoral para intentar poder concurrir a las elecciones generales del próximo domingo. Esta formación, que cuenta en sus filas con ex miembros de Podemos, ya ha sufrido varios reveses en las últimas semanas. Pero su líder, Enric Martínez-Herrera, no se rinde y explica que quiere seguir hasta el final con su pelea.  

Esta batalla legal empezó cuando el Delegado Provincial del Censo Electoral (OCE) eliminó 1.560 de las 5.054 firmas de respaldo presentadas "con enorme esfuerzo" por Unidos por el futuro como avales. El motivo esgrimido para tomar esta decisión fue que esas rúbricas, el 31% de las presentadas por esta formación, eran "ilegibles". Enric-Martínez afirma que se trata de un flagrante error y asegura que todas las firmas presentadas son reales y pueden comprobarse. Pero nadie ha querido hacer esas comprobaciones y no habrá papeletas de este partido en las urnas del 26-J.  

Los varapalos, uno a uno

Unidos por el Futuro ha ido recurriendo, una por una, a todas las instancias pertinentes, pero solo ha recibido varapalos. Primero fue la Junta Electoral Provincial de Barcelona, después la Fiscalía de la misma circunscripción y, por último, la Fiscalía del Tribunal Constitucional. Todas estas instituciones se aferraron a preceptos legales de forma que no se han podido comprobar las firmas presentadas por esta formación. 

"La Junta Electoral de Barcelona se limitó a no proclamar nuestra candidatura con el argumento de que 'se incumple el requisito de presentación de número suficiente de avales' basándose en la "certificación" de la Oficina del Censo Electoral", cuenta Martínez. Hubo tres reclamaciones del partido ante la Junta Electoral Provincial (JEP), que "denegó la comprobación y colaboración para subsanación a la que la legislación y la jurisprudencia del TC dan derecho".

ss UPF

Según cuenta el afectado, la Junta electoral "nunca respondió por escrito a nuestra petición por escrito de comprobación del 31% de nombres invalidados, así como al ofrecimiento de colaboración para su lectura". La segunda vía elegida fue un recurso Contencioso-Administrativo. "La Fiscalía de Barcelona defendió a la OCE y la JEP y el tribunal desestimó el recurso", explica consternado por lo que considera una enorme injusticia. 

Contra el nacionalismo

Por último, Unidos por el Futuro, partido que se declara antinacionalista, interpuso un recurso de amparo ante Tribunal Constitucional. "El letrado del TC lo inadmitió, sin que llegase a los magistrados, porque la Fiscalía ante el Tribunal Constitucional no presentó el necesario recurso de súplica, para el que disponía de tres días". Así las cosas, diez días atrás, el 10 de junio, Martínez presentó una demanda ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. No hay visos de que prospere a tiempo. El líder de esta formación cuenta a EL ESPAÑOL el motivo que a su juicio explica lo ocurrido. 

¿Qué resultado cree que podría cosechar si les dejasen estar en las urnas? O, al menos, ¿a quién cree que beneficia que ustedes estén fuera de la competición?

Estar en las urnas implica el derecho a insertar nuestros mensajes en espacios electorales gratuitos en las televisiones y radios públicas, incluidas TV3 y Cataluña Radio. Contando con esto, y conociendo los valores y preocupaciones de gran parte la ciudadanía de Cataluña, que es de izquierdas y no nacionalista, estimamos que esta primera vez habríamos hecho perder a ICV-Colau-Podem (En Comú Podem) cerca de 100.000 votos.



Nuestra ausencia electoral, institucional y mediática beneficia sobre todo a los de Colau-ICV, pero también a todos los nacionalistas, ya que silencia nuestras críticas y propuestas y, por tanto, facilita que puedan llegar a pactos entre ellos con un menor coste electoral futuro, en las próximas elecciones autonómicas anticipadas.

Eliminar mediante un pucherazo caciquil a la izquierda no nacionalista, que tanto cuesta construir, es una grave irresponsabilidad que engorda al nacionalismo disfrazado de izquierda y, por tanto, provoca más inestabilidad política, económica y social en Cataluña y en el conjunto de España.