El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, está multiplicando su presencia en actos públicos y mediáticos en estas semanas de precampaña electoral. Y en todas sus apariciones insiste en la misma tónica: amén de lanzar mensajes positivos hacia el PSOE, muestra a los electores su cara más amable. Acaso el culmen de esta evidente estrategia para blanquear su imagen todo lo posible llegó este martes ante los niños del programa 26-J, quiero gobernar.  

Incluso uno de los niños del espacio que conduce Ana Rosa Quintana repitió una de las críticas que el líder de Podemos siempre tiene que escuchar: por qué muchas veces parece estar enfadado. Ya hace meses que los estrategas del partido morado trabajan por solventar este problema. Pero en las últimas semanas ese intento por arrumbar su lado agrio es más palpable que nunca. 

Tranquilo y conciliador

Poco o nada queda del Iglesias enfadado ante los comentarios acerados de sus oponentes políticos. Será difícil que en esta campaña hacia el 26-J se repita algún episodio como el famoso rifirrafe de la "cal viva" con el PSOE en sede parlamentaria. Una y otra vez, el secretario general de la formación morada se esfuerza por mostrar un tono tranquilo y conciliador.

Esta actitud propensa al diálogo y alejada del tono bronco no es nueva. Para enterrar el episodio de la "cal viva" y tender puentes con el PSOE de cara a un posible acuerdo de gobierno, Iglesias ya pareció haber cambiado por completo en el segundo debate de investidura, cuando apostó por bromas que parecían más propias de un programa del corazón que del Congreso de los Diputados

Menos ataques y más constructivo

Ahora no hay bromas de ese calado, sino un Iglesias omnipresente en los medios y siempre con su faceta más simpática. Nada de ataques feroces contra sus adversarios en las muchas entrevistas concedidas en las últimas semanas. Todo son mensajes positivos hacia el PSOE como único socio posible tras el 26-J y afirmaciones para minusvalorar los problemas internos o las contradicciones de Podemos. Es, en definitiva, uno tono constructivo. Acaso para construirse una imagen más afable ante la opinión pública.

Esta estrategia se vislumbraba sobremanera este martes en los dos programas a los que acudió Iglesias en horario de máxima audiencia. Tanto en su entrevista con niños en Telecinco como en el retrato íntimo delineado por Susanna Griso en Antena 3 pudo verse a un líder de Podemos más tranquilo y simpático que nunca. En el caso de los niños, donde el formato más posibilidades ofrecía, Iglesias abrazó a los pequeños y bromeó con ellos, incluida la mención a la retirada de los deberes en primaria.    

La campaña, en la misma tónica

Faltan pocos días para el inicio de la campaña electoral y parece obvio que Iglesias seguirá por esta senda. Para ello, eso sí, continuará con una agenda más que apretada. Este jueves presentará las líneas maestras de la campaña de Podemos. El domingo se batirá con Albert Rivera en el debate de Salvados. El lunes acudirá a un desayuno informativo en el madrileño Hotel Ritz.

Y a finales de la semana próxima empezará la ruta por media España. Aunque, eso sí, esta vez Iglesias estará menos tiempo en la carretera y más en los platós de televisión, como adelantaba este miércoles El País. En Podemos saben que los votos se consiguen más en la tele que en los mítines. 

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