Además de provocar casi con seguridad unas nuevas elecciones en Cataluña, el sonoro “no” de la CUP a investir a Artur Mas va a generar consecuencias colaterales. El impacto de los hipotéticos comicios catalanes en la política nacional se antoja doble: por un lado, los nueve diputados de ERC y los ocho de Convergencia quedarían atados para favorecer la investidura de cualquier candidato a presidente del Gobierno; por otro lado, perdería sentido el argumentario a favor de una gran coalición ante el desafío catalán. En suma, la gobernabilidad de España se complicaría más, si cabe, y se allanaría aún más el camino hacia unas nuevas elecciones generales. Un escenario que coincide plenamente con los deseos de Pablo Iglesias, quien este domingo endureció su discurso frente a su ya archienemiga, que es la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, la otra gran beneficiada de este complejo momento político.



Los escenarios políticos en Cataluña y en toda España están indefectiblemente unidos. Y más todavía tras la compleja aritmética que ha salido de las urnas tanto en el Parlament como en el Congreso en las dos últimas citas electorales. Es evidente que los diputados de ERC y Convergencia difícilmente podrán mover ficha en el Congreso teniendo en cuenta el riesgo a que un acuerdo a nivel nacional penalice sus opciones electorales en su comunidad autónoma. Y también es evidente que con el nuevo panorama en Cataluña resulta menos convincente seguir reclamando un gran acuerdo entre PP, PSOE y Ciudadanos para frenar de forma urgente el órdago secesionista.

Pedro Sánchez, durante el Comité Federal del PSOE. Sergio Barrenechea EFE



Así las cosas, cada vez son más difíciles las posibles combinaciones en el Congreso para investir a Mariano Rajoy o a Pedro Sánchez al frente del Gobierno. El jefe del Ejecutivo en funciones tiene casi imposible lograr la abstención del PSOE que necesita irremediablemente para seguir en Moncloa. Y el líder del PSOE, tan cuestionado por los barones territoriales de su partido, tiene menos opciones de alcanzar una mayoría alternativa. Más, si cabe, teniendo en cuenta que Podemos exige a los socialistas condiciones inasumibles y que prefiere investir a un “candidato independiente” antes que a Sánchez.



Podemos, el PSOE y el referéndum



La innegable ligazón entre lo que ocurre en Cataluña y en toda España tiene como mejor exponente la encarnizada pelea que ahora mismo mantienen el PSOE y Podemos. Este domingo, ante el Consejo Ciudadano que dirige su formación, Pablo Iglesias ha insistido en que para ellos es innegociable que se celebre un referéndum de autodeterminación en Cataluña. Podemos apuesta por “una segunda transición” con varias reformas a fondo de la Constitución, entre las que se incluye “la resolución del problema territorial” con un “nuevo encaje” para varias comunidades autonómas, especialmente para Cataluña. El partido morado aboga por la celebración de esa consulta, en la que pedirían, eso sí, que “Cataluña siga en la España plurinacional”.



La hipotética celebración de esa consulta es precisamente lo único que Pedro Sánchez no puede aceptar en una negociación con Iglesias porque los barones del PSOE así lo impusieron en el caliente Comité Federal celebrado la pasada semana. Quien encabeza esas tesis y quien más ha puesto en solfa el liderazgo de Sánchez es Susana Díaz, que no ve con buenos ojos un posible pacto de su partido con Podemos. Sabedor de estas cuitas intestinas del PSOE, Iglesias no pierde ocasión de explotarlas para desestabilizar y debilitar a sus oponentes en la izquierda.



Iglesias versus Susana



Este mismo domingo, sin ir más lejos, esta pelea entre Iglesias y Susana ha quedado más patente que nunca. Primero el líder de Podemos ha insistido en su intento de sembrar la división en el PSOE. En concreto, Iglesias ha tendido la mano “a los sectores sensatos del PSOE que entienden que ahora toca hablar de emergencia social y asumir responsabilidades de Estado” y ha contrapuesto a dichos sectores respecto a Susana Díaz y otros barones, a los que acusa de abogar por un acuerdo con el PP. Y ha repetido su idea de que “los que mandan en el PSOE dejen de hacer teatro”. Palabras gruesas con las que, de paso, desprecia políticamente a Pedro Sánchez, a quien ve maniatado por Susana y compañía.

Susana Díaz, durante una reunión del Comité Federal del PSOE Sergio Barrenechea Reuters



Pocas horas después, ha llegado vía Twitter la respuesta de la presidenta de la Junta de Andalucía, que ha publicado dos mensajes que evidencian su enfrentamiento con el secretario general de Podemos. “Todo el PSOE es sensato y por eso se preocupa de los problemas de España. La sensatez de Pablo Iglesias consiste en hacer el juego al PP”, rezaba el primer tuit. Un tono similar tenía el segundo: “Lo insensato es querer presidir un país que se está dispuesto a romper con un referéndum de secesión. Lecciones ninguna, Iglesias”. Con esta pelea parece complicado, por no decir imposible, que haya entendimiento entre estos dos políticos. Antes al contrario, todo hace indicar que su guerra se va a avivar más todavía en el futuro.



¿Quién se beneficia de nuevas elecciones?



A estas alturas del partido, a nadie se le escapa que, como viene publicando EL ESPAÑOL, la hoja de ruta de Pablo Iglesias desemboca por fuerza en unas nuevas elecciones generales, a pesar de que él solo diga que “no es el escenario que deseamos, pero si se produjese podríamos ganar”. De hecho, también en el Consejo Ciudadano de este domingo quedó claro que Podemos va a ponerle al PSOE casi imposible llegar a un acuerdo. Además de las conocidas reformas de la Constitución que exige el partido morado, Iglesias ha vuelto a señalar como condición previa a cualquier investidura la aprobación de una ley de emergencia social y hasta ha mencionado otras líneas rojas como las derogaciones de la ley mordaza o la reforma laboral. Y, más allá de las condiciones, Iglesias ya ha sugerido que como mucho podría acordar con el PSOE la llegada a la presidencia del Gobierno de una “figura independiente”.



En paralelo a las estrategias que hilvana Iglesias, crecen los movimientos de Susana Díaz y el resto de barones territoriales del PSOE para acabar con el liderazgo de Pedro Sánchez y presentar otra alternativa, acaso la propia Susana, en esas probables elecciones generales. Quizás finalmente Pablo Iglesias y Susana Díaz peleen, en los hipotéticos comicios, por liderar el espacio político de la izquierda. El gran beneficiado de esta pelea encarnizada en la izquierda puede ser Mariano Rajoy. Y es que el PP, cuyas opciones de lograr la investidura son mínimas ahora mismo, podría aprovechar unas nuevas elecciones para apelar al voto útil y recuperar los apoyos que tenía en el pasado y en las últimas elecciones fueron para Ciudadanos.

El factor Colau en las catalanas



En todo caso, antes de unas posibles elecciones generales llegarán, casi con toda seguridad, otras catalanas. Y también en ellas Podemos puede verse beneficiado. En la cita electoral del pasado septiembre, Pablo Iglesias y sus correligionarios articularon la candidatura Catalunya Sí que es Pot con el veterano municipalista Lluís Rabell como número uno. Una apuesta que se reveló como un auténtico fracaso. Una de las claves de aquel naufragio fue que los colectivos que lidera Ada Colau, la alcaldesa de Barcelona, no se sumaron a dicha lista electoral. Sin embargo, en las recientes elecciones generales, cuando sí hubo acuerdo para concurrir juntos a las urnas, Colau se ha revelado como un importante activo electoral y como socia de referencia de Pablo Iglesias.



Ella fue la más aplaudida en los mítines, tanto en los de En Comú Podem, celebrados en Cataluña, como en el acto central de Podemos, que tuvo lugar en la madrileña Caja Mágica. De los 69 escaños atribuibles al partido morado, 12 llegaron gracias a los votos en Cataluña. No por casualidad, la celebración del mentado referéndum en dicha comunidad autónoma es una exigencia de Colau y los suyos que Podemos ha asumido como propia.



A tenor de estos hechos y ante la posibilidad de elecciones en Cataluña, ¿rectificará Pablo Iglesias y contará con Colau en los comicios autonómicos? De momento, quizás sea aventurarse demasiado. Pero este domingo, ante los otros líderes de su partido, el secretario general de Podemos afirmó que hoy en día “Ada Colau es la presidenta moral de la Generalitat”. Reveladoras palabras en tiempos de tanta incertidumbre.

Pablo Iglesias se retira tras atender a los medios. Podemos

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