El inicio de la legislatura está en manos del PSOE y Pedro Sánchez. Tras su reunión con el presidente Mariano Rajoy, el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, ha admitido que “estamos todos condicionados por el PSOE”. Poco después, desde Génova, sede del PP, el vicesecretario de Organización, Fernando Martínez Maíllo, ha repetido la misma idea: "Esperamos que Pedro Sánchez o el PSOE recapaciten y no nos cerramos a ninguna fórmula de entendimiento”.

La lista más votada y la cuarta fuerza confían en que Sánchez descarte a Podemos como socio electoral y acepte al menos abstenerse para iniciar la legislatura. Sánchez ha descartado de momento esta vía y ni siquiera ha querido escuchar la oferta del PP.

Rivera tiene el problema añadido de que su papel es testimonial: “No somos determinantes para una mayoría ahora mismo”, ha reconocido Rivera. En su comparecencia, Rivera ha repetido que ha planteado a Rajoy todo su programa reformista. Según el líder de Ciudadanos, el presidente del gobierno no le ha dicho que “se niegue a ninguna reforma”.

Pero Maíllo ha destacado solo los aspectos más básicos de las coincidencias con Ciudadanos: la unidad de España, la igualdad entre todos los españoles, Europa y el terrorismo. Las reformas más estructurales que pretende el partido de Rivera no son una prioridad.

Ciudadanos sigue de todos modos insistiendo en el inicio de la legislatura: “Si no hay legislatura, no hay reformas”, ha dicho Rivera. Unas nuevas elecciones más polarizadas es lo último que conviene a un partido nuevo de centro que además perdió fuelle en los últimos días antes del 20D.