Alberto Lardiés 93 METROS

Con sus 151 centímetros de estatura y su aspecto frágil, nadie diría que pasa horas frente al saco de boxeo. María José Jiménez es, además de la número uno de la candidatura de Podemos en Salamanca, una apasionada del kick boxing. Conocida por todos como Guru, sus puñetazos y patadas más potentes impactan contra los prejuicios. Ahora en política y antes en diferentes asociaciones, dedica su vida a combatir los estereotipos machistas y raciales.

Cuando alguien por la calle la llama por su nombre, ella ni siquiera se gira. Solo responde a su extraño apodo, que, como casi todo en su vida, esconde unos motivos robustos. “Cuando era muy pequeña no hablaba; tenía tres años y no era capaz de pronunciar una palabra, siempre decía 'guru, guru'... Un vecino de mis padres dijo que 'esta niña tiene que llamarse Guru”. Y el mote se quedó para siempre, según explica a EL ESPAÑOL en una larga charla que tiene como escenario una cafetería ubicada cerca de la sede de Podemos.

Gallega de nacimiento

Nacida en Lugo hace 39 años, pronto se trasladó a Orense, donde todavía hoy viven sus padres. Es la mayor de tres hermanos. El mediano regenta una pescadería en un mercado de abastos en Pontevedra. Y la pequeña es diplomada en Magisterio y ejerce como profesora. Guru es la única de la familia que dio el salto a Madrid nueve años atrás. Ahora trabaja en el Samur Social de la capital, en el turno de noche, de diez a ocho. “Soy funcionaria y, si saco el escaño como diputada, pediré una excedencia para dejar un trabajo para otra persona”. Vive en Vallecas y, por tanto, es casi vecina del líder de Podemos, Pablo Iglesias, con quien la relación es “muy cordial”.

Lo suyo por el asociacionismo es pura vocación. Con solo 15 años puso en marcha una asociación de mujeres en Galicia. Hace dos años, antes de sumarse a Podemos, fundó junto a una docena de conocidas la Asociación Gitanas Feministas por la Diversidad, con sede en Madrid. Hoy ya tienen sucursales en Lugo, Castellón, Murcia, Ponferrada y Granada. Gracias a su trabajo en este grupo de mujeres feministas y gitanas, contactó con grupos feministas de Podemos. Las conversaciones y las coincidencias en la visión sobre la sociedad hicieron el resto. Y ahora aspira a ser la primera mujer gitana que es diputada.

La madre de la intolerancia es la ignorancia, también conocida como la “desinformación” que atisba Guru en la sociedad española. “Lo peor es el peso de los estereotipos y los prejuicios porque la gente, sea de derechas o de izquierdas, tiene un discurso muy particular cuando habla de gitanos, y más de mujeres gitanas…”, arguye con pasión. “Estos prejuicios están en el imaginario colectivo, son una construcción social, casi política, que es muy difícil de romper… van a tener que pasar varias generaciones para destruirlos”.

Discriminación diaria

“Yo soy discriminada a diario por ser gitana”. Un ejemplo revelador es que jamás ha podido alquilar una vivienda. “Salí de la facultad y al año siguiente ya estaba trabajando con mi nómina y podía avalar los pagos, pero no podía alquilar”. Rememora que “cuando iba a alquilar, me preguntaban si era latinoamericana, si era del sur,… y yo explicaba que soy gitana, porque nadie debe negar jamás la pertenencia étnica”. Finalmente, la solución era recurrir a una amiga gitana de Murcia, “blanquita y con los ojos verdes”, quien viajaba a Madrid y alquilaba el piso a su nombre.

Hay otros ejemplos diarios que son imperceptibles para quienes no los sufren. “En casa me pongo mi moño y voy al supermercado, como cualquier mujer de España; el guardia de seguridad me acompaña a hacer la compra durante todo el recorrido, siempre; y esto no solo me pasa a mí, nos pasa a todas”. Esta es una carga que, según explica, “nosotras llevamos en la mochila desde que nacemos hasta que morimos, y esa mochila no la lleva nadie más en España”. Cuando estos episodios superan sus ánimos y encienden su rabia, ella se libera golpeando su saco. Aunque ahora no puede hacerlo porque el pasado 28 de octubre se rompió la clavícula en un accidente que tuvo con su moto de 125 centímetros cúbicos.

Las resistencias para comprender su feminismo también están inmersas en la comunidad gitana que en España forman casi un millón de personas. “Hay resistencias porque los cambios producen miedo. A muchos hombres les produce miedo el feminismo. Ahora eso, llévalo al pueblo gitano, que es el pueblo más castigado de Europa…”. Pero, ante todo, quiere destacar que su asociación “ha resultado un revulsivo que para nosotros es histórico dentro del movimiento asociativo gitano”.

Entrada en Podemos

Hasta ahora en España, el PSOE, sobre todo en Andalucía, era la formación que más había enarbolado la causa para que no se perpetúe la visión negativa sobre los gitanos. Su principal exponente fue el político Juan de Dios Ramírez Heredia. A partir del 20 de diciembre, Guru quiere ser la voz de las mujeres gitanas en el Congreso de los Diputados. Pero no solo eso, sino también la voz de todos los salmantinos. Ella encabeza la lista de Podemos por esta provincia a pesar de que no concurrió en las primarias del partido morado. El ganador de las elecciones internas, Jorge Lago, decidió que Guru debía ser la número uno del partido en esta circunscripción y se lo propuso. Y ella aceptó para intentar cambiar “el panorama político que hay en Salamanca, que es demencial”.

Las encuestas no son halagüeñas para Podemos en Salamanca. Pero ella confía en dar la sorpresa y lograr un escaño. Si es así, volverá a vivir en una ciudad que conoce a la perfección, “mi segunda casa”, porque su ligazón con Salamanca es doble. Por un lado, ella cursó allí sus dos carreras: Trabajo Social y Humanidades. Por otro, su pareja sentimental es oriunda de esta ciudad y, por tanto, “tengo allí a mi familia política”. Así, “tampoco soy tan cunera como algunos creen”.

De la capital de España le cuesta asumir “los ritmos y los tiempos” y adora al Real Madrid. “En mi casa es obligatorio ser del Madrid por la influencia de mi padre; me acuerdo de que con no más de 5 años, en la chabola donde vivíamos, la televisión estaba llena de banderas del Real Madrid y mi padre nos vestía de arriba a abajo de blanco en día de partido”. Su progenitor es de los que no cenan cuando pierde el equipo de sus amores. En su caso no es para tanto, porque prefiere los libros sobre feminismo que asegura devorar. Cuando tiene tiempo, también se deleita con su película favorita, Papusza (Polonia, 2013), que narra la historia de una poetisa gitana que antes de ver sus versos negro sobre blanco sufrió la pobreza y el repudio de su propia comunidad. “Con un vistazo a esa película, entiendes la causa gitana”.

La campaña

Aunque por ahora vive en Madrid, Guru está haciendo campaña en Salamanca todos los días. Por las mañanas visita “cuatro o cinco pueblos” y por las tardes se centra en pedir el voto en la capital de la provincia. “Voy a los rastros, a los mercados, a las charlas… siempre en la calle, en contacto con la gente”, asegura. También la han llamado para mítines en Sevilla o Murcia. Su encuentro con EL ESPAÑOL tiene lugar en Madrid porque ha acudido a la ciudad para presentar el manifiesto “Gitanas y gitanos por el cambio”.

La presentación se celebra en la sede central de Podemos, junto a la Plaza de España. Allí, cinco concejales gitanos y ella misma comparecen ante los medios para presentar este texto que denuncia que “el antigitanismo es por desgracia el racismo más permitido y explícitamente compartido por amplios sectores de la sociedad europea”. Guru y otros ediles como Lolo, de Cádiz, apuestan, entre otras cosas, por la “participación activa del pueblo gitano en la construcción de un nuevo acuerdo de país”, en línea con el discurso de su partido. Lamentan que solo unos pocos medios hayan acudido a la presentación. Pero no desesperan. Y prometen seguir peleando. En el caso de Guru será “golpe a golpe, verso a verso”, como escribió aquel poeta.

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