Con la inclusión de quien fue Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD) con el último Gobierno del PSOE, Julio Rodríguez, como número dos de su lista al Congreso de los Diputados por Zaragoza, Pablo Iglesias revoluciona la campaña y deja claro que no escatimará medios para pelear también por los votantes de centro izquierda. 

La incorporación de este general de división del Ejército del Aire en la reserva al partido de Pablo Iglesias ha supuesto un auténtico terremoto político y no sólo por lo inusual que es en España que un militar de alta gradación entre en política -más aún en un partido de izquierda radical- , sino porque obligará a Pedro Sánchez a meditar su estrategia frente a la competencia directa. Si Ciudadanos supone una amenaza por la derecha, que el PSOE intenta desactivar asimilando al partido de Albert Rivera con "la marca blanca" o las "nuevas generaciones" del PP, ahora Pablo Iglesias pretende rebañarle votos por el centro después de haberle mordido por la izquierda.

La entrada en Podemos de Julio Rodríguez, en su día mano derecha de Carme Chacón, se suma al paso dado por la portavoz de Jueces para la Democracia, Victoria Rosell, y por el exvocal del Consejo General del Poder Judicial propuesto por el PSOE José Manuel Gómez Benítez, interlocutor del Gobierno Zapatero en las negociaciones con ETA.

El propio Iglesias ha confirmado la OPA hostil de Podemos sobre el PSOE cuando, tras anunciar el fichaje del general, ha asegurado que no será el último. Podemos ha logrado dar un golpe de efecto que deja al PSOE tocado y sin posibilidad de reaccionar, ya que Pedro Sánchez cerró la composición de las candidaturas en octubre. Cuando el dirigente socialista incluyó a la excomandante Zaida Cantera en su candidatura, y la hasta ahora látigo del PSOE Irene Lozano, no podía imaginar que Podemos respondería con la incorporación de un oficial de mucho más relumbrón.

Julio Rodríguez no tiene fácil conseguir el acta, ya que en la circunscripción de Zaragoza hay sólo siete escaños en juego. Pero ya ha conseguido lo que pretendía. La presencia en sus listas de un oficial prestigioso y conocedor de secretos militares y de inteligencia concede a Podemos una vitola institucional que contribuye a su credibilidad. Y eso a pesar de lo chirriante que puede resultar que todo un general decida hacer carrera política en un partido radical que hace pocos meses promulgaba la salida de la OTAN.

Pablo Iglesias ha ido matizando y corrigiendo esta y otras posiciones políticas alegando un proceso de maduración de Podemos como partido con pretensión de gobernar. Aunque al general en persona le toca aclarar si respalda el derecho a decidir en Cataluña que descarta la ONU, con lo que ello conlleva de amenaza para la unidad territorial de España, y si comparte que su partido en Navarra, para conseguir representación en el Senado, vaya de la mano de EH Bildu.