Merodeos 11-10-2015 Mariano Gasparet

Elecciones Generales
12 octubre, 2015 02:46

Podemos reinventa las casas del pueblo antes del 20-D

En unas semanas el partido de Pablo Iglesias habrá inaugurado en Madrid su primera Morada, un espacio político-cultural-ciudadano con el que Podemos pretende reinventar el concepto tradicional de sede de partido y, de este modo, recuperar el pulso de la calle y hacer proselitismo. Mitad bar, mitad ágora y sala de conciertos y exposiciones, las moradas recuperan el espíritu de las casas del pueblo socialistas, o de las herriko tabernas de la izquierda abertzale, pero desde una visión más ambiciosa. De hecho, no han sido concebidas como clubes para militantes, sino como espacios de ocio, de debate político y cultural abiertos a todos los vecinos aunque no compartan el ideario de la formación. Con esta iniciativa Podemos deja claro que, lejos de amilanarse ante su caída en las encuestas, afronta la próxima campaña de las generales decidida a dar batalla en la calle para recuperar base social y llegar lo más fortalecido posible al 20-D.

Bonig o el riesgo de ser la García Albiol valenciana

El PP se juega en la Comunidad Valenciana buena parte de su resultado en las generales. Esta región es sociológicamente de centro derecha, aunque ahora gobierne una coalición PSPV-Compromís. Por eso ha pasado de ser un granero de votos del PP durante dos décadas a convertirse en una de las plazas en las que más crece Ciudadanos. La corrupción y la impasividad de Rajoy han generado enorme decepción. En esta tesitura, la nueva presidenta del PP valenciano, Isabel Bonig, asume un gran riesgo al aceptar el reto encomendado por el viejo PP de dirigir una reconquista popular. Bonig es una mujer enérgica en sus principios y vehemente en su discurso, que no rehúye el cuerpo a cuerpo, más bien al contrario. En cierto modo su perfil es como el del derrotado candidato del PP en Cataluña, Xavier García Albiol, cuyas ínfulas se estrellaron contra la imagen del PP.

Elocuente presencia de nuestro Ejército en el exterior

Nunca antes en la historia de España habían desplegado nuestras Fuerzas Armadas tantos efectivos. En total, de los aproximadamente 133.000 militares del Ejército, 2.300 se encuentran repartidos en tres continentes luchando contra la piratería y el terrorismo. Estas misiones, en Afganistán, Somalia, República Centroafricana o Irak, reflejan la relevancia de España en la política internacional, que a veces queda olvidada por la crisis económica de estos años y por la falta de liderazgo del presidente. Una mayor implicación militar es coherente con un Estado que es actor y protagonista de las principales organizaciones mundiales y que no puede pretender ser parte de ellos sin aceptar su responsabilidad a la hora de combatir las grandes amenazas globales. Las Fuerzas Armadas también son embajadores de la Marca España, y como tal prestigian a nuestro país en la escena internacional.

Una policía federal, un paso más para la Unión Europea

Este jueves los líderes europeos volverán a reunirse en Bruselas para tratar la crisis de los refugiados y discutir la posibilidad de crear una policía federal que vigile las fronteras de Europa. Esta idea, que se remonta a una propuesta del año 2002 del entonces presidente de la Comisión, Romano Prodi, ha sido recibida con hostilidad por parte de muchos estados, que consideran que la gestión de sus fronteras es uno de los últimos ámbitos de su soberanía nacional. Es comprensible su renuencia, pero estos países deberían recordar que, aunque los límites del espacio territorial son competencia propia, los problemas de control de refugiados y los relacionados con el crimen organizado afectan a todos los miembros de la Unión. Una policía común en las fronteras reforzaría la unidad de Europa, una de las obsesiones de EL ESPAÑOL, y la cooperación de sus estados miembros. Sólo unidos podrán los europeos afrontar los difíciles retos de la política internacional.