Conocer las raíces de Castilla-La Mancha de una manera directa, interactiva y amena. Este es el plan que ofrecen los siete yacimientos arqueológicos que a lo largo y ancho de la región descubren sus orígenes prehistóricos, visigodos, romanos, musulmanes o medievales.

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    Segóbriga (Cuenca)

    Los restos de la antigua ciudad romana de Segóbriga se extienden dentro del término municipal de Saelices (Cuenca). Su origen se dio como castro celtibérico hasta que con la conquista romana, Quinto Sertorio la convirtió en capital de esta zona de la meseta, allá por el 70 a.C. Con el cambio de Era, pasó de ciudad estipendiaria -pagaba tributo a Roma- a municipium, lo que provocó un gran auge económico como cruce de comunicaciones y centro minero de yeso. Es en esta época cuando se acometieron la mayoría de sus construcciones monumentales. Entre ellas destaca el teatro, inaugurado en tiempos de Tito y Vespasiano, y el anfiteatro, justo enfrente. Como ciudad romana de la época, también gozaba de acueducto, necrópolis, murallas, basílica, termas y acrópolis, todas ellas visitables. La entrada general la parque es de 6 euros, aunque hay opciones reducidas por 3 y también gratuitas.

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    Carranque (Toledo)

    En 1983, Samuel López se encontraba en la finca de Santa María de Abajo, en la localidad de Carranque (Toledo), cuando encontró una pequeña piedra negra con forma de dado. Su curiosidad le llevó a escarvar la tierra y encontrarse con un hallazgo que no podía creer: un espectacular mosaico. Casi sin querer, había descubierto una floreciente villa romana que hoy en día está considerada con una de las colecciones de mosaicos más importantes de la península Ibérica. Sobre una superficie aproximada de 600 m2 y recrean, la gran mayoría, temas mitológicos: personajes de la Iliada, representaciones de Neptuno y Animona, Diana y Acteón, Hilas y las Ninfas, Píramo y Tisbe, bustos de Minerva, Diana y Hércules, etc. La visitas, que son guiadas, son gratuitas hasta el 30 de junio de 2023. Eso sí, hay que realizar una reserva previa.

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    El Cerro de las Cabezas (Ciudad Real)

    El yacimiento del Cerro Cerro del Cabezas, situado en Valdepeñas (Ciudad Real), ha sido el último en incorporarse a la red de Parques Arqueológicos de Castilla-La Mancha. Situado junto a la autovía de Andalucía (A-4), representa uno de los mejores ejemplos de edificación de la cultura ibérica en la Edad de Hierro al no haber tenido ocupación posterior desde el siglo II a.C. Este oppidum, como se conoce a las ciudades fortificadas de esta época, puede visitarse de manera gratuita junto al centro de interpretación donde también se organizan talleres y actividades.

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    Libisosa (Albacete)

    Las ruinas de Libisosa esconden de manera callada siglos de historia en un cerro junto a la población de Lezuza (Albacete). Este asentamiento humano arrancó en la Edad del Bronce con un oppidum que dio pie a la Libisosa romana, una importante colonia en la época del Imperio. Con la Reconquista, alojó un complejo defensivo religioso-militar hasta su abandono. La visita a este yacimiento se complementa con el centro socio-cultural Agripina que funciona como centro de interpretación con una sala de exposiciones de la colección museográfica, sala de audiovisuales y salón de actos.

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    Recopolis (Guadalajara)

    El parque arqueológico de Recopolis, en Zorita de los Canes (Guadalajara), en realidad está formado por dos yacimientos arqueológicos, el de Recopolis de época visigoda y la ciudad andalusí de Zorita. Recopolis tiene la particularidad de ser un ejemplo excepcional de fundación de nueva planta en época visigoda que además se encuentra intacta y completa en la que destacan su palacio y su iglesia Palatina. En el 578 d.C. Leovigildo fundó esta ciudad imitando a los emperadores bizantinos y la bautizó con el nombre de su hijo y futuro rey, Recaredo. En cuanto a Zorita, a apenas 1,5 km siguiendo la ribera del río Tajo, su origen se data en el siglo IX, bajo dominio musulmán, sobre la cantera de la vieja Recopolis. En ella destacan los restos de su medina y la alcazaba, que tras la Reconquista fue convertida en castillo por la Orden de Calatrava. La visita al parque es gratuita con reserva previa, aunque de manera temporal no puede visitarse el castillo.

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    Alarcos (Ciudad Real)

    Alarcos, en el término municipal de Ciudad Real y muy cerca de la población de Poblete, también está formado por dos yacimientos: el propio de Alarcos y Calatrava la Vieja. En total, este lugar abarca siglos de historia y distintas civilizaciones que podrían abarcar desde el oppidum de la antigua ciudad oretana de Lacuris, citado por Ptolomeo, hasta el final de la Edad Media. Tras la época de iberización y romana, de la que se han hallado restos cerámicos y una necrópolis, no se han encontrado noticias sobre un yacimiento que recobró importancia con la Reconquista aunque de manera sangrienta. Después de caer en manos de musulmanes y cristianos de manera sucesiva tras varias disputas, Alfonso VIII encomendó su defensa a los Caballeros de Calatrava en 1178. Apenas dos décadas después Almansur Yakub-ben-Yusef volvió a controlarla al alzarse vencedor de la batalla de Alarcos, en la que la fortaleza fue demolida entregada en llamas. Con la batalla de Las Navas de Tolosa, Alarcos fue reconquistada de manera definitiva aunque ya nunca volvió a recuperar su antiguo esplendor, más allá de la fundación del Santuario de Nuestra Señora de Alarcos. Este yacimiento puede visitarse de manera grauita y guiada con reserva previa.

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    Tolmo de Minateda (Albacete)

    El séptimo y último parque arqueológico de Castilla-La Mancha es el de Tolmo de Minateda en Hellín (Albacete). Este yacimiento, asentado sobre un cerro o muela de 500 metros de altura, acoge un asentamiento cuyos orígenes se remontan a la Edad del Bronce. Se tiene constancia de que fue un lugar importante en la época Ibero-Romana, convertido en municipio en la época de Augusto, y que resurgió en época visigoda con un proyecto ex novo con diversas acciones de urbanización y fortificación. El asentamiento continuó hasta su abandono definitivo en la época islámica. Entre sus mayores atractivos, se encuentra el asentamiento rupestre del Abrigo Grande de Minateda, declarado Patromonio de la Humanidad en 1998 como parte de los conjuntos rupestres de Arte Levantino del Arco Mediterráneo. Se puede visitar de manera gratuita hasta el próximo 30 de junio.