Con emoción, pero también con preocupación e incertidumbre. Así está viviendo el periodista castellano-manchego Pedro Piqueras la erupción del volcán Cumbre Vieja en La Palma, lugar al que se desplazó el pasado lunes para informar de la situación en directo.

"Vi lo que estaba ocurriendo y sentí un arrebato. Sabía que tenía que venir", cuenta a EL DIGITAL desmintiendo los titulares que afirman que fue Telecinco quien le envió. "Lógicamente, fue decisión mía. En cuanto vi lo que estaba pasando llamé para decir que iba porque algo me dijo que tenía que estar allí. Se llama sentido de la profesión y no tiene mayor mérito", asegura. 

A pesar del tremendo suceso que está presenciando, el periodista reconoce que cuando puso rumbo a Canarias pensaba que la situación "iba a ser todavía peor". Sin embargo, una vez allí lo está viviendo con "una mayor tranquilidad". "Desgraciadamente, la erupción está haciendo mucho daño, pero creía que las lenguas de lava iban a ser más grandes todavía", relata el presentador.

Desde su llegada a La Palma, acompañado por tan solo un cámara y un productor, Piqueras ha dado cobertura a pie de calle -como periodista todoterreno que es- a todo lo acontecido. Tal es su implicación que el martes recorrió el camino de una lengua de lava, situándose a escasos metros de ella, para acercar la última hora a los espectadores, algo por lo que muchas personas le han calificado de "temerario". 

"Si hubiese visto peligro de que pasase algo, no habría entrado. La lava avisa y se mueve lentamente. No es un río ni un temporal, sino que va despacio. He leído comentarios diciendo que soy irresponsable, pero en absoluto es así. Yo soy una persona que se cuida y mi misión es informar a la gente, no jugar ni hacer locuras. A veces se leen cosas absurdas", ha respondido el presentador tras la oleada de críticas.

Las "dos caras" de la erupción

Su principal objetivo, según señala, es que la gente pueda entender lo que está pasando, una misión que está viviendo con emoción, pero a la vez con la pena que supone presenciar en primera persona una catástrofe de tal magnitud. "Una erupción tiene dos caras. Por un lado, lo sorprendente e impresionante que es y, por otro lado, la preocupación e incertidumbre generada por los daños que provoca. Hay mucha gente que está perdiendo su casa y, además, no se sabe qué va a pasar, ya que esto puede estar mucho tiempo evolucionando hacia no sabemos dónde", explica el castellano-manchego.

Sumado a los daños materiales que el volcán está causando, el periodista resalta los problemas para respirar, ya que "la lava en suspensión está llegando a todas partes". Además, señala que tanto él como su equipo están teniendo muchas dificultades para desplazarse, ya que "la Guardia Civil tiene controladas todas las entradas y salidas de las zonas más peligrosas y no permiten que nadie entre". Sin embargo, admite que está "muy contento" por la cobertura que están dando y por la "perfecta coordinación" que tienen con la central de los informativos de Telecinco en Madrid.

Este jueves es su último día en La Palma y Piqueras asegura que se va con una sensación agridulce tras conocer de primera mano la situación de los vecinos, muchos de los cuales han perdido su casa. No obstante, es consciente de que haber vivido la erupción en primera persona le ha servido para "comprender mucho mejor la situación" y poder "afrontarla de otra manera a partir de ahora".