La fisioterapeuta María Isabel Algaba trabaja atendiendo a alumnos con necesidades especiales en distintos colegios de la provincia de Albacete. Ella, al igual que el resto de sus compañeros en toda Castilla-La Mancha, es contratada por la Junta de Comunidades cuando comienza el curso escolar, en el mes de septiembre, y es despedida cuando acaba, el mes de junio del año siguiente.

Por eso, califica como "propaganda" que el Gobierno castellano-manchego anunciase la semana pasada la contratación de 45 fisioterapeutas más para afrontar el curso que acaba de comenzar. "Es absolutamente falso. Lo cierto es que se contratan a los 45 fisioterapeutas a los que se despidió en junio", asegura Algaba, que también es delegada de la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF).

El sindicato, mediante una nota de prensa, ha denunciado también la falta de medios con los que desempeña su labor el colectivo de fisioterapeutas escolares. "Estamos hablando de profesionales que trabajan de forma itinerante desplazándose en el mismo día a diferentes localidades, con su propio coche y en muchos casos en espacios inapropiados, condiciones deplorables y sin el material adecuado", denuncia Algaba, cuyos viajes de trabajo suponen 600 kilómetros a la semana.

Afecta a la atención de los menores

Pero, más allá de sus propias condiciones de trabajo, los fisioterapeutas están preocupados porque, a su juicio, la precaria situación laboral que padecen "repercute negativamente en la atención a alumnos con discapacidad motórica". María del Mar Ortega, fisioterapeuta itinerante en la provincia de Cuenca, arrastra contratos temporales desde 2010: "Los fisioterapeutas y los menores con discapacidad motórica somos los grandes discriminados del sistema educativo. En muchos casos nos incorporamos con el curso ya empezado y ni siquiera lo acabamos. Son periodos en los que los niños no están atendidos".

"Es muy duro que las familias tengan que explicar cada septiembre a un nuevo fisioterapeuta los problemas de los hijos. Se pierde la relación con los alumnos y se rompe la coordinación con los servicios médicos. Todo va en perjuicio de los menores", denuncia Ortega. Por ello, desde CSIF reclaman que los fisioterapeutas escolares pasen a formar parte de la plantilla estructural de la Consejería de Educación.

En ese sentido, Algaba entiende que "la Consejería de Educación incurre en un fraude" puesto que está utilizando la misma fórmula de contratación temporal para cubrir supuestas "necesidades temporales" desde hace más de 15 años. Pese a que el colectivo de fisioterapeutas presentí hace cuatro años un informe exahustivo sobre la situación que padecen, denuncian que la Administración regional "no han hecho absolutamente nada" para proteger a estos 45 profesionales y a los 600 escolares con necesidades especiales que atienden en los centros educativos de Castilla-La Mancha.

Apoyo de las familias

De su lado, la presidenta de la asociación 'Un@ Más9 de apoyo a niños con discapacidad y sus familias, Lourdes Alcolea, denuncia que "año tras año es la misma historia" y constata que "es muy duro llegar al inicio de curso y encontrarnos con que todavía no hay ningún fisio en el centro o que acaben sus contratos antes de tiempo".

Alcolea recuerda que "estos profesionales son necesarios" puesto que atienden a "niños y niñas con muchas necesidades". Por ello, considera insuficiente el tiempo de atención fisioterapéutica que reciben, un máximo de cuatro horas al mes, y demanda que la Junta amplíe la plantilla de fisioterapeutas educativos puesto que es "totalmente insuficiente".