Euforia, aplausos, delirios y vítores, una imagen que recordaba a los césares cuando eran aclamados por la multitud en los coliseos romanos. En este caso, un castillo medieval en Toledo ha sido el escenario elegido por el presidente del PP en Castilla-La Mancha y su Junta directiva para convocar oficialmente el XV Congreso del partido en la comunidad autónoma. También para que Paco Núñez anuncie su candidatura a la presidencia de la Comunidad ante el visible entusiasmo de más de un centenar de militantes. 

No tardó el aspirante en su arenga destacar sus capacidades, méritos y credenciales para aspirar a presidir el Gobierno de Castilla-La Mancha. Un bagaje de "experiencia y capacidad suficientes para trabajar y gobernar" la región. Virtudes igualmente percibidas por la militancia que con "más de 8.000 firmas y cientos de llamadas y mensajes" ya han mostrado su apoyo a Núñez. También la dirección nacional que prefiere no remover las aguas electorales de esta tierra y dar su confianza al candidato avalado mayoritariamente por sus bases, salvo la aparición de algún "espontáneo" de última hora para dar colorido al proceso. 

Atraviesa Núñez por un momento plácido entre la militancia de su partido que ya le aclama como presidente. Si la de Castilla-La Mancha se trata, el candidato proponer para conseguirlo las mismas cuentas que su líder nacional, Pablo Casado, para alcanzar la Moncloa: contar la colaboración imprescindible de VOX, como así señalan la mayoría de las encuestas, si pretenden lograr sus respectivos objetivos. 

Unas conclusiones y cálculos que no pueden extrapolarse a Castilla-La Mancha, a pesar de contar con el apoyo de los ultraconservadores, y con Ciudadanos perpetrando su caída hacia la desaparición del espectro político. Los protagonistas y territorios son aquí bien distintos, incluso con García-Page amortizado, "cansado y aburrido" tras décadas en la política, como vaticina Paco Núñez. Una conclusión ilusionante para el candidato pese a que la legislatura se encuentra a poco más de la mitad, y las previsiones económicas, sanitarias, y laborales tras la salida de la pandemia apuntan perspectivas más optimistas para Castilla-La Mancha. Y todo ello sin olvidar a las izquierdas y su relación con el PSOE, un escenario donde no dejan de aparecer nuevos actores.