Me recuerda el recién reelegido presidente de CECAM, Ángel Nicolás, al que fue rostro de la patronal en España durante 23 años, José María Cuevas. Tras siete reelecciones consecutivas –la última en 2006 con el 92% de los votos- Cuevas supo captar durante su mandato el aprecio general, incluido el de los líderes sindicales de la época: Cándido Méndez, de UGT, y José María Fidalgo de CC.OO. Un afecto que no le impidió rehuir las críticas, los ataques, ni la necesidad convertida en obligación de entrar en polémica cuando fuera preciso con los propios sindicatos, políticos y Gobierno de turno.

Lleva Nicolás el mismo camino, pues son ya doce años al frente de la patronal en Castilla-La Mancha, más de veinte como presidente de la Federación Empresarial Toledana, y formando parte a la vez de las ejecutivas de CEOE y CEPYME. También como Cuevas, ocupa la cúpula empresarial en esta tierra sin ser específicamente empresario y, además, hacerlo casi a perpetuidad y sin ningún otro candidato que le  dispute el cargo en las sucesivas convocatorias.

Polemista formidable y siempre dispuesto a la defensa del empresario y de las organizaciones que preside, Ángel Nicolás representa al patrono que sabe hablar con los sindicatos y con una fluida vinculación con el gobierno… autonómico. En efecto, bien relacionado con el poder más próximo, incluso complaciente en ocasiones, el presidente de CECAM es, en cambio, azote del Gobierno de Pedro Sánchez por su incapacidad de abordar convenientemente la política económica que el país necesita y los empresarios demandan. Un Estado, en su opinión, "débil e ineficaz”, que impide el desarrollo del país y el bienestar de sus ciudadanos. Un mantra que los directivos de la patronal CEOE repiten incansables.

 Aunque los indicadores de empleo o actividad comienzan a vislumbrar una senda estable de recuperación en Castilla-La Mancha, -desde luego, no tanta como nos anuncia con tanta algarabía el Gobierno regional- aún quedan miles de trabajadores en esta tierra que permanecen en ERTE y cientos de empresas que han tenido que echar el cierre. Más no es el único reto de una de las regiones más castigadas por el azote del desempleo. Nos encontramos ante una oportunidad única de salir reforzados de la crisis y avanzar para que nuestra economía sea más competitiva, productiva y moderna. En definitiva, un futuro más próspero donde la patronal de Castilla-La Mancha, junto al resto de agentes sociales, juegan un papel fundamental en el que deben concentrar sus esfuerzos e intereses.  Una labor donde el recién reelegido presidente de CECAM, respondiendo a la inmensa confianza que los empresarios de la región le han otorgado, debe ser artífice principal de su ejecución, contribuyendo de manera efectiva a la recuperación de la economía y el empleo que esta tierra tanto necesita.