El Gobierno socialista de Castilla-La Mancha desea poder aprobar los Presupuestos de la Junta para 2017. Los necesita y los implora, y trabaja para que las cuentas públicas de la región puedan salir adelante y la crisis actual quede desbloqueada. El presidente regional, Emiliano García-Page, está manteniendo, en este sentido, una actitud positiva, discreta y conciliadora, tendente a abrir puentes de diálogo tanto con el Partido Popular, mayoritario en las Cortes castellano-manchegas, como con Podemos, principal artífice de que todo saltara por los aires en el mes de abril, aunque la situación es incierta y es difícil prever ahora mismo lo que pueda ocurrir.

Es importante para Castilla-La Mancha salir del bloqueo actual y estabilizar la legislatura, y por eso el Ejecutivo autonómico mantiene en estos días una notable prudencia que pueda favorecer sus conversaciones con todos los grupos políticos y que al final la situación culmine de forma positiva. Los intereses políticos partidistas no pueden paralizar a toda una comunidad autónoma y los tres partidos con representación en las Cortes castellano-manchegas tienen un alto nivel de responsabilidad en todo lo que pueda ocurrir, sin restar, por supuesto, ni un gramo a la que le corresponde directamente al propio Gobierno regional.