Ayer adelantó EL DIGITAL CLM, que Carlos Velázquez, presidente del PP de Toledo, sería nombrado portavoz del Grupo Popular en la Diputación en sustitución de Pedro Casas, tal como había informado el grupo "popular" al presidente de la Diputación en un escrito firmado por todos sus miembros, excepto los dos principales afectados, Velázquez y Casas.

Todo parecía dispuesto para que se produjera el cambio en la forma adoptada por el grupo del PP y suscrita por siete de los nueve los diputados que lo componen. E incluso se hablaba en fuentes del PP de que este acuerdo iba en línea con el pacto entre Núñez y Velázquez y lo ordenado por la dirección nacional y la regional del partido, pero en el fondo subyacía una guerra interna que terminó dando la cara el mismo lunes por la tarde, al proponerse en el Comité Ejecutivo del PP de Toledo que Carlos Velázquez sea el presidente del grupo de la Diputación, no el portavoz, de acuerdo con los estatutos del partido, que establecen que siempre que el presidente se incorpore a un grupo institucional "será quien lo presida". La propuesta por el momento es solo eso, una propuesta que no llegó a votarse en el Comité de ayer por la tarde. Velázquez no pretende sustituir a Pedro Casas, alcalde de Miguel Esteban, sino a Manuel Fernández, alcalde de Gálvez, ambos ya históricos en el PP toledano.

Velázquez tenía que asumir un cargo en la Diputación que le permitiera dedicarse plenamente a la política antes de la celebración de las próximas elecciones autonómicas y municipales, para las que quedan todavía más de un año. Y estaba claro que tendría que ser presidente o portavoz del grupo. Más lo primero que lo segundo ya que de lo contrario podía darse la paradoja de que como presidente provincial estuviera a las órdenes en la Diputación de alguien con menor rango en el partido, si bien en el resto de grupos de la oposición el "jefe" respectivo es el portavoz. La presión de un buen numero de alcaldes, entre ellos la mayor parte de los miembros del grupo de la Diputación; la buena labor realizada por Manuel Fernández como presidente del grupo y las supuestas órdenes de Génova no han impedido que Velázquez se proponga como nuevo presidente del Grupo. 

Ahora está por decidir el resultado de esta guerra interna entre la dirección provincial del PP y el grupo de la Diputación. Se entiende que los cambios en el grupo deben ser votados por todos los diputados, que son, en teoría, los responsables de decidir la composición de sus órganos de dirección. Pero no es lo que entiende la dirección del PP toledano que preside Carlos Velázquez. El lío está servido.