Eran las dos grandes expectativas socialistas regionales en la remodelación del nuevo Gobierno de Pedro Sánchez. Si en el caso de la que ha sido portavoz durante la mayor parte de la legislatura su cambio al Ministerio de la Vivienda le suena a uno a premio, el que Milagros Tolón no haya resultado agraciada con un ministerio lleva consigo un cierto aire de decepción, aunque en unos días seguramente sea compensada por su fidelidad al líder con la pedrea que acompañan a estos movimientos sísmicos habituales desde el poder central. De todas maneras, el no nombramiento, por mucho que ahora se compense con otro cargo, ha dejado un regusto amargo difícil de compensar en el entorno de Milagros Tolón.

Está claro que haber sido la mantenedora oficial del relato en los tiempos del primer Frankenstein de Sánchez tiene su mérito y, por eso, a Isabel Rodríguez se la premia con uno de esos ministerios del gasto en los que todas las preocupaciones del titular del ramo no van más allá de dónde colocar la mejor partida en beneficio de los amigos, o de luego explicar a algún alcalde cabreado por qué de lo suyo no hay nada. Son ministerios en los que, aunque no se tenga todo el presupuesto para satisfacer al menos a los amigos, siempre se puede recurrir a repartir sonrisas, promesas y buenas palabras, o como recomendaba don Francisco de Quevedo con las hermanitas de la cofradía del dar y el tomar, "gastar la prosa y guardar la mosca". El compañero Emiliano, perro viejo y escamado de tantas buenas intenciones sin presupuesto detrás, ya ha avisado de no admitir aquello tan pícaro, clásico y español del yo invito y tú pagas.

Y es que, al contrario de lo que ocurrió en aquel tiempo del comienzo del desarrollo del título VIII de la Constitución con la transferencia de competencias del Estado a las Comunidades Autónomas, en el que parecía que todos los dirigentes regionales tenían prisa por recibir todo lo que viniera desde Madrid, desde hace años cualquier promesa de transferencias o de normas a desarrollar en el terruño, si no vienen acompañadas de la consiguiente dotación presupuestaria, se miran con lupa y más, como un verdadero regalo envenenado.

Sospecha Emiliano García-Page que el yo invito y tú pagas en forma de decretos, leyes y normas no sólo se utilizarán contra Ayuso o Juanma Moreno, sino que algo le tocará también en el reparto de obligaciones. Cualquier regalo desde el ministerio del gasto que ahora encabeza Isabel Rodríguez será examinado en el Palacio de Fuensalida, sin ninguna duda, con especial atención.

Isabel y Milagros, dos mujeres de Sánchez para no perder de vista.