Los foros de El Español son una mina. El viernes Pepe Álvarez y su pañuelo –érase un hombre al pañuelo pegado- mantuvo un interesante intercambio de opiniones con el consejero de Fomento de Castilla-La Mancha, Nacho Hernando, a cuenta del pacto alcanzado por Junts y el Psoe en torno a la cesión de competencias en materia de inmigración a Cataluña. Decía Hernando con razón –al igual que había expuesto Page el día anterior- que el acuerdo lindaba con principios claramente indefendibles por cualquier político socialista. A lo que Pepe Álvarez y su pañuelo indicaron que con Hernando dentro del Psoe, el partido no tenía que salir a buscar problemas fuera porque ya los tenía dentro.
La eterna purga de la izquierda en boca de un sindicalista. Hernando se tenía que haber puesto en ese momento un pañuelo al cuello e irse con Pepe de mariscada. Seguro entonces que el diagnóstico habría sido otro.
Y es que esta misma semana se ha vuelto a conocer la afición de los sindicatos por el marisco tras hacerse pública la relación de establecimientos que Comisiones Obreras recomendaba a sus liberados para comer. Entre ellos, un dos estrellas michelín y también alguna que otra marisquería o restaurante con marisco fresco. Me lo quitan de las manos, oiga, de lo fresco que lo llevo. Lo cierto es que a mí no me sorprende… Ya se hizo público cuando los Ere y ahora, vuelta la burra al trigo.
La mariscada es un torpedo en la línea de flotación sindical. No porque no tengan derecho a comer donde les plazca… Ni tan siquiera porque prediquen una cosa y luego hagan la otra… Sino sencillamente porque a lo único que aspiraban era a convertirse en burgueses con pañuelo largo. Y mira que luego pelando langostinos se manchan los puños de las camisas… Por no hablar de los percebes al hincarles el diente y bañar al camarada… El sudor sindical de la frente y la parrilla. En las redes corrió como la pólvora de nuevo el grito de “¡A las mariscadas!”, con que ya el ingenio popular bautizó esta querencia en los Ere. La patronal debe llevar a los sindicatos a negociar los convenios entre mariscos. Y que paguen ellos, claro. Bueno, eso o algún liberado sindical.
Los discursos obreros se han demostrado falaces a lo largo de la Historia, porque la lucha de clases sólo era un intercambio de papeles con peor guion. Quítate tú pá ponerme yo, como decía el son cubano. He ahí que el hombre nuevo de la revolución no nació nunca, porque sólo quería comer marisco y aprovecharse de las ventajas del capital. No vinimos a derribar el capitalismo sino a chuparle la cabeza y comer quince mil quisquillas. Pepe y su pañuelo lo tienen mal para la siguiente argumentación.
Es verdad que él es de la UGT y la lista filtrada, de Comisiones… Pero la historia demuestra la coincidencia de los sindicatos de clase en la lucha, como ocurrió en los Ere y sus mariscadas… Unai Sordo se aprovecha de que el marisco no habla. La historia de la gamba de Tip es un cuento de niños al lado de estos señores. Con razón siempre dicen que la patronal mete la gamba. Porque es lo que ellos quisieran hacer. Pepe y su pañuelo no tienen por qué salir a buscar el marisco fuera. Ya lo tiene en casa. El próximo año, que mande un centollo.