Luka Modric ya es una entidad en el Real Madrid. El croata ha tenido una carrera de leyenda en el club blanco a lo largo de sus siete años defendiendo la camiseta blanca. Ya son más de 300 partidos que comenzaron como una humilde apuesta para completar la plantilla con la que José Mourinho trataba de devolver el prestigio en Europa al club y han acabado como un centrocampista con un hueco en la historia del fútbol moderno.

El jugador que llegaba, según algunos “para tapar agujeros” se ha convertido en un nuevo madridista que gana el Balón de Oro. El premio que consiguió tras su gran 2018 fue el punto más alto de su carrera cuando nadie había apostado por Modric. Mourinho, Ancelotti y Zidane encontraron las virtudes que les ofrecía este centrocampista para que el Real Madrid siguiera levantando títulos con el croata siendo más que protagonista.

Este año se abrió un debate interno ante la posibilidad de dar un paso al lado y empezar una nueva aventura lejos del Santiago Bernabéu. Modric siente que lo ha conseguido todo en el club blanco y que irse ahora es hacerlo por la puerta grande. Pero el nuevo escenario que ha traído consigo el coronavirus ha cambiado su parecer.

Derecho a decidir

A sus 34 años ha demostrado que está para seguir siendo un jugador a tener en cuenta en una plantilla como la del Real Madrid. Quizá ya no tiene la misma fuerza que en 2012 cuando llegó, pero la cabeza sigue funcionando a pleno rendimiento y los momentos brillantes que ha dejado en esta 2019/2020 invitan a pensar que el próximo año podría tener minutos clave.

Sidnei presiona a Luka Modric EFE

Su nivel durante los partidos en los que ha tenido que ser protagonista ha sido notable. El culmen lo encontró en la Supercopa de España donde creó una sociedad con el resto de los centrocampistas que permitió al equipo levantar el título. Su papel ya no puede ser el de referencia, pero como actor secundario puede liderar espiritualmente el equipo. Quién no se fía de Luka al pasarle el balón.

El croata aceptó que Fede Valverde estaba a un nivel superior, ha facilitado su paso adelante esta temporada y ha seguido teniendo un papel de líder sin ser todo lo titular que ha sido en las últimas temporadas. De hecho, a pesar de perder su titularidad en favor del uruguayo, ha encontrado en él una mayor libertad para aparecer cerca del área y mostrar su maravilloso disparo.

Una mirada al futuro

Modric tenía varias opciones para salir esta temporada. Aunque la salida hacia Milán se complicó después de la marcha de Boban, la opción de Estados Unidos para unirse al proyecto del Inter de Miami de David Beckham es muy seria. Esta era la preferida por el croata, ya que supone dar un paso a un lado hacia una liga diferente y con un cartel tan relevante como el de Europa en un nuevo mercado.

Renan Lodi intenta robar el balón a Luka Modric REUTERS

En su mano también está la llegada de Martin Odegaard. El noruego está destinado a ser su predecesor y el Real Madrid medita si cancelar el acuerdo de la cesión en la Real Sociedad para la segunda temporada. En cualquier caso, los blancos no van a forzar ninguna situación. Los escenarios que plantean para el año que viene podrían hacer coexistir a los dos, aunque la realidad es que el escandinavo tendría más relevancia que el croata.

De lo que no hay duda es de que Modric se ha ganado el derecho a decidir. Su carrera y su temporada justifican que el croata tenga la última palabra. Aunque su liderazgo y su madridismo son una garantía si termina quedándose para la 2020/2021. Luego las campañas son largas, hay lesiones, momentos de forma y todos tienen su tramo del año para ser relevantes. Confiar en el croata es siempre una apuesta ganadora. Él tomará la última decisión.

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