Pese a que Marruecos no se jugaba nada puesto que ya estaba eliminada de Mundial de Rusia, el combinado africano salió a por todas ante España. Esas pulsaciones subidas provocaron algún que otro cara a cara que no fue a mayores pero que obligó al colegiado a parar el partido. Amrabat, una de las estrellas marroquíes, cerca estuvo de recibir la primera amarilla por dos entradas fuera de lugar a Isco y Ramos.

Primero fue con el malagueño. Peleando un balón suelto, el jugador del Real Madrid llegó a controlarlo pero se encontró con la pierna de Amrabat y con un golpe en la cara. El colegiado lo dejó pasar pero solo unos metros más adelante se repetía la historia, esta vez con Sergio Ramos como damnificado. Nuevo golpe en la boca que cerca estuvo de hacerle sangrar. El árbitro tuvo que intervenir pero la tangana ya se había formado. Ramos se quejaba de esa dureza de Amrabat y de su intención de hacer daño a los jugadores españoles. Sin embargo, la charla quedó en nada. La tensión, eso sí, quedó reflejada.

UNIDAD EN EL VESTUARIO

El gesto de defensa de todos los jugadores del combinado nacional, igualmente, muestra la unidad que reina en el vestuario a pesar de todos los contratiempos que han tenido que vivir en las últimas semanas por culpa de la gestión de Rubiales. El despido de Lopetegui sigue en la cabeza de muchos e incluso algunos jugadores como Saúl se han pronunciado públicamente en contra de esa medida tomada por el máximo mandatario del fútbol español.