El Real Madrid ya empezó a calentar el partido de vuelta de las semifinales de la Champions League tras el encuentro de Liga de este sábado frente al Leganés. Con la victoria en el bolsillo, tanto Zidane como todos los jugadores que pasaban por zona mixta coincidieron en el mensaje: el Santiago Bernabéu tiene que ser un infierno.

Será la última noche de la temporada en la que el Santiago Bernabéu sea el escenario de un encuentro de Champions. Una de esas noches que han engrandecido durante largos años la enorme leyenda de uno de los estadios más simbólicos de todo el mundo. Es por eso que el equipo quiere que su público sea uno más sobre el césped y le dé el apoyo necesario ante un Bayern que saldrá a morder desde el minuto 1.

EL MENSAJE DE ZIDANE Y LA PLANTILLA

"Necesitamos a la afición como nunca en el estadio. Ellos saben lo que nos jugamos y siempre han estado detrás de nosotros. Ahora tienen que estar como nunca para llevarnos hasta la final", era el mensaje de Zidane tras el partido contra el Leganés. Sus jugadores le siguieron como Kiko Casilla que decía: "Las noches de Champions en el Bernabéu son diferentes, mágicas". Vallejo, Mayoral, Llorente... Todos los que hablaron repitieron la misma premisa.

El Madrid ya ha tenido que soportar la encerrona de Múnich y sobre todo la de París en los octavos de final. Contra la Juventus, el Santiago Bernabéu ya fue un hervidero con aquella imponente pancarta de 'Great White' -'El tiburón blanco'-. La fórmula se quiere repetir ahora para dar el último empujón al equipo de camino a Kiev.

El Santiago Bernabéu será un infierno para el Bayern

EL PARTIDO COMIENZA CON LA LLEGADA

El partido comenzará con la ya tradicional quedada de los aficionados en la plaza de los Sagrados Corazones para recibir al equipo en una noche mágica. Habrá lleno total en el estadio y el autobús llegará acompañado de una enorme marea de madridistas. El Madrid necesita dar un paso al frente en el Santiago Bernabéu. La mala imagen ante la Juve, frente al PSG se sufrió y en Liga los partidos en casa se están convirtiendo en un suplicio donde el equipo sufre y no se da el nivel que sí se da en Champions. La afición tiene que ser el jugador número 12.

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