Cada cual tendrá su preferencia en cuestión de botones, pero los capacitivos supusieron un gran avance tras los primeros físicos. Pero ¿cómo funcionan?

La evolución de los botones del frontal en los móviles ha sufrido tres pasos importantes. De los botones físicos con pulsación pasamos a los botones capacitivos o táctiles; después a los botones virtuales impresos en pantalla. Sobre gustos no hay nada escrito, ya se sabe, pero seguro que sí te gusta saber cómo funcionan las cosas. Por ejemplo… Los botones capacitivos.

Este tipo de botones son físicos porque disponen de su propio espacio en el frontal de la pantalla, pero carecen de recorrido en la pulsación como sí tienen los botones de volumen o el de encendido. Quizá pienses que poseen una circuitería propia o un sensor dedicado a detectar las pulsaciones concretas por botón, pero nada más lejos de la realidad. Como me explicó un día Iván Escuder, de BQ, el funcionamiento de los botones capacitivos es más simple de lo que parece.

El panel táctil que cubre la pantalla es el encargado de la magia

Los botones táctiles situados en el frontal no poseen un circuito propio ni sensores dedicados a capturar el toque del dedo: forman parte del panel digitalizador que cubre el frontal del smartphone. Dicho panel es el encargado de registrar los toques que realizamos sobre la pantalla transmitiéndolos al sistema en forma de eventos; que desembocarán en una acción concreta (ir al home, retroceso…).

La pantalla de un smartphone es una especie de sándwich formado por varias capas. Está el cristal protector que tocamos con el dedo, una red invisible a modo de digitalizador que captura la posición y número de toques y luego está el propio display, ya sea LCD u OLED. Esta disposición se traslada a toda la pantalla cubriendo la zona inferior en aquellos smartphones que poseen botones capacitivos.

Como el digitalizador captura los toques supone un ahorro extenderlo hasta el final del frontal para dotar a los botones capacitivos de su reconocimiento táctil. El sistema identifica a la perfección los toques porque sabe qué zona concreta del frontal corresponde con los botones o con la propia pantalla. Mucho más barato que dotar a los botones de su propia circuitería e igual de efectivo.

¿Qué ocurre cuando fallan los botones capacitivos?

Ya hemos visto que es el panel digitalizador el encargado de transformar las pulsaciones en eventos reconocibles por el sistema. Y este panel corresponde con la pantalla, luego es imposible cambiar solo la zona de los botones si alguno deja de funcionar.

Por lo general suele ser problema de software, no es demasiado común que una zona del digitalizador pierda la capacidad táctil. Así que, en este caso, hay que esperar a que el fabricante actualice el firmware corrigiendo el problema.

Si por desgracia el fallo es físico, lo único que puedes hacer es acudir al fabricante y hacer uso de la garantía. Es un problema de fabricación, por lo que deberían arreglártelo. Si no tuviera garantía la solución más viable sería cambiar la pantalla al completo, una reparación que suele tener un coste medio de 90 euros (dependiendo del modelo).

Para paliar el problema de la falta de sensibilidad en los botones capacitivos también puedes optar por un parche: colocar botones virtuales de navegación. De esta manera seguirás usando el móvil teniendo en pantalla el control necesario para administrarlo.