Análisis del Vodafone Smart N8: Un móvil demasiado básico

Análisis del Vodafone Smart N8: Un móvil demasiado básico

Análisis

Análisis del Vodafone Smart N8: Un móvil demasiado básico

Analizamos el Vodafone Smart N8, un dispositivo propio de la compañía telefónica. Tras un extenso tiempo probándolo nos preguntamos: ¿cuán cuestionable es?

29 noviembre, 2017 21:10

Vodafone Smart N8, un móvil especializado para un público poco experto en Android y fiel a la compañía telefónica propietaria. ¿Estará a la altura?

¿Os acordáis de esos móviles propietarios de una compañía con bajas especificaciones en los albores de Android? Pasa por nuestra mesa de análisis un dispositivo perteneciente a este mercado: el Vodafone Smart N8. Un teléfono de gama de acceso dirigido a un público muy básico de telefonía, accesible a muchos.

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Ya os hago un pequeño spoiler: es un dispositivo bastante cuestionable. Y de hecho, podría incluso decir que es de los pocos teléfonos que han pasado por mis manos que, sinceramente, ni se me ocurriría recomendar. Parece ser que los chicos de Vodafone han escatimado en exceso con este terminal. Y ya veréis por qué.

Características del Vodafone Smart N8

Le daremos el repaso de rigor al hardware que da vida a este Vodafone Smart N8. Y aunque ciertas partes de este teléfono son bastante conocidas, otros están bastante por debajo del estándar mínimo que podría caber en 2017.

  • Pantalla | 5″ pulgadas de pantalla con resolución HD 1280 x 720p y 294ppp.
  • Dimensiones | 144,5 mm x 72 mm x 8.7 mm
  • Peso | 151 gramos.
  • Procesador | MediaTek MT6737 de cuatro núcleos a 1.3 GHz Cortex-A53.
  • GPU | Mali-T720.
  • Sistema operativo | Android 7.0 Nougat.
  • Memoria interna | 
  • Memoria RAM | 16GB expandibles mediante tarjetas micro-SD de hasta 32GB.
  • Cámara trasera | 13MP f/2.0 con grabación en vídeo a 1080p y flash LED.
  • Cámara delantera | 5MP con flash LED.
  • Batería | 2400 mAh sin carga rápida.
  • Conectividad | NFC, Wi-Fi, GPS, sensor de huellas dactilares, GLONASS…
  • Colores | Dorado y gris.

Diseño: extraño pero satisfactorio

Nos encontramos ante un diseño que no grita premium por ningún lado, pero sí que grita (y mucho) «robustez». Cuando sostienes el Vodafone Smart N8, te da una sensación a medias entre robustez clara y una calidad de materiales no tan buena. Es extraño, ya que aunque las sensaciones a la mano son muy mejorables, sí nos otorga la prueba desde el minuto uno de que es un teléfono resistente.

En la parte delantera del dispositivo nos encontramos el micrófono para las llamadas, la cámara delantera de 5MP y un flash LED, detalle que cada vez es más usual y que se está viendo más y más en las gamas bajas e intermedias de Android. Podríamos pedir unos marcos bastante mejor aprovechados, pero tratándose de la gama que es, se lo podemos perdonar.

En la parte de abajo tenemos el altavoz principal y una total ausencia de botones, ya que los tenemos integrados en la pantalla. Cabe destacar como anécdota que la barra de navegación es la misma que la de los Pixel.

Unos materiales de calidad mejorable nos otorgan robustez en la mano cuando cogemos este Vodafone Smart

En la parte superior tenemos el jack para los cascos de 3.5 mm. En el lateral derecho tenemos los botones de subir y bajar volumen acompañados del botón de power, y en el otro lo tenemos desnudo. En la parte de abajo nos encontramos con el micro USB 2.0 de toda la vida, totalmente esperable en esta gama de precios.

Aquí nos encontramos lo más interesante del dispositivo. Tenemos la cámara principal de 13MP con su respectivo flash LED, el lector de huellas (del cuál haré una mención más tarde) y una tapa trasera que podremos extraer que emula un acabado metálico. Retirándola podremos insertar nuestra SIM y nuestra tarjeta SD.

Todo esto resulta en un agarre preciso, una comodidad bastante pronunciada pero en unas sensaciones nada favorecedoras en lo que concierne a calidad. Todo aquel que adquiera este teléfono ya se atiene a que no va a encontrarse con un tacto emulable al de un gama alta. Pero si tuviéramos que compararlo con sus hermanos de gama, quedaría incluso más por debajo bajo mi particular parecer.

En otros casos, los dispositivos que pertenecen a esta gama de precios suelen aparentar ser más caros de lo que realmente son. No es el caso de este Smart N8, que no pretende tener ningún alarde. Comprendemos que su precio no le acompañe a intentarlo, pero no hay siquiera un mínimo sobre el que trabajar. Y eso es preocupante.

Pero no nos quedamos ahí. Porque de hecho, si esto sólo se reflejara en el aspecto físico del terminal, podría tener un pase. El quid de la cuestión radica en que esto se extrapola a casi todos los aspectos del teléfono. Ya veréis por qué.

Rendimiento: inaceptable

Sinceramente, me encantaría poder ser menos duro y menos tajante en este aspecto. Parte de mi trabajo es ser lo más neutral posible a la hora de analizar un dispositivo. Y precisamente por ello, siento que debo ser sincero con vosotros al definir el rendimiento de este Vodafone Smart N8 como lamentable e inaceptable.

De hecho, por cuestiones ajenas, he tenido este dispositivo un periodo de tiempo más extenso del normal para realizar un análisis. Y es que puedo afirmar que si no es el peor, es de los peores rendimientos que he visto nunca en un teléfono. Sí, puede que suene exagerado. Pero el día a día con este Vodafone Smart fue simplemente insufrible.

Hay algo que lastra al teléfono en el apartado del rendimiento. ¿Qué será?

Lags en todas y cada una de las tareas que le pedía, aplicaciones que simplemente petardeaban en el dispositivo, tiempos de carga bastante más prolongados de lo normal… Y es curioso, porque debido a las sospechas de tener una unidad defectuosa, pude probar otro modelo exacto. Y los dos coincidían en que el rendimiento era nefasto.

De hecho, la única excepción han sido los juegos. Excluyendo a los más pesados, títulos sencillos como Geometry Dash o Manuganu 2 tiraban sin demasiado problema. Pero es que hablamos de que incluso el móvil se trababa reproduciendo vídeos de YouTube. Incluso el lector de huellas tenía que pasar por la animación para desbloquear el teléfono, llegando incluso a ser más rápido deshabilitarlo y quitarle el patrón.

Todo esto se agrava más si vemos el procesador: el MediaTek MT6737. Un chip que ya hemos probado en infinidad de ocasiones y en multitud de situaciones. De hecho, en mi review del Wiko Upulse podemos observar cómo el dispositivo monta exactamente el mismo procesador, y no soy tan destructor con el tema del apartado. Sumémosle que la resolución de la pantalla tampoco es alta, por lo que deja de tener más sentido si cabe.

He barajado varias teorías. ¿Será culpa del giga y medio de memoria RAM que monta? Bueno, hay que decir que esta memoria ha sido completamente insuficiente para mi día a día. Como mucho podía tener 3 apps abiertas a la vez sin esperar a que la siguiente se cerrara por completo. Otra, es el software que lleva.

En el apartado de conclusiones razonaré un poco de a qué se puede deber esta inusual situación.

A priori, se celebra que en un móvil tan económico tengamos de serie Android 7 Nougat y totalmente stock. O por lo menos, podríamos celebrar. La trampa no se encuentra en la interfaz, sino en el bloatware instalado de fábrica dentro del teléfono made in Vodafone.

No olvidemos que este teléfono es de la operadora Vodafone. Tiene su app de gestión de tarifas, de llamadas, mensajes… Sumémosle las Google Apps instaladas junto a ellas, y tendremos una sobrecarga palpable desde el primer momento. ¿Es esta la causa de ese rendimiento? Sinceramente, no lo sé.

El software se reduce a tener una capa casi stock con un bloatware de la operadora prominente. No tenemos más que eso, y aunque es obvio que esto iba a pasar en un móvil de una operadora, sinceramente no creía que fuera a ser algo tan… cuestionable. Sí, esa es la palabra.

Y es una lástima. Cualquiera debería poder disfrutar de las últimas versiones disponibles de Android sin tener problemas. Pero todo aquel que tenga este Vodafone Smart N8 y no sepa cuidar correctamente el dispositivo, se encontrará problemas desde el minuto uno, a diferencia de aquellos que podrían tardar varios meses más con otros teléfonos.

Pantalla multimedia: seguimos tirando por lo bajo

Vamos a la parte más importante de un dispositivo Android: sus aspectos multimedia. ¿Qué tiene que decirnos este maltrecho Vodafone Smart N8? No me voy a andar tampoco con rodeos. Y sí, seguramente lo habréis adivinado. Me ha dejado bastante frío. Y cuando digo frío, lo digo literal.

La pantalla es de 5 pulgadas con resolución HD. La tecnología del panel es IPS, por lo tanto no podemos esperar los vibrantes (e irreales) colores de una AMOLED. También he de decir que vengo de un OnePlus X, por lo cuál el listón estaba alto. Igualmente, esta pantalla no es horrorosa. Pero no te dirá absolutamente nada.

Sin esperar los colores de una AMOLED, el panel IPS del Vodafone Smart N8 representa los colores demasiado gélidos

La definición, siendo HD, no es esencialmente mala. Es decir, la sensación que transmite no es de una mala definición, sino continuista y acorde con la de tener un dispositivo con unos materiales de construcción mejorables. En el apartado del color vemos la caída, presenciando una interpretación de matices demasiado pobre y apagada.

He testeado muchas pantallas IPS. Eso implica que esta en particular no la estoy subestimando ante la AMOLED Full HD de mi OnePlus X. Pero si tuviera que calificar esta pantalla con una nota, sin duda sería un suspenso. Pero no podemos olvidar el público al que va dirigido y el precio que tiene.

En el tema del audio, nos encontramos con un altavoz en la parte delantera. Y sí, sé que hay 2 delanteros. Pero el de arriba está reservado a las llamadas y el de abajo como altavoz. Hubiera tenido mucho sentido que, debido a esos marcos frontales, se pudiera disfrutar de un sonido estéreo. Pero no ha sido así.

La calidad del audio es básicamente la que os esperáis: justita. No es ni exageradamente mala ni sorprendentemente buena. Simplemente es el audio perfecto para una persona que necesite que las notificaciones suenen alto y poco más. Por lo demás, no creo que vayas a apreciar una calidad grandiosa de audio en este Vodafone Smart N8.

Este aspecto no duele tanto si nos situamos en aquella persona que esté pagando por este teléfono. De hecho, una resolución mayor y una interpretación de colores más vibrante hubiera supuesto un gasto extra de batería. Y no es que andemos especialmente sobrados.

Batería: pon a prueba tu paciencia

Tenemos una batería de 2400 mAh sin carga rápida alimentando a este Vodafone Smart N8. Sobre la mesa parece una cifra muy justa, y más en los tiempos en los que hemos sobrepasado la barrera lógica de los 3000 mAh. Pero no olvidemos que el procesador no es muy potente y la pantalla, aparte de ser compacta, no tiene mucha resolución.

Afortunadamente, el problema que tiene este Vodafone en este apartado (sí, otro más) no es su autonomía, sino su carga. En lo que a uso y autonomía general, me ha dado una cifra esperable y no demasiado mala. No superaba el umbral de las 4 horas y media, y pudiendo hacer un uso prolongado en el día a día. Pero claro, sin tener carga rápida, tendrás que probar tu paciencia.

Una carga completa me ha tardado unas 2 horas y 20 minutos cronometradas. Es en los momentos en los que la prisa te invade cuanto más precisas de la carga rápida, y teniendo que aguantar con malabares los últimos restos de batería para evitar que pudiese llegar a mi casa con el móvil encendido. Se salva tras los tropiezos tan clamorosos de antes, pero sigue sin tener un aprobado en ciernes.

Cámaras: no ganarás un Pullitzer

Nos toca hablar de quizás el apartado más importante en un dispositivo móvil hoy en día: las cámaras. Está claro que este terminal, ya sólo por la gama a la que va destinada, ya hace prever una calidad fotográfica bastante dudosa. Y no, no es absolutamente horripilante. Pero no te esperes un Google Pixel.

Primero, pongamos los datos sobre la mesa. Tenemos una cámara trasera de 13 MP, con f/2.0 y capaz de grabar a una resolución de vídeo máxima de 1080p. En la parte delantera tenemos otra cámara, de 5MP con otro flash incluido. Veamos unos ejemplos para que veáis cómo trata la realidad estos sensores.

Imagen redimensionada para el análisis. Si quieres verla sin compresión, más abajo tienes un link a una galería de Flickr.

¿Recordáis que os dije que la pantalla del Vodafone Smart N8 pecaba de ser demasiado fría? Pues la cámara trasera le sigue los pasos por detrás. Aunque el nivel de detalle no es malo, la saturación de colores es pobre y la variedad de estos muy fría. Podríamos decir que el «Winter is coming» ha llegado para quedarse en estas fotos.

Es extraño. El detalle general de la foto podría incluso decir que es superior al de muchos de sus competidores en la gama de entrada. El problema llega con el contraste de más que se aplica en las zonas de mayor luz, y en la baja saturación de los colores. Fotos muy frías y muy quemadas.

Pienso que la cámara trasera no es mala. He llegado a hacer fotos bastante decentes, siempre con los mismos problemas que veis en estas imágenes. Está claro que esto, sumado al rendimiento, revela una realidad poco alentadora para este terminal: está claro que algo falla en el software del dispositivo. No sé el qué, pero este procesado y el pobre rendimiento antes mencionado lo corroboran.

¿Detalle? Bien. ¿Colores y contraste? Mal. ¿Qué es lo que pasa en el procesado?

Hay que confesar que no he podido probar la cámara todo lo que debería, y de hecho, veréis un número reducido de fotos en la galería de Flickr que os dejaremos a continuación. Pero el patrón es claro, y ensombrece un apartado fotográfico que podría haber salvado a este Smart N8 de una valoración tan negativa como la de esta review. ¿Y qué tal en fotos nocturnas?

Volvemos a ver cosas extrañas en la cámara del Smart N8. Para empezar, el detalle que salvaba a las fotos diurnas se ha perdido por un clásico efecto acuarela propio de las fotos nocturnas de los teléfonos más baratos del mercado. Pero lo raro llega cuando vemos que el color, aparte de volver a ser frío, se vuelve todavía más ilógico. En esta foto, las farolas emitían luz anaranjada.

Y si nos fijamos bien en las distintas partes de la toma, veremos cambios sutiles de color que dejan a la instantánea hecha un caos. Unas partes más marrones que otras, más rosas, más naranjas… Definitivamente, en el apartado nocturno esta cámara palma totalmente. Por lo que sumamos otro negativo a la larga lista de este Vodafone Smart N8.

Ahora, vayamos con la cámara delantera, en la que nos detendremos brevemente.

Digo que voy a ser breve por el simple y llano motivo de que, de día, he obtenido el mismo resultado con la cámara delantera que con la cámara trasera. Este sensor de 5MP sigue sufriendo ese descolorido y ese alto contraste que determina a las fotos que hagamos con el Vodafone Smart N8.

Aquí abajo te dejamos el enlace a la galería de Flickr para que las veas sin compresión, tal cuál fueron tomadas en el momento.

Conclusiones: ¿el peor teléfono que he probado?

¿Qué ha pasado con este teléfono? El hardware no es lo último de lo último, pero no deja de ser propio de un terminal de gama de entrada. El precio es bastante acorde (aunque haya cosas mejores en el mercado) y sobre todo, partes de este como el procesador de MediaTek o el giga y medio de RAM se han probado en otros dispositivos en cuantiosas ocasiones.

Creo que no es esencialmente culpa del Vodafone Smart N8 como tal. Este dispositivo tiene sus cosas buenas, como la batería o la cámara (si estuviera mejor gestionada). ¿Qué implica esto? Que si he de daros una teoría, yo lo achacaría a una mera cuestión de software.

Si lo razonamos un segundo, lejos de las experiencias personales directas, vemos que el problema de la cámara se basa en un post-procesado de las imágenes erróneo. En el apartado del rendimiento, podríamos atribuirlo a un software muy mal optimizado. No deja de ser Android stock sin modificaciones, por lo que muchos aspectos de optimización se podrían haber ido por el desagüe.

Y aunque la calibración de colores de la pantalla sea muy pobre, se puede resolver mediante actualizaciones como en el caso del Google Pixel 2 XL. Y el altavoz realmente se escucha alto, dejando a un lado la posible calidad del audio que no influye si eres asiduo usuario de cascos.

Por lo cuál, creo que deberíamos reformular la pregunta: ¿Es el Vodafone Smart N8 el peor dispositivo que he probado nunca? No. Y de hecho, creo que se debería testear una vez que Vodafone hubiera lanzado posibles actualizaciones para resolver los distintos fallos de los que adolece este dispositivo.

Cuando analizo un dispositivo, me esmero por relatar mi experiencia a la hora de usarlo. Por ello, prefiero relatarlo en las secciones del análisis que correspondan y, en el caso de haber algún problema como es en este caso, comentarlo en el apartado de las conclusiones. Pero eso no quita que haya tenido dicha experiencia con esa unidad en sí.

Por lo cuál, no os toméis mis anteriores críticas como sentencias hacia el modelo en sí, sino al teléfono cómo está ahora. Pensad en lo diferente que sería si dicho dispositivo se actualizara, resolviera sus fallos y pudiera competir con los demás hermanos de la gama de entrada. Entonces sin duda, estaríamos ante un dispositivo mucho más comprable y más susceptible de llevarse el amor de quién le de una oportunidad.