
Sensor PIR El Androide Libre
Este sensor barato y compatible con Alexa y Google Home usa tu mera presencia como mando
Es posible controlar la domótica de una casa simplemente con nuestra presencia, usando unos sensores concretos que son muy baratos.
Más información: Este widget te deja controlar las luces de tu casa como si fueran aplicaciones en el móvil
En la domótica la simplicidad es un factor importante. En España hay muchas casas con altavoces inteligentes y bombillas o enchufes conectados.
Sin embargo, dar el paso de ese tipo de dispositivos a otros suele costar. No tanto por el apartado económico, sino por la complejidad del uso.
Con todo, hay aparatos muy sencillos de usar que nos dan una utilidad real, como el sensor de vibración que nos dice si nos han enviado una carta.
Otro tipo de sensores que son también muy útiles son los de detección de presencia, que se usan en sistemas de alarmas aunque hay más posibilidades.
El precio de este tipo de aparatos, del mismo modelo y marca que el de vibración, es de unos 7,5 euros, aunque varía ligeramente.

Sensor de movimiento El Androide Libre
Estos aparatos tienen un sensor PIR (Passive InfraRed), o sensor infrarrojo pasivo, una tecnología que detecta movimiento midiendo la radiación infrarroja (IR) que emiten los objetos. El sensor PIR no genera radiación infrarroja, sino que capta la radiación emitida por el entorno.
Esta radiación IR se utiliza para detectar cambios en la temperatura y, por lo tanto, el movimiento, sabiendo si alguien entra en una habitación.
Esto se puede usar, por ejemplo, para encender las luces cuando llegamos a casa o para avisarnos de que ha entrado alguien cuando no estamos.
No es un sistema de alarma, pero podemos crear una rutina en Alexa o Google Home que haga que suene cuando detecte movimiento. O simplemente que nos mande una notificación.

Sensor de movimiento 2 El Androide Libre
Este sensor es compacto y funciona con dos pilas AAA, que habrá que cambiar cada ciertos meses. Además es compatible con la aplicación SmartLife.
Hay dos versiones, una compatible con Zigbee que necesita un HUB de control y otra que usa WiFi, que es la que hemos probado nosotros, y que se conecta al router.

El inconveniente de esta última es sólo el peligro de saturar la red con muchos dispositivos, pero salvo eso es más cómoda de usar que la primera.
Eso sí, el tiempo de respuesta de la versión Zigbee es menor, siendo más rápida. La versión WiFi puede tardar unos segundos en ejecutar la detección.
Normalmente esto no es un aspecto crítico, teniendo en cuenta también el precio que tiene, pero hay que considerarlo antes de comprarlo.
Ambas llegan a un alcance de 6 metros de distancia con un ángulo de detección de 105 grados, por lo que hay que colocarlo en lugares concretos en la habitación.