No merece la pena instalar ROMs en 2018

No merece la pena instalar ROMs en 2018

El Androide Libre

No merece la pena instalar ROMs en 2018

Si tienes un móvil nuevo y estás tanteando flashear ROMs en él, tenemos que decirte que no merece la pena a día de hoy hacerlo.

20 octubre, 2018 17:37

Hace unos días un amigo se compró un Samsung Galaxy S8 Plus de oferta. Igual que yo es un aficionado a Android, y él aborrece con toda su alma la capa Samsung Experience. Esto hizo que, nada más tener el teléfono en sus manos, se dispusiera a mirar en foros para ver si podía flashear ROMs en el teléfono. Yo tampoco le tengo especial aprecio a esa capa, pero qué sorpresa de mi amigo cuando le dije que no lo hiciera.

Soy un usuario muy avanzado de Android y una gran parte de mi vida en la telefonía la he dedicado a las ROMs, instalándolas y probando todo lo que salía. Y tengo claro que si tu teléfono es nuevo (como en el caso relativo del S8) no merece la pena hacer este procedimiento.

Desbloquear el bootloader = perder la garantía

Los fabricantes tienen mucho recelo a estas prácticas porque el software que han creado para sus teléfonos ha costado un dinero y trae intereses detrás. Por ejemplo, MIUI o EMUI tienen acuerdos con ciertas empresas para tener apps preinstaladas y así publicitarlas. Que los usuarios instalen un software en sus teléfonos que no les aporta ningún beneficio no les gusta nada.

Eso por no decir que hay mucha gente que podría culpar directamente a la empresa por no poder ayudarles. ¿A qué, te preguntarás? A reparar el teléfono. El proceso de desbloquear el bootloader, de rootear el teléfono y demás puede tornarse en un desastre. Y es en estos casos donde los fabricantes toman medidas, como perder la garantía.

Es lógico que los fabricantes quiten la garantía a aquellos que se envalentonan con sus teléfonos. El responsable de un posible brickeo eres tú, y a la compañía le costará un dinero reparar un proceso que tú realizaste por mera curiosidad y el cual nadie te obligó a ello; por lo que es normal que intenten bloquear todos esos procesos de una manera en la que no interfieran directamente con el usuario común.

A esto se le suma el total desamparo de tu fabricante a la hora de ayudarte en estos temas. Dudo bastante que una compañía te atienda si le comentas que has desbloqueado el móvil y no puedes acceder al gestor de arranque. Muchísima soledad en un proceso que se debería hacer con unos conocimientos establecidos y cuyo beneficio no compensa el riesgo.

Si aún estás decidido, ten cuidado: el proceso te llevará bastante y puedes fastidiarla

Si aún así te da igual todo y quieres intentarlo, ten presente que el proceso es muy laborioso. Primero, debes desbloquear el bootloader; y para ello necesitas una herramienta especial de la comunidad de tu dispositivo. Además, necesitas un código que te proporcionará tu fabricante. Todo este primer paso puede alargarse varios días, e incluso llegar a la semana. Paso que, por cierto, en algunos fabricantes es completamente irreversible.

Después debes instalar lo que se llama un «custom recovery». ¿Qué es esto? Es un software que tendrás que instalar en tu Android con el que podrás instalar tu ROM y tus Gapps. No se tarda absolutamente nada en instalarlo, pero tendrás que preparar tu PC para ello. Además puede generar incompatibilidades con la ROM ya que en ocasiones alguna necesitará un recovery especial.

Por si fuera poco, debes hacer una copia de seguridad de tus aplicaciones y de tu configuración ya que esto restablecerá tu teléfono. Además, si eliges mal la ROM o la instalas de forma defectuosa, podrán ocurrirte dos problemas: o un bootloop o tu móvil se brickeará. Esto significa que tu teléfono quedará irremediablemente inutilizado.

Ahora piensa por un momento: ¿realmente quieres preparar durante varios días un proceso en el cual hay grandes posibilidades de que el móvil se bloquee solo para instalar una ROM? Eso por no contar que a lo mejor te cargas el teléfono. Todo ello para disfrutar de una versión de Android que, si bien será más limpia y tendrá más opciones (o no, dependerá de la propia ROM), no será estable y necesitará actualizaciones manuales. Hace unos años sí compensaba. Ahora, en la gran mayoría de casos, no.

Todas esas funciones nuevas quedarán inutilizadas

En pos de diferenciarse, cada vez que un fabricante lanza un teléfono incluye diversas mejoras para aprovechar todo el potencial de estos. Por ejemplo, los reconocimientos faciales en 3D, las funciones exclusivas con los S-Pen del Samsung Galaxy Note 9, etcétera. Te cargarás todo eso si instalas una ROM.

Romperlo como tal no lo romperás, pero sí es cierto que no podrás disfrutar de la gran mayoría de funciones extra. Se ha creado software específico para esas funciones y una ROM genérica no tiene esas bondades, por lo que, o funcionarán muy mal, o directamente no funcionarán. Imagina que te compras el Samsung Galaxy Note 9 por su S-Pen… y no puedes usarlo. Contradictorio, la verdad.

Y sí, hay desarrolladores que crean software específico para o emular la experiencia o conseguir la misma, pero estos son una minoría ya que, a excepción de grupos de desarrolladores avanzados como Lineage OS o Paranoid Android (que ha vuelto de nuevo), los creadores de las ROMs que podemos probar son gente que va por libre y este es un trabajo muy sacrificado para dar un detalle a los usuarios que la prueben.

Android ya es lo suficientemente maduro como para ir solito

Hace unos años tenía sentido realizar este proceso incluso si tu móvil era nuevo. ¡De verdad! Los sistemas Android de aquel entonces eran rudimentarios y parcos en funciones. Una buena ROM solucionaba esos problemas y le daba una segunda vida a los móviles más anticuados. Esto último sigue siendo cierto en 2018, pero los móviles de nuevas generaciones poseen un software tan maduro que ya no merece la pena cambiarles la ROM.

Con esto no quiero decir que debamos matar a las ROMs, ni mucho menos. Son una parte importante de Android y son ideales para aquellos que quieren mantener su teléfono algo antiguo más nuevo que nunca. Pero si tu móvil es actual, no tiene demasiado tiempo y aborreces tanto su capa que quieres cambiar la ROM, te recomendamos que esperes porque no merece la pena. Si posees un teléfono con unos años detrás y quieres actualizarlo, cámbiale la ROM. Pero ve con pies de plomo.