Google y Qualcomm preparan la revolución en relojes con Wear OS

Google y Qualcomm preparan la revolución en relojes con Wear OS

El Androide Libre

Google y Qualcomm preparan la revolución en relojes con Wear OS

Google y Qualcomm se encuentran desarrollando la próxima generación de procesadores para relojes con Wear OS. Analizamos lo que supondrá para la plataforma.

27 mayo, 2018 17:32

Android Wear pasó a llamarse Wear OS en un movimiento inclusivo para los usuarios de iOS. «Wear OS by Google», un sistema para relojes inteligentes hecho para todos. Google quiere atacar al Apple Watch en su hogar pero le falta una pieza.

Cuando alguien está pensando en comprar un nuevo wearable, ya sea un reloj o una pulsera inteligentes, busca batería. No quiere tener otro aparato del que preocuparse, aunque otros ya se han acostumbrado y lo recargan por las noches o durante la ducha sin molestia.

Los relojes con Wear OS juegan en desventaja. Aspiran a mucho, su sistema lo permite, pero tal aspiración supone un alto gasto energético. También juegan en la misma liga del exitoso Apple Watch y los Samsung Gear, pero sus autonomías, lejos de llegar a la semana, sirven para ganar a los Wear OS. ¿Por qué duran más? ¿Va a cambiar?

El corazón de los Wear OS es viejo e ineficiente

Qualcomm está en el interior de la mayoría de relojes con el sistema operativo de Google. Desde el primero, el LG G Watch, ha sido la marca en la que más fabricantes han confiado. No es el único, pues Motorola apostó en su primera iteración del Moto 360 por un procesador Texas Instruments viejísimo, Tag Heuer va de la mano con los viejos Intel Atom junto a otros y hay quien se atreve con versiones antiguas de Mediatek.

¿No notas algo en común? Procesadores viejos. Restos de generaciones pasadas de móviles. Sobras con una potencia mínima pero suficiente para un reloj inteligente. Vemos los GHz y observamos que no hay nada raro, son viejos, pero pueden hacer funcionar un reloj.

La eficiencia de los procesadores modernos se echa en falta en los relojes.

Pero durante los años los procesadores no solo mejoran en potencia, también lo hacen en eficiencia. Al igual que en otros aspectos como el tamaño, las conexiones y los sensores. Y es esa eficiencia de los procesadores modernos la que se echa en falta en los relojes. No es idea colocar el último procesador de gama alta, ¡qué locura! Pero hasta uno de gama baja actual, como los últimos de la gama Snapdragon 4xx de Qualcomm podría ayudar.

Dando vida al primer Moto G y al último reloj del mercado

De hecho, los relojes inteligentes de Wear OS, Android Wear por entonces, comenzaron su andada así. A finales de 2013 se lanzaba la mercado el Motorola Moto G, un móvil que acabaría revolucionando la gama media-baja. En su interior, un procesador Qualcomm Snapdragon 400, el primero de la gama creada para los móviles con un rendimiento suficiente.

Unos meses después, se anunciaron los primeros relojes con Android Wear, entre ellos, el LG G Watch con un Snapdragon 400. Era la elección lógica: un procesador de baja potencia para dispositivos que requieren de pocas prestaciones en vez de uno de alta potencia que se beba la batería.

Entre 2014 y 2016 13 relojes fueron lanzados con el procesador que dio vida al Moto G. Mientras tanto, dado el interés que empezaban a levantar los relojes inteligentes, Qualcomm trabajó en una mejora. Bajo el nombre de Snapdragon Wear 2100 se presentó el nuevo chip para relojes inteligentes. Este proporcionó «mejoras en el empaquetado, en sensores y en mucho software», palabras de Pankaj Kedia, director senior de wearables de Qualcomm en conversación con el medio Wareable.

El Snapdragon Wear 2100 es un Snapdragon 400 modificado.

En resumidas cuentas, el Wear 2100 era un Snapdragon 400 modificado para hacer relojes más fácilmente. No es del todo malo, pues gracias a ello fabricantes más tradicionales como el grupo Fossil o Movado han podido subirse al carro de los relojes inteligentes.

La gente quiere autonomía. La competencia da eficiencia

Todavía hoy en día se utiliza el Snapdragon Wear 2100 en los últimos relojes. Mientras tanto, el último Moto G, en su sexta generación, utiliza un Snapdragon 450. Este ya cuenta con un proceso de fabricación en 14 nm, frente a los 28 nm del Snapdragon 400 o el Wear 2100. Un proceso de fabricación a una escala mejor supone una notable mejora en la eficiencia. Pero frente a un Wear 2100, el 450 no está pensado para un reloj.

La tecnología actual permite crear procesadores más eficientes que el Wear 2100.

Estos últimos años Samsung ha pegado fuerte en los wearables. No solo sus pulseras Gear Fit, sino sus relojes como el Gear S3, con el que aseguraban cuatro días de autonomía. Visto frente al día o día y medio de autonomía de un reloj con Wear OS parece increíble. Sus funciones son prácticamente las mismas, un reloj que muestra constantemente la hora, está constantemente a la espera de notificaciones y tiene aplicaciones independientes. ¿Cómo lo consigue?

El «milagro» se llama Exynos 7270. Es el procesador que incluye el Samsung Gear S3, del año 2016 y que está diseñado desde cero por Samsung para ser eficiente. Por supuesto, fabricado en 14 nm para dar la máxima eficiencia posible.

Samsung es posiblemente la competencia más directa para Wear OS, pues ambos trabajan mejor sobre Android que conectados a un móvil iOS. En cambio, 1 de cada 3 relojes Wear OS activados en 2017 fueron conectados a un iPhone. El Apple Watch está dominando el mercado de relojes inteligentes y aún con todo Wear OS también quiere morder ese trozo del pastel.

Apple refina sus procesadores para relojes cada vez más y Wear OS está estancado en 2013.

Dificil lo tiene, pues cuenta con el apoyo en diseño de los fabricantes tradicionales, pero los Apple Watch Series 3 ya llevan en su interior la tercera generación de chips para wearables de Apple. Apple S3 se llama y cada año se refina todavía más mientras Wear OS sigue estancado en 2013.

Otoño de 2018: el all-in de Google junto a Qualcomm

Intel abandonó hace años sus procesadores Atom, Mediatek no goza de buena fama en la colaboración, Samsung y Apple tienen sus propios mundos aislados y, por tanto, Qualcomm es la única esperanza. En la misma conversación mencionada anteriormente, Pankaj Kedia, el director de wearables de Qualcomm, decía: «Después de que lanzáramos el 2100 hemos repensado la arquitectura del sistema juntos». ¿Junto a quien? Junto a Google.

Google y Qualcomm llevan dos años trabajando de la mano para crear desde cero un procesador que dé vida (y una larga vida) a los relojes con Wear OS. Bajo el posible nombre de Snapdragon Wear 3100 llegaría la última esperanza para Wear OS.

Google Pixel apostaría por primera vez en Wear OS. ¿Por fin vale la pena?

Pero tampoco se va a quedar Google esperando a recoger los frutos. Pone toda la carne en asador con el nuevo procesador y podría llegar a lanzar este otoño hasta tres nuevos relojes con la marca Pixel. El departamento de hardware de Google parece querer confiar por primera vez en Wear OS, pero no sería el único.

Este 2018 está siendo un año muy silencioso en cuanto a presentaciones de relojes inteligentes. En años anteriores Fossil ya habría anunciado por estas fechas los relojes que lanzaría a final de año, pero ¿dónde están? Es la calma antes de la tormenta. Pankaj Kedia también comentaba que el nuevo procesador llegaría junto a un «reloj de referencia» (que sería el Pixel) y muchos otros relojes llegarían para las navidades.

Una oleada de relojes con Wear OS llegarían a tiempo para las navidades. Ahora o nunca.

¿Qué puede salir mal? Derribar la confianza de la gente

Seguramente aún escucharás a gente decir que los Samsung tienen una capa malísima. Es porque probaron uno de sus móviles en sus tiempos álgidos como el Galaxy S3 o S4 y no era para tirar cohetes ni mucho menos. Ha mejorado, pero muchos perdieron la confianza.

Seguramente aún escucharás a gente decir que los BQ fallan bastante. Es porque probaron uno de sus móviles en sus tiempos álgidos, como los Aquaris E o Aquaris M, y no eran para tirar cohetes ni mucho menos. Han mejorado, pero muchos perdieron la confianza.

Y podría continuar así. Yo mismo he perdido la confianza en marcas que he probado y que luego, probando años después, he vuelto a recuperar. Ahora Google quiere ir a por todas, quiere que estas navidades sean las navidades de Wear OS. Quiere encabezar la bandera de los relojes inteligentes. Y si la oleada de relojes llega, muchos obtendrán un reloj por primera vez estas navidades.

Si Google no mejora Wear OS y/o el procesador no está a la altura, perderá la confianza de muchos.

¿Qué pasa si el nuevo procesador no es tan eficiente? ¿Qué pasa si Wear OS continua este verano sin novedades como los últimos años? Lo que la gente se va a encontrar no le va a gustar y hasta los mayores seguidores del sistema seguramente pierdan la confianza. Terminarán prefiriendo un Samsung Gear (del cual se espera uno nuevo este otoño) o irse a iPhone y poder tener un Apple Watch.

Nuevo Qualcomm Snapdragon para relojes. ¿Cómo será?

Todo va a pasar por el nuevo Snapdragon, pero ¿cómo va a ser? Poco se conoce oficialmente más que las palabras de Kedia:

Está diseñado desde cero, para una experiencia de smartwatch sin compromisos con chips dedicados que hacen tu reloj verse bonito cuando no lo estás mirando, que proporciona la mejor experiencia deportiva y de reloj y mejora la duración de la batería.

Habrá variantes para los relojes más de vestir, más deportivos o más independientes del móvil.

No será el refrito de un viejo procesador. Estará creado con el propósito de dar la mejor experiencia en relojes inteligentes. De hecho, se refiere a una plataforma porque no habrá un nuevo procesador únicamente, sino que tendrán variantes. Todos con conexión Wi-Fi y Bluetooth pero algunos más enfocados al uso deportivo con GPS y otros al uso independiente con 4G LTE.

El Huawei Watch 2 cuenta con GPS, una versión con diseño más clásico y una versión con conexión 4G LTE.

Kedia también habla de la autonomía: «Verás una autonomía mejorada cuando interactúes con el reloj, pero más importante, cuando no [interactúes]».

Un smartwatch es primordialmente un reloj, necesita verse bien, necesita ser pulcro, necesita verse bien cuando estoy mirándolo o cuando no lo estoy mirando. No puede ser estático cuando no lo estoy mirando; no puede ser blanco y negro cuando no lo estoy mirando. Por lo que, cuando hablamos con consumidores de Fossil y Michael Kors, buscan un smartwatch sin compromisos.

Vemos bastante claro la referencia al modo always-on que pone la pantalla en blanco y negro. Ayuda a ahorrar batería, pero no sería necesario si la autonomía incrementara bestialmente. ¿Lo conseguirán?

Los rumores provocan sentimientos encontrados. ¿Podrá mejorar?

Más allá de las palabras de Kedia están los rumores que rodean las ganas de un Pixel Watch. Junto al reloj (o relojes) de Google se conoce posible información de su procesador, este nuevo Snapdragon, publicada por el medio alemán WinFuture. Esta información tira por tierra todas las esperanzas, aunque a la vez es la menos fiable de la que se tiene.

Aseguran que el nuevo procesador, llamado Qualcomm Snapdragon, 3100 daría vida a tres relojes Pixel. Usaría de nuevo los cuatro núcleos fabricados en 28nm del Snapdragon 400. También la misma GPU. Todas las esperanzas quedarían reducidas a «Blackghost». Este es el nombre de desarrollo de una unidad de administración de potencia que permitiría a los relojes gastar una insignificante cantidad de batería al usar sensores, mantener la pantalla encendida actualizándose o esperar a escuchar un «Ok, Google».

«Blackghost» podría mejorar bastante el gasto de batería en reposo y registrando datos de ejercicio.

Esto se conseguiría gracias a que evitaría despertar a la unidad principal para cosas pequeñas como ocurre actualmente, manteniéndola en reposo. Por lo tanto, el gasto de batería en reposo o durante la medición de datos de sensores como puede ser al hacer ejercicio podría mejorar bastante. Por ahora, nos queda esperar y confiar en que por fin los relojes Wear OS van a estar a la altura.