Vaporware: Proyectos que prometían mucho y en realidad eran humo

Vaporware: Proyectos que prometían mucho y en realidad eran humo

El Androide Libre

Vaporware: Proyectos que prometían mucho y en realidad eran humo

Hay proyectos que parecen demasiado buenos para ser verdad y finalmente lo son y nunca llegan a cristalizar. Es el vaporware y Android no se libra.

11 enero, 2016 12:51

Muchas veces tener una buena idea no es suficiente para que esta llegue a buen término. En muchas ocasiones un producto se anuncia al público con demasiada antelación y finalmente no sólo no llega al mercado sino que ni siquiera llega a tener un desarrollo estable y viable. Es el vaporware.

El termino es bastante autodefinido: venta de humo. En ocasiones estamos ante engaños puros y duros, con el objetivo de atraer inversores incautos que verán cómo su dinero se esfuma, y en otras simplemente ante desarrolladores con mucha ilusión y poca consciencia de las dificultados que se encontrarán por el camino.

La lista es larga –la era del crowdfunding da para mucho– y el mundo Android también, desde smartphones rooteados de fábrica a los ansiados terminales modulares.

Jupiter: Humo… literalmente

No existe mejor ejemplo para abrir esta lista que un smartphone lleno de vapor y que te permitía fumar directamente en él. A lo largo de la historia de la telefonía móvil hemos visto como los smartphones han  ido fusionando dispositivos: cámara de fotos, reproductor de música… en este caso aspiraba a añadir a la lista el cigarro electrónico.

El dispositivo, que corre sobre Android 4.4 KitKat, está actualmente en preventa por 299 dólares -499 la versión con 4G-. En The Verge se pusieron en contacto con Vaporcade, sus creadores, para saber más del terminal y una unidad para review, pero todo lo que lograron es un video en Instagram con alguien fumando con el dispositivo.

Because The Verge asked, why yes, the Jupiter is real. #vape #vapelife #vaping #phone

A video posted by Vaporcade™ (@vaporcade) on

Smarty Ring

Los wearables han sido una de las grandes tendencias en el crowdfunding a pesar de que las ventas no acaban de ir como se esperaban. Smarty Ring quería ser un anillo inteligente que haría las delicias de Gollum: no te hacía invisible, pero este tesoro prometía poder ver las llamadas perdidas, mensajes, controlar la música  de tu smartphone y la cámara, además de rastrearlo en caso de pérdida.

A finales de 2013 consiguió reunir 297.999 dólares en Indiegogo y en marzo de 2014 realizaron una segunda campaña en la que sumaron 102,171 más. ¿Desde entonces? Pocas novedades y algunas imágenes de los prototipos que no tenían mucho que ver con lo que habíamos visto en los renders del video.

myIDkey

Un USB con un sensor de huellas dactilares que podía contener todas tus contraseñas. La idea, sobre el papel, era magnífica. Se podía conectar vía USB al ordenador o a través de Bluetooth a los dispositivos móviles permitiéndote guardar de forma segura no sólo todas tus contraseñas, sino también documentos y fotografías.

Logró reunir 473.333 dólares con una meta de 150.ooo en Kickstarter, pero la mala gestión de este dinero y los problemas con la placa base dieron al traste con el proyecto que dos años después de la campaña sólo había logrado algunos prototipos que, básicamente, no funcionaban.

Synapse One

Tenía demasiada buena pinta para ser verdad. La empresa alemana Synapse presentó en 2010 su Synapse One, un terminal que no sólo venía rooteado de fábrica, sino que permitía al usuario configurarlo a su gusto. La base costaba 299€ y a partir de ahí podías añadirle módulos con Bluetooth, memoria, tipo de batería… Un smartphone totalmente personalizable, el Android ideal.

Lo que prometía ser una revolución se quedó en humo y no llegó a materializarse, lo que nos hace pensar que posiblemente todo se tratase de un engaño y que el smartphone nunca llegase a existir. Años más tarde ha llegado Project Ara, pero incluso a un trabajo de esta envergadura le está costando venderse.

Zano

El minidron Zano fue uno de los proyectos con más apoyo en Kickstarter, alcanzando 3,2 millones de dólares, dinero que se esfumó cuando el pasado mes de diciembre el proyecto se colapsó. Fue tan sonado que la propia Kickstarter ha contratado al periodista de investigación Mark Harris, colaborador de The Guardian y The Economist, para que investigue qué ocurrió con el proyecto.

Equipado con una cámara de 5 megapixels y hasta 15 minutos de autonomía, Zano aspiraba a convertirse en el palo para selfies de la era de los drones, permitiendo sacarte autorretratos desde hasta 30 metros de distancia, controlando el dron desde tu smartphone. Seguiremos necesitando ese maldito palo.

Saygus V2

El móvil más completo del mundo saldrá demasiado tarde, si es que realmente llega a salir. Presentado en noviembre de 2014, prometía todo: potencia -Snapdragon 801-, una pantalla de 5 pulgadas FullHD, dos ranuras microSD, resistencia al agua, cámara de 21 MP, lector de huellas o una batería de 3100 mAh. Una bestia parda en aquel momento.

Sin embargo, una serie de retrasos hará que salga a mediados de 2016 en el mejor de los casos, momento en el que buena parte de su hardware estará ya anticuado. Probablemente siga siendo un buen smartphone, pero sólo una sombra de lo que habría sido de haber salido cuando tocaba.

Fonkraft

Una estafa de libro que intentaba aprovecharse del crowdfunding a través de una campaña flexible en Indiegogo -aunque no lograran la meta recibirían el dinero-. Básicamente el proyecto prometía teléfonos modulares como los que Google está desarrollando en su Project Ara, pero el equipo consistía en… dos personas que no aportaban su currículum ni tenían perfil en LinkedIn y que prometían poder sacar adelante el proyecto con 50.000 dólares o menos.

El caso era tan sangrante que la propia plataforma de crowdfunding tomó medidas y acabó suspendiendo la campaña sin que ninguno de los usuarios que decidieron apoyar el proyecto perdiera dinero.

Modera tu entusiasmo

Si se anuncia un producto que tiene demasiada buena pinta para ser verdad, es porque posiblemente no lo sea, especialmente si este viene de una compañía pequeña o desconocida. Hemos visto ejemplos que van desde la mala gestión del proyecto, un exceso de ambición o directamente mala fe, así que la próxima vez que veas un proyecto molón, mejor modera tu entusiasmo o te arriesgas a llevarte un  chasco.