Amparo Pamplona y Helena Ezquerro durante un ensayo

Amparo Pamplona y Helena Ezquerro durante un ensayo

Teatro

Íñigo Guardamino abre las puertas de su ¿dulce hogar? en el Teatro Español

El director estrena 'Camino largo de vuelta a casa', una comedia que indaga en el concepto de familia y en las relaciones intergeneracionales.

4 abril, 2024 02:03

A sus 90 años, Filomena ya lo ha vivido todo, o casi todo, una guerra civil, una posguerra y una época de excesos que no acaba de comprender. Su hija, Begoña, que creció con la idea de tener el futuro asegurado, está divorciada y, aunque no se encuentra en su mejor momento vital, trabaja concienciando a suicidas sobre el valor que tiene la vida. Ella es madre de Luisa, una joven de 27 años, que acaba de quedarse en paro y vive en un mundo frágil y transitorio, donde ningún empleo y ninguna relación duran demasiado.

Las tres son las protagonistas de Camino largo de vuelta a casa, la nueva comedia de Íñigo Guardamino que llega a la sala Margarita Xirgu del Teatro Español este jueves. Una reflexión, en clave de humor, sobre el concepto de hogar y familia que ahonda, además, en el choque intergeneracional.

“Ellas se sienten perdidas. Viven bajo el mismo techo, un poco forzadas por las circunstancias, pero no están en el mismo hogar”, cuenta a El Cultural el dramaturgo. No al menos, como él lo ve. “Un lugar seguro, que todos estamos intentando alcanzar y que muchas veces se escapa. Es la sensación de pertenecer y de estar donde quieres estar. Y dura lo que dura. Por eso el camino suele ser largo y complicado”.

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Sobre las tablas, Amparo Pamplona, Belén Ponce de León, con quien ya había trabajado anteriormente, y Helena Ezquerdo son las encargadas de dar vida a estas tres generaciones que chocan inevitablemente en el escenario y le permiten a Guardamino reflexionar sobre sus distintas peculiaridades y un posible entendimiento. 

Las diferencias, asume el director, son obvias. “Antes lo que imperaba era el sacrificio de renuncia y ahora lo hace el placer personal. El entendimiento entre generaciones se ha vuelto algo complicado porque hoy en día hay ciertas trincheras interesadas en monetizar, a base de clicks, las distancias".

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"En general –continúa–, hay bastante edadismo y se intenta enfrentar a jóvenes con adultos en casi todo, ya sea por política o costumbres de vida. Los jóvenes se quejan de que la gente mayor lo tiene todo hecho porque van a tener pensión y han tenido un trabajo más o menos seguro. Y la gente mayor dice de los jóvenes que es la generación de cristal, que solo piensan en las redes sociales. En todos esos esbozos hay parte de verdad, pero hay un interés mayor en provocar el choque”.

Íntima y familiar

Culmen de otro largo recorrido que el director inició en 2022 con la victoria del V Torneo de Dramaturgia, este proyecto es una obra más íntima y sencilla que su anterior trabajo Amarte es un trabajo sucio (pero alguien tiene que hacerlo) y también algo más sencilla, con una media de 5 o 6 escenas frente a las 24 de entonces.

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Con diseño y vestuario de Paola de Diego e iluminación de Bea Francos y sonido de David Ordinas, Guardamino apuesta por la historia por encima del entorno. “Es un espacio que podría ser hogareño, pero lo bueno del teatro es que en un espacio vacío puedes decir que estas en una nave espacial, y con un pequeño elemento cambiar de escenario. Va a ser algo cotidiano que adquiere otros significados u otra forma dependiendo de la iluminación y la interpretación. Pero lo de menos es más es complicado. Hemos afinado mucho en escenografía y las luces son bastante complejas”, detalla.

Como en la búsqueda de ese lugar seguro que anhelan sus protagonistas. Y puede que lo encuentren. O no. Al fin y al cabo, con las familias ya se sabe. “Hay gente que bien, hay gente que regular y hay gente que tiene órdenes de alejamiento”.