Londres (enviado especial)

Tras abandonar prematuramente el Masters 1000 de París-Bercy como consecuencia de una carga de estrés en el tendón rotuliano de la rodilla derecha, varios de los miembros del equipo de Rafael Nadal se mostraron claros sobre el futuro del tenista. Mientras el jugador viajaba a Barcelona para ver a Ángel Ruiz Cotorro, su médico de confianza, e iniciaba un tratamiento contrarreloj con el objetivo de llegar a la Copa de Maestros de Londres, parte del entorno del número uno se posesionaba a favor de no jugar el último torneo de la temporada para empezar a pensar en el próximo año. El lunes, cuando Nadal perdió con David Goffin y anunció que se retiraba y cerraba 2017, aquellas voces discordantes volvieron a su cabeza. 

“Fue decisión mía estar en Londres”, reconoció el campeón de 16 grandes después de caer con el belga en un encuentro que compitió con mucho dolor en la pierna, completamente cojo y con mil problemas para desplazarse. “Yo quería darme una oportunidad y me voy con la conciencia tranquila de haberme dado esa posibilidad, pero a veces las cosas no salen bien”, prosiguió el balear. “Si no tengo opciones de ganar el torneo tiene poco sentido, y más pasando por todos los malos momentos que he pasado en el partido: no podía moverme, la rodilla no me aguantaba para apoyarme ni para cambiar de direcciones… son cosas básicas que uno necesita para competir al más alto nivel”, siguió, “Así y todo, he dado una imagen digna dadas las circunstancias en las que estaba”.

Al dar el paso de competir, Nadal aceptó muchas cosas, aunque tres de ellas sobresalieron por encima del resto: que jugaría con dolor, que estaría lejos de su 100% y que aspirar al título sería un auténtico milagro. Siendo consciente de todas las adversidades, el español aterrizó en Londres el miércoles por la mañana y comenzó a practicar subiendo la intensidad de forma gradual, tal y como se había marcado en su plan de rehabilitación, y se fue nutriendo de sensaciones positivas. Al salir a jugar el lunes con Goffin, sin embargo, Nadal comprobó algo que ya sabía: la diferencia entre entrenar y competir de verdad es abismal. 

“Uno siempre puede estar frustrado, pero no soy de esos”, aseguró el mallorquín. “Soy una persona positiva en general. Intento no hacer grandes celebraciones cuando las cosas van muy bien, pero tampoco grandes dramas cuando ocurre lo contrario”, insistió. “El año da ha sido soñado. Habría pagado mucho dinero para tener la temporada que he tenido. Estoy feliz por todos los momentos que he vivido. Interiormente, creo que merecía un final mejor, pero el deporte no debe nada a nadie. Acepto que el momento no es bueno, pero tengo la satisfacción de haber hecho una gran temporada”.

A Nadal no le falta razón. Aunque el último tramo ha sido difícil (jugó con problemas en Shanghái y se retiró de París y Londres), su 2017 se resume con facilidad: lo termina como número uno mundial por cuarta vez en su carrera (tras 2008, 2010 y 2013), con dos grandes (Roland Garros y Abierto de los Estados Unidos), dos Masters 1000 (Montecarlo y Madrid) y dos 500 (Barcelona y Pekín), pero sobre todo con la reconfortante tranquilidad de haber sido peligroso en todos los encuentros que ha disputado, lo que significa que ha recuperado su competitividad de siempre. 

“Me voy a casa descansar”, se despidió el mallorquín. “Quiero disfrutar de las cosas que no puedo durante el año y luego tengo que hacer el tratamiento adecuado. Ha sido una temporada larga, ahora es el momento de poner un poco el modo off y desconectar unas cuantas semanas. Cuando la rodilla lo permita, empezaré tranquilamente, haciendo las cosas progresivamente. No quiero tener ninguna prisa, aunque llegue un poquito peor preparado a los primeros torneos del año”, avisó Nadal, que en principio abrirá su 2018 en Brisbane. “Voy a intentar estar preparado para el Abierto de Australia, que es mi gran objetivo. Sinceramente, creo que voy a estar listo para empezar el año que viene otra vez fuerte. Estoy jugando muy bien a tenis, llevo tiempo haciéndolo. Y 2018 será una temporada exigente. Tengo la confianza de estar a punto para competir por todo”.

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