La nota más curiosa de los entrenamientos libres del viernes en el Gran Premio de Canadá de Fórmula 1 no tuvo nada que ver con el plano deportivo, sino con una muerte. Sí, como lo leen: en Montreal hubo una pérdida que lamentar hace tan sólo unas horas. No se alarmen, no hubo ningún accidente fatal... en el caso de los pilotos. Porque quien dijo adiós a este mundo no fue una persona, sino una marmota.

Grosjean atropella a una marmota en Montreal

El animal campaba a sus anchas por el circuito Gilles Villeneuve cuando, de pronto, un monoplaza le arrolló sin remedio mientras cruzaba la pista. Se trató del Haas de Romain Grosjean, que no pudo hacer nada para esquivar a la marmota. La vida del mamífero terminó de manera fulminante, con algunos restos de su cuerpo esparciéndose por la cámara subjetiva del bólido conducido por el piloto suizo.

La cámara subjetiva de Grosjean momentos después del accidente. Twitter

Algunas partes del cadáver también quedaron atrapadas en el monoplaza de Grosjean, como pudo comprobarse tras la sesión de entrenamientos en la que se produjo el incidente. Grosjean fue duodécimo en la primera tanda para ascender hasta la séptima posición ya por la tarde.

No es el único percance entre el mundo del motor y el reino animal que se produce en los últimos días. Hace casi una semana y en el Mundial de motociclismo, el español Jorge Martín (Moto3) estuvo a punto de atropellar a una liebre con su montura (y de caerse por ello) justo antes de proclamarse vencedor en Mugello, durante el Gran Premio de Italia.

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