Alfonso de Portago, ante de su trágica muerte en la Mille Miglia 1957

Alfonso de Portago, ante de su trágica muerte en la Mille Miglia 1957

Motor

Alfonso de Portago y su trágica muerte, el otro protagonista de la nueva película 'Ferrari'

El aristócrata falleció en la Mille Miglia a bordo de uno de los bólidos rojos. La tragedia se narra en la película sobre el creador de la marca del cavallino.

10 febrero, 2024 02:15

Alfonso Antonio Vicente Eduardo Ángel Blas Francisco de Borja Cabeza de Vaca y Leighton, Marqués de Portago, (11 de octubre de 1928, Londres), más conocido como Alfonso de Portago, fue un hombre cuya vida fascinante trascendió las fronteras de la aristocracia para sumergirse en el vertiginoso mundo de las carreras de automóviles.

Nacido en Londres, este aristócrata español no solo dejó una marca imborrable en el ámbito de la alta sociedad, sino que también se convirtió en un piloto intrépido cuya pasión por la velocidad lo llevó a desafiar los límites del asfalto hasta tal punto que perdió la vida en la prestigiosa prueba de la Mille Miglia en 1957.

Indirectamente, su pasión, su fama y su trágica muerte se han convertido también en protagonistas de la nueva película de Michael Mann titulada 'Ferrari'. El largometraje estrenado este viernes 9 de febrero en España es un biopic de Enzo Ferrari 'Il Commendatore', el creador de la emblemática firma automovilística, a lo largo del año 1957, clave en el futuro de la empresa y en la vida del protagonista.

'Ferrari', la película (Trailer)

Adram Driver, en el papel de Enzo Ferrari, y Penélope Cruz, en el papel de Laura Ferrari (la mujer del gran creador de la marca), comparten historia con Grabriel Leone, que representa a Alfonso de Portago, el mismo actor brasileño que interpretará a Ayrton Senna en una miniserie sobre la vida del piloto que prepara Netflix.

Amante de la competición

La vida de Alfonso de Portago estuvo marcada desde el principio por la distinción y la elegancia. Proveniente de una familia aristocrática con raíces en España e Irlanda, su educación estuvo a la altura de su linaje. Sin embargo, su destino tomó un giro inesperado cuando se enamoró del mundo de las carreras de automóviles durante un viaje a Estados Unidos.

De Portago debutó como piloto en 1953 y rápidamente demostró su talento y comenzó a ser reconocido en el circuito de las carreras de gran turismo. Su habilidad para dominar diversos tipos de vehículos le otorgó reconocimiento y respeto en el competitivo mundo del automovilismo.

Si algo demostró De Portago a lo largo de su vida fue el amor por el deporte y la competición. Practicaba innumerables disciplinas y tan distintas como el tenis, golf, esquí o hípica. Participó en dos ediciones del 'Gran National' de Aintree como yóquey.

Alfonso de Portago durante una de sus carreras

Alfonso de Portago durante una de sus carreras

Por si fuera poco en esta variedad de deportes, Alfonso formó parte del equipo de Bobsleigh en los Juegos Olímpicos de Invierno de 1956 celebrados en Cortina d'Ampezzo (Italia). Pese a ser una disciplina sin apenas historia en nuestro país el combinado español logró ser cuartos a sólo 0,14 segundos de lo que hubiera sido una medalla de bronce.

Comenzó a competir en carreras en 1953 tras comprar un Ferrari 250MM. Corría con él sin apoyo de la firma italiana, algo que no le pasó con Maserati. Tras comprar un A6G de la firma sí que recibió ayuda para competir con él 24 Horas de Le Mans de 1954, carrera que no pudo acabar por culpa de un fallo mecánico.

La llamada de Enzo Ferrari en 1956 para ofrecerle correr en Fórmula 1 y otras carreras con uno de sus coches alzó al Marqués a la cima del automovilismo en ese momento. En su primer año en F1 disputó cuatro Grandes Premios y pese a que sólo pudo acabar uno lo hizo con un segundo puesto que sería hasta el Gran Premio de Malasia 2003 el único podio español en la categoría. En 1957 sólo disputó una prueba, en Argentina, y acabó quinto.

Alfonso de Portago, en una fiesta de la época

Alfonso de Portago, en una fiesta de la época

Fama y lujo

Su carácter apasionado y su valentía en la pista no solo lo convirtieron en un piloto destacado, sino que también lo catapultaron a la fama internacional. Su éxito no se ceñía sólo a las carreras sino también a su intensa vida personal.

Su relación con la actriz Linda Christian, su amante en el momento de su trágica muerte en la Mille Miglia, y su matrimonio con Carroll McDaniel le valieron la atención de la prensa del corazón. Además, también fue visto con la modelo Dorian Leigh. La combinación de su presencia en los tabloides y su éxito en las pistas lo convirtieron en un ícono.

Se ganó la fama de 'Playboy' y su presencia en las fiestas más prestigiosas de Nueva York, Londres o París era habitual y se movía en esos círculos cómo uno más. 

La Mille Miglia

La gloria y el éxito de Alfonso de Portago se vieron truncados de manera trágica el 12 de mayo de 1957, durante la carrera Mille Miglia en Italia. Conducía un Ferrari 335S, con el dorsal 531, junto al copiloto estadounidense Ed Nelson.

Su participación en la prueba era polémica. En una carta a Roberto 'Bitito' Mieres cuatro días antes de la carrera Alfonso le explica que correrá pese a lo que él desea: "No quiero participar en la Mille Miglia, pero Enzo Ferrari me obliga a hacerlo".

La Mille Miglia era una famosa carrera italiana muy exigente que partía de Brescia y bajaba hasta Roma para después regresar otra vez a la ciudad de salida. Todo el recorrido se hacía a través de las carreteras públicas de la época. La de 1957 fue la última edición que se disputó debido al accidente de De Portago.

Momento de la película 'Ferrari' en el que De Portago llega a Roma

Momento de la película 'Ferrari' en el que De Portago llega a Roma

La trágica muerte de De Portago se produjo en la segunda mitad del recorrido. Cumplió con la promesa que le hizo a su amante, la actriz Linda Christian, de besarla en la parada en Roma, y tras ello retomó el rumbo hacia Brescia.

El trágico accidente se produce cuando un neumático explotó, causando un accidente catastrófico al salirse el coche de la carretera. El incidente no solo se cobró la vida de Alfonso de Portago y su copiloto, sino también la de diez espectadores, incluyendo la de 5 niños que se encontraban en el lugar. Este suceso dejó una marca indeleble en la historia del automovilismo y generó debates sobre la seguridad en las carreras de la época.

Su legado

La muerte de Alfonso de Portago marcó el fin de una era y llevó a cambios significativos en las regulaciones de seguridad en las competiciones automovilísticas. Su legado perdura, recordándonos la pasión y la valentía que definen a los grandes pilotos. Aunque su vida fue corta, su impacto en el automovilismo y su posición como un ícono cultural perdura en la memoria colectiva.

En conclusión, la vida de Alfonso de Portago fue una amalgama de éxito, pasión y tragedia. Desde su infancia aristocrática hasta su ascenso como piloto de renombre, su vida estuvo inextricablemente entrelazada con la velocidad y la emoción. Su trágica muerte en la Mille Miglia de 1957 dejó un vacío en el mundo del automovilismo, pero su legado sigue vivo, recordándonos la importancia de la seguridad en un deporte donde la velocidad y el riesgo van de la mano.

Además, fue el pionero español en una escudería tan emblemática como Ferrari. Tras él, muchos años después se subieron a los F1 de la marca: Fernando Alonso y Carlos Sainz, como pilotos oficiales, y Marc Gené y Pedro Martínez de la Rosa, como probadores.