Hay días en los que no es necesario hacer nada para que todo salga bien. Uno puede estar quieto, de pie, contemplando el amanecer, y que de repente pase algo inesperado, grandioso y determinante, vital para el devenir del planeta. Eso es así. Y en Inglaterra lo saben. Porque su selección, realmente, no ha hecho gran cosa en este Mundial. No ha jugado especialmente bien, ni ha marcado goles para la memoria, ni ha reescrito la historia del fútbol. No, ese no es su estilo. Southgate ha conseguido que los ‘Three lions’ avancen -esta vez a semifinales- y ganen mientras duermen al público para despertarlo con una victoria; la última, ante Suecia [narración y estadísticas: 0-2].



Inglaterra, para qué engañarnos, no ha propuesto mucho, en general. Se clasificó a cuartos desde los once metros –y marcando de penalti en el tiempo reglamentario– y tampoco quiso cambiar en exceso su estrategia frente a Suecia. Al equipo de Southgate le bastó con comparecer y esperar su oportunidad. Y, tras una primera media hora de bostezos y ganas de siesta, el partido se desperezó –al menos, durante unos minutos–. Los ‘Three lions’ se adelantaron con un tanto de Maguire, que remató de cabeza un córner y puso las cosas en su sitio. Pero eso fue todo. Ni más ocasiones ni mejor juego. Nada más.



Suecia es la que necesitaba recortar distancias. Y, sin parar, empezó a contar ocasiones en la segunda mitad. Todas, eso sí, detenidas por Pickford, de lejos el mejor de Inglaterra sobre el campo. El guardameta, sin hacer ruido, le sacó un cabezazo a Berg y, sobre todo, un disparo a Toivonen, que le pegó desde el punto de penalti. A lo suyo, hizo que los suecos se desesperaran, que atacaran, pero que no consiguieran colocar la pelota dentro de los tres palos.



Y, en Inglaterra, más de lo mismo. El equipo de Southgate, en modo siesta, sin levantarse del sofá, dejó pasar los minutos y contó los segundos para poder desperezarse, celebrar la victoria e iniciar el camino hacia las semifinales, donde se las verá contra Croacia o ante Ruisa, la anfitriona. Otro cruce fácil en pos de acabar levantando el Mundial. Realmente, es el año que mejor lo tiene. No va a tener otra oportunidad similar ni un trayecto tan placido. En cualquier caso, entre bostezo y bostezo, se ha colocado entre las cuatro mejores selecciones del planeta.

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