Este Mundial, antes de que se disputen los cuartos, será recordado por el adiós prematuro de Alemania, por el VAR o por el adiós inesperado de España en octavos. Pero, sobre todo, por ser el torneo de las sorpresas. Sólo así se explica que la anfitriona, Rusia, haya llegado tan lejos. O que Suecia, sin Ibrahimovic, se postule como posible campeona. O que Croacia, poco a poco, se lo crea. O que Japón, en octavos, fuera capaz de plantarle cara –y perder en el último minuto– con Bélgica. Todo eso ha derivado en un cuadro de cuartos descompensado, donde las selecciones fuertes están destinadas a eliminarse unas a otras y las más débiles tienen una oportunidad única para hacer algo grande.

Bélgica entrena con el objetivo de parar a Neymar



El destino ha querido, además, que todas las teóricas favoritas se vean las caras el viernes. El día lo inaugurarán Francia y Uruguay. La primera, candidata a todo después de pasar por encima de Argentina y, sobre todo, tras ver explotar a Mbappé (provocó un penalti e hizo dos goles) en un Mundial. Y la segunda, a pesar de ver caer a Cavani –se lesionó en el choque frente a Portugal– con la vitola de ser un bloque fiable, solvente y extremadamente complicado de batir. Con una defensa que es un muro y un ataque donde Luis Suárez cogerá galones para intentar clasificar a los suyos para semifinales.



El otro choque que se disputará el viernes será el Brasil – Bélgica. De la canarinha, posiblemente, está todo dicho. Han ido de menos a más en el torneo, han visto ya brillar a Neymar (asistencia y gol frente a México) y tienen calidad, fundamentos tácticos y fútbol como para ganar el campeonato. Al otro lado, comparecerá una selección llamada a hacer grandes cosas. Los ‘Red devils’ cuentan con un equipo como para levantar la Copa del Mundo, pero necesitan confirmarlo en el terreno de juego. Sobre todo, después de estar al borde de la eliminación ante México –se hicieron con la victoria en el último minuto–.



Ese es un lado del cuadro, el que deparará que se enfrenten en semifinales dos de estas cuatro selecciones: Uruguay, Francia, Brasil y Bélgica. Es decir, tres favoritas y una candidata firme al título. Tres campeonas del mundo a lo largo de su historia y una por estrenarse pero con jugadores de mucha entidad.



Al otro lado, sin embargo, comparecerán las selecciones más débiles. Ambos partidos se disputarán el sábado. La jornada la abrirán Rusia y Croacia. Es decir, la anfitriona –con un chute de moral importante tras eliminar a España– contra una de las selecciones que mejor fútbol está haciendo en este torneo.



Y, para terminar, Suecia e Inglaterra. O lo que es lo mismo: una auténtica sorpresa y una selección histórica que lleva la friolera de 52 años sin saber lo que es ser campeona del mundo. Para cualquiera de las dos selecciones será histórico estar en semifinales, igual que para Croacia y Rusia. Su objetivo, por tanto, lo han cumplido, ¿pero quién se niega a soñar cuando está a tres partidos de levantar una copa del mundo?

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