John Obi Mikel recibió una llamada que nunca le habría gustado responder el pasado martes. Procedía de Nigeria y en ella se le reveló que su padre había sido raptado. También que debía pagar 21.000 libras (más de 23.000 euros) si quería que fuese liberado. La noticia que recibió el centrocampista de la selección africana no pudo llegar en peor momento: horas antes del trascendental partido de su equipo nacional contra Argentina.

Si el varapalo ya fue suficientemente duro para el exfutbolista del Chelsea, peor resultó que no pudiese hacer nada para remediar el secuestro del cabeza de su familia, Pa Michael Obi, por parte de un grupo de bandidos armados. ¿Por qué? Los captores amenazaron a Obi Mikel con disparar a su padre si le hablaba a alguien del rapto.

Ya que no podía dar parte a las autoridades ni a ningún integrante de la selección de Nigeria sobre lo ocurrido, uno de los jugadores más representativos de este combinado tuvo que ocultar su dolor al mundo y salir a jugar como si nada. Él mismo ha declarado que, a pesar de lo confuso que se encontraba, "no podía defraudar a 180 millones de nigerianos".

Nigeria cayó derrotada por 1-2 ante Argentina el pasado martes y la Policía rescató al padre de Mikel este lunes por la tarde. Seis días después de que fuese secuestrado y no sin dificultades, ya que hubo un tiroteo entre las fuerzas del orden y la banda armada que mantenía cautivo a Pa Michael Obi.

El progenitor de Mikel y su chófer fueron capturados cuando se dirigían a un funeral, con los bandidos que les secuestraron haciéndose pasar por policías en un primer momento. Se los llevaron a un área forestal hasta que fueron liberados hace unas horas. No es la primera vez que el padre de Mikel es secuestrado. Le ocurrió algo parecido en 2011, cuando también fue capturado por un grupo de bandidos. En ese caso, cuando volvía de su lugar de trabajo.

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