Marcelo necesitaba reivindicarse con un gol. Más después de sus malas actuaciones recientes con el Real Madrid: llegó a perder hasta 29 balones en la derrota ante el Tottenham en Champions. Ha tenido que llegar un nuevo parón de selecciones para que el lateral brasileño volviese a sonreír. Y de qué manera, porque el gol que supuso el 0-2 para su equipo nacional ante Japón (1-3 definitivo) fue de los que hacen afición.

Corría el minuto 16 de partido. Neymar, que inauguró el marcador en Lille desde el punto de penalti y que falló otra pena máxima minutos antes (Gabriel Jesús puso el 0-3 en el 36 y el nipón Makino redujo distancias en el 63), fue el encargado de sacar un córner entonces. La defensa nipona rechazó el balón, que acabó en las botas de Marcelo.

No se lo pensó dos veces, por mucho que controlase la pelota con su pierna mala, la derecha: se sacó de la manga un latigazo que acabó colándose por la escuadra de la portería rival de forma inapelable.

Parece que los jugadores madridistas se están abonando al 'obús': Marco Asensio ya logró un tanto también imparable y de bella factura ante Las Palmas. Qué mejor forma de renacer que la elegida por su compañero Marcelo en el amistoso de la 'Canarinha' en tierras francesas.

Porque, como decimos, no está siendo un curso nada fácil para el jugador de Río de Janeiro: lesiones, sancionesimplicación en presunto fraude fiscal, señalado en varias de las derrotas más hirientes del equipo de Zidane... ¿La cosa empezará a remontar a partir de ahora, a base de las buenas vibraciones de estos días junto a un Neymar que, quién sabe, quizá acabe en la capital española a partir de diciembre? Veremos, pero el regreso de la samba va por buen camino.

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