Diego Costa es un jugador de esos de o lo amas o lo odias. Alguien que nunca deja indiferente a nadie, que siempre genera algo en el rival, en los compañeros, en el público y en todos los que le rodean. Es un buen goleador tal y como ha demostrado en La Liga y en la Premier League, pero todos le recuerdan por su carácter peleón y agresivo, a veces incluso extralimitando el reglamento. 

Costa es lo que se suele llamar un dolor de muelas porque puede complicar un partido en un segundo. Tanto al rival como a sus propios compañeros, porque un cruce de cables, expulsión y se quedaban con uno menos. Su temperamento era muchas veces superior a su calidad, tan desbordante que era incapaz de controlarlo. 

En el otro lado de la balanza se encuentran también los futbolistas que lo sufren, los centrales y los porteros que tienen que pegarse partido tras partido con él en una lucha que saben que es desigual porque Costa se mueve como nadie en esa guerra de guerrillas. Comentarios, protestas, agarrones y todo tipo de juego que no se ve, pero que afecta e influye como el mejor de los goles. Si con todo eso, el brasileño conseguía sacar un centímetro de ventaja para llegar una décima de segundo antes al balón, ya estaba la batalla ganada. 

Diego Costa, durante la celebración de la Supercopa de Europa que ganó con el Atleti Instagram

Todas estas tretas y artimañas formaban parte de su juego y de su capacidad y habilidad para sacar partido de cada acción, de cada balón o incluso de cada segundo del partido. No se sabía cuándo podía llegar Costa a decirle algo del central del equipo rival y que terminaba provocando su expulsión, pero pasaba. Ahora, Diego se encuentra sin equipo después de haber salido de una forma muy extraña del Atlético de Madrid, en mitad de la temporada y sin tener un destino reservado. 

Se ha rumoreado mucho con la vuelta a su país, pero nada se ha movido aún. Donde sí que se han movido para recordarle ha sido en la Premier League. Ben Foster, actual portero del Watford que se enfrentó en varias ocasiones a Costa, se ha acordado de él en una entrevista para el canal The Cycling GK y no ha tenido palabras de especial cariño hacia el delantero. 

El palo de Foster

De hecho, cuando a Foster le preguntaron por el jugador con el que menos le había gustado enfrentarse, lo tuvo claro: "Es una buena pregunta y es Diego Costa porque era solamente una pequeña rata asquerosa". El meta soltaba la bomba. Diego Costa solamente se limitaba a gruñir y a arañar; no te dejaba en paz, no te dejaba ni un segundo de respiro".

Luis Suárez entra por Diego Costa, durante el Atlético de Madrid - Granada de La Liga Reuters

Además, Foster ha asegurado que Costa se parece mucho a otro jugador que, precisamente, es ahora quien marca los goles en el Atlético de Madrid y con quien llegó a coincidir durante algunos meses: "Sabes qué, Luis Suárez también era un poco así. Era horrible jugar contra él, te patearía, arañaría, haría cualquier cosa".

A pesar de sus duras palabras, Ben Foster admira de ellos su competitividad y su hambre por ganar, por eso les quiere siempre en su equipo y no como rivales: "Simplemente son ganadores puros, me encantan ese tipo de jugadores. Quieres ese tipo de jugadores en tu equipo. ¡Animales!".

Foster pasó varias temporadas en el Manchester United y allí también conoció a algún jugador con ese gen ganador insaciable: "Compartí algún tiempo con Roy Keane y, para ser justos, me asustó muchísimo. Era un tipo aterrador. Nemanja Vidic también estaba un poco enfermo, sinceramente. Yo diría que Nemanja, con mucho gusto, pondría la cabeza en el extremo de la bota de alguien para evitar que entrara una pelota. Sí, está loco".

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