Jan Oblak para uno de los penaltis en la tanda contra el Inter de Milán

Jan Oblak para uno de los penaltis en la tanda contra el Inter de Milán Reuters

Fútbol

Oblak rompió su gafe con los penaltis: paró más ante el Inter que en su carrera y metió en cuartos al Atleti

La 'leyenda negra' que perseguía al portero esloveno en las tandas fue un 'cuento chino' en el Metropolitano con sus paradas a Alexis y Klaassen.

14 marzo, 2024 13:44

Dos instantes. Dos silencios acongojantes y sus inmediatos arranques de euforia. Jan Oblak dio a todos los aficionados del Atlético de Madrid dos momentos que provocaron que, este jueves, cada uno de ellos se levantara orgulloso de su sentimiento rojiblanco. Dos 'vuelos' en la tanda de penaltis contra el Inter de Milán que pararon el tiempo y valieron el pase a los cuartos de final de la Champions League.

Oblak consiguió algo más: romper un mito. Al portero esloveno, uno de los mejores del mundo en su posición en la última década le persigue un 'sambenito' desde la tanda de penaltis más dolorosa que haya vivido la comuna colchonera. No es otra más que la de la final de Milán, en 2016, contra el Real Madrid. No sólo no paró ninguno de los lanzamientos del equipo blanco sino que, además, estuvo lejos de lograrlo.

Desde entonces se ha dicho que Oblak no para penaltis, lo que en teoría daba una desventaja al Atleti en cada tanda que afrontara. Este miércoles, con sus paradas al chileno Alexis Sánchez y al neerlandés Davy Klaassen, el arquero acabó con su 'leyenda negra'.

[El Atlético de Madrid tiene en sus manos ganar 50 millones y dejar al Barça sin ellos: esta es la razón]

Más allá de sus 'despegues' bajo palos -paró los dos penaltis tirándose al mismo lado-, la otra imagen representativa de Oblak en la tanda de penaltis del Metropolitano llegó antes de la misma. Mientras Diego Pablo Simeone y los jugadores formaban una piña, Jan protagonizaba otra escena en el banquillo.

Oblak se paró unos minutos con Pablo Vercellone, entrenador de porteros del Atleti, sentado y mirando una tablet. En ella, seguramente, aparecían datos y claves a seguir de los lanzadores del Inter y que, en vistas del resultado, le sirvieron al esloveno para crecerse en la portería. Luego se refugió en varios de sus compañeros, como Memphis, Azpilicueta o Hermoso, que le dieron los ánimos finales antes de dirigirse a su zona de combate.

El primer lanzamiento de Çalhanoğlu, a la escuadra, fue imparable, como también la réplica de Depay en el siguiente turno. Oblak hizo seguidamente el primero de sus milagros ante un Alexis que pateó algo centrado. Saúl falló, desaprovechando la oportunidad de poner al Atleti por delante, pero un segundo vuelo de Jan ante Klaassen volvió a dar alas a su equipo. Riquelme marcó, como hicieron después Acerbi y Correa, y Lautaro Martínez lanzó a las nubes el penalti decisivo.

"Al final, es un poco de suerte. Tienes que elegir el lado correcto, tienes que parar el balón y yo creo que, si el jugador lo tira perfecto, es imposible pararlo. Felizmente he podido pararlos. Lo que importa es la victoria a cuartos", reconocía humildemente Oblak tras el partido.

La 'leyenda negra' de Oblak

Pero además de suerte, hay detrás un trabajo. Oblak tuvo la tanda soñada. Hasta la fecha sólo había parado un penalti de 22 que le habían lanzado en tandas de penaltis. El resto, salvo tres que fallaron los lanzadores, habían acabado en gol. Su parada anterior fue en su primer año como atlético, ante el Leverkusen en Champions, y en un partido en el que entró al campo para sustituir al lesionado Moyá. Casualmente, atajó el penalti que lanzó Çalhanoğlu. Ambos se volvieron a ver las caras este miércoles, ahora anotando el turco, pero con mismo resultado en la tanda: victoria rojiblanca.

Antes de la tanda contra el Inter, los números de Oblak en los penaltis eran los siguientes: 13 parados y 47 encajados, sin contar los que fallaron sus rivales. Es decir, un promedio de acierto de 21,6%. Son cifras que no lucen, pero no dejan de ser decentes ante la complejidad de parar un penalti.

Diego Pablo Simeone, durante el partido de vuelta de Champions League contra el Inter

Diego Pablo Simeone, durante el partido de vuelta de Champions League contra el Inter Europa Press

Quien más celebró la tanda mágica de Oblak fue Simeone. El técnico argentino vivió los penaltis moviéndose de un lado a otro en el área técnica, sin querer mirar cada lanzamiento. Se perdió las dos paradas del portero esloveno.

"Se me vino el partido del Leverkusen. Vi los dos primeros, el segundo no lo vi y lo atajó Jan. Y si te están marcando este camino, seguidlo (por superstición). Me pone contento por Jan, está con nosotros en el Atleti y quiere estar con nosotros, es de los mejores de Europa. Nos salvó en las dos primeras del partido, en dos tiros que eran difíciles. Se merece lo que le pasó, como en le sucedió en su partido ante el Leverkusen", explicó el Cholo tras el partido. El héroe fue Oblak.