Los jugadores del Mallorca celebran el pase a la final de la Copa del Rey.

Los jugadores del Mallorca celebran el pase a la final de la Copa del Rey. REUTERS

Fútbol REAL SOCIEDAD 1 (4) - (5) 1 MALLORCA

El Mallorca da la sorpresa ante la Real Sociedad y se convierte en el primer finalista de la Copa del Rey

Un gol de Darder en la tanda de penaltis mandó a los baleares a La Cartuja, donde se medirán al Athletic Club o al Atlético de Madrid.

28 febrero, 2024 00:34

El RCD Mallorca estará en La Cartuja. El equipo de Javier Aguirre se ha ganado por derecho propio la opción de soñar hasta el final con ser campeón de la Copa del Rey por segunda vez en su historia. Hace 21 años ya que derrotaron al Recreativo de Huelva en la final de Elche, y ahora esperan rival para citarse con él en Sevilla dentro de unas semanas. [Así vivimos la victoria del Mallorca ante la Real Sociedad]

Los baleares dieron la gran sorpresa. De entrada partían con el cartel de víctima en esta eliminatoria. Jugaban contra un equipo potente que había conseguido el pase a los octavos de la Champions de manera solvente, que pelea por Europa en La Liga y que cuenta con una gran plantilla. Además, la vuelta era en Anoeta tras el empate de la ida, un factor que podía ser decisivo.

Sin embargo, Javier Aguirre dio una lección de cómo manejar una situación tan estresante como esta, desde el propio partido hasta la gestión previa a la tanda de penaltis. Porque ahí, desde los once metros, es donde se decidió esta primera semifinal de la Copa del Rey.

Quizás la Real fue mejor a los puntos, como se suele decir, durante varios tramos del encuentro, pero el Mallorca sobrevivió y jamás le perdió la cara al partido. Acertó todo desde el punto de penalti y el lanzamiento de Darder ya es historia que se acaba de escribir en los libros del equipo balear. 

Arranque soporífero

El partido desde luego que no fue una oda al fútbol. Fue de esos que hay que digerir poco a poco, de los que tensionan al máximo a los aficionados de uno de los dos equipos pero duermen a los hinchas neutrales que se ponen delante de la pantalla. Sin acercamientos al área, sin tiros entre los tres palos, sin ocasiones de peligro... Nada que llevarse a la boca en los primeros minutos.

Un centro chut de Dani Rodríguez que se marchó muy desviado fue de lo poco potable que hubo en este arranque, una clara muestra de que el miedo atenazaba a ambos equipos. La Real Sociedad se mostraba rígida, sabiendo que tenía el cartel de favorito y que además jugaba en casa con el apoyo de su afición, pero el Mallorca supo leer muy bien el encuentro. 

Javier Aguirre planteó un choque largo. Hizo que los donostiarras estuvieran incómodos y sobre todo acrecentaran las dudas que vienen arrastrando desde hace tiempo en su juego. Esta Real no es aquella alegre, que maravillaba con su juego, es otra diferente que además acusa las bajas. 

Mikel Merino y Larin, durante el Real Sociedad - Mallorca.

Mikel Merino y Larin, durante el Real Sociedad - Mallorca. REUTERS

Hubo que esperar casi media hora para ver el primer lanzamiento entre los tres palos. Al paso por el minuto 28 de juego, Zakharyan partió desde la banda izquierda, se internó hacia el carril central y soltó un derechazo que salió centrado a las manos de Greif. Primera vez que aparecían los guantes de un portero.

Ni siquiera este lanzamiento sirvió para desperezar a la Real. Los dos tenían miedo a cometer un fallo crucial en un partido tan igualado, aunque Abdón Prats estuvo cerca de desequilibrar la balanza cuando ejecutó un lanzamiento desde la frontal que se marchó por muy poco.

Brais Méndez ejecuta el penalti ante el Mallorca.

Brais Méndez ejecuta el penalti ante el Mallorca. REUTERS

Parecía que iba a ser un juego de errores, y aquí fue el Mallorca el que cayó primero. Raíllo tocó el balón con la mano en un centro y Gil Manzano no dudó en señalar penalti. Brais Méndez asumió la responsabilidad en ausencia de Oyarzabal, pero su tiro raso y al centro se topó con la parada de Greif. Se salvaban los de Aguirre antes del descanso.

El partido mejora

Si el primer acto fue un polvorón seco complicado de digerir, la segunda mitad mejoró notablemente. Es verad que no era complicado, pero los dos equipos se animaron mucho más a buscar el pase a la final de la Copa del Rey.

Todo comenzó con el gol del Mallorca. En una buena combinación de los baleares por el costado izquierdo, la jugada fue de carrilero a carrilero. Jaume Costa puso un centro precioso al segundo palo y allí apareció el hombre de la banda contraria. Gio entró con todo desde segunda línea, libre de marca, y picó el remate de cabeza como si fuera un '9' para batir a Remiro. Golazo y ventaja de oro.

Los jugadores del Mallorca celebran el gol ante la Real.

Los jugadores del Mallorca celebran el gol ante la Real. REUTERS

El gol sirvió de azote a la Real Sociedad, que desde ahí hasta el final de los 90 minutos reglamentarios no paró de atacar. Imanol Alguacil también dio entrada al ídolo local, Mikel Oyarzabal, y con ese comodín en la manga es complicado fallar. 

Después de varios intentos fallidos, Mikel apareció para decidir. La jugada por el carril central fue muy buena, Brais Méndez filtró un pase a la espalda de la defensa y Oyarzabal, con la pierna derecha, no falló con un lanzamiento cruzado y raso que se coló en el área. 

Los decibelios subieron como la espuma en Anoeta, que al completo realizó su habitual celebración saltando de espaldas al terreno de juego. Fueron momentos de zozobra para el Mallorca, que buscaba sobrevivir al menos en busca de la prórroga. 

La Real no fue capaz de completar su monólogo y a punto estuvo de pagarlo caro porque en el último minuto el Mallorca casi se lleva el gato al agua. Dani Rodríguez avanzó por la banda izquierda y sirvió al corazón del área, donde apareció Jaume Costa para mandar el balón a las nubes cuando lo tenía todo a favor. Tablas y a la prórroga.

La prórroga

Fue un auténtico milagro que la Real Sociedad no marcara en el arranque de esta prórroga. Una doble ocasión inmejorable se marchó al limbo de puro milagro. Primero remató Mikel Merino de cabeza en el segundo palo y Samu Costa salvó bajo palos, pero más increíble fue lo de después. El rechace lo cazó Tierney, que reventó la bola a quemarropa, pero de nuevo Costa sacó sobre la línea en una acción revisada por el VAR.

Pese al gran susto, el Mallorca no se dejó intimidar y se acercó al área de la Real. De hecho, pidió un posible penalti sobre Muriqi por un despeje de Remiro en el que golpeó con el puño en la cabeza del delantero. Demasiado liviana parecía sin embargo esta acción como para un castigo tan grande.

Los jugadores del Mallorca, exultantes en Anoeta por su pase a la final de la Copa del Rey.

Los jugadores del Mallorca, exultantes en Anoeta por su pase a la final de la Copa del Rey. REUTERS

La segunda mitad de este tiempo extra cayó en el cansancio, las interrupciones y el miedo al error. El encuentro estaba destinado de manera irremediable a la tanda de penaltis, así que los 11 metros decidieron el primer finalista de la Copa del Rey.

Fue una paradoja que el hombre que había conseguido empatar el partido y el más especialista de todos en el lanzamiento de penaltis fuera el único que fallara su intento. Oyarzabal erró en el primer disparo y ahí todo fue cuesta arriba para la Real. Darder tuvo en su mano la opción de cerrar el pase a la final de los suyos, no falló y desató la locura en Mallorca, que ya sueña con volver a levantar el título 21 años después.