La Federación de Fútbol de Indonesia (PSSI) anunció la suspensión de la primera división de fútbol nacional, La Liga 1, durante un periodo de tiempo indefinido después de que un aficionado muriese apaleado por hinchas del equipo rival el pasado domingo.

El presidente de la PSSI, Edy Rahmayadi, indicó que el parón permitirá a las autoridades avanzar en la investigación del suceso, según un comunicado publicado la noche del martes. Edy añadió que el comité disciplinario de la asociación de fútbol se reunirá para determinar las sanciones contra el equipo Persib de Bandung, cuyos aficionados fueron responsables de los actos violentos.

El anunció se produce después de que el ministro de Deportes indonesio, Imam Nahrawi, pidiese este martes en una rueda de prensa a la PSSI que suspendiese la liga durante dos semanas como gesto de respeto hacia la familia de la víctima y para establecer sanciones. "Esto debe ser un momento de introspección para darnos cuenta que una vida es mucho más valiosa que el fútbol", dijo Iman, según otro comunicado del ministerio.

Un grupo de forofos del Persib mataron a golpes, algunos portando objetos contundentes, a Haringga Sirila, hincha del Persija de Yakarta, antes del comienzo del encuentro que enfrentó a ambos equipos en las afueras del estadio Lautan Api de Bandung, a unos 150 kilómetros al este de Yakarta.

Varios videos que circularon en las redes sociales tras el ataque muestran una muchedumbre de aficionados del Persib rodeando el cuerpo malherido de Haringga, mientras algunos de ellos celebran. La Policía de Bandung ha nombrado a ocho personas como sospechosas en la muerte del indonesio, aunque advirtió de que muchas más personas pudieron estar involucradas.

El presidente del PSSI, en el punto de mira

La gestión del presidente de la PSSI ha sido cuestionada por políticos y parte de la sociedad indonesia, que ha iniciado una campaña en su contra en internet que cuenta ya con más de 60.000 firmas.

Sus críticos cuestionan la compatibilidad de su cargo con el de gobernador de la provincia de Sumatra del Norte, que juró a principios de mes, y denuncian la inacción tras el crimen.

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