Leire Olaberría (Icazteguieta, Guipúzcoa, 1977) tiene un palmarés envidiable: un bronce olímpico, otro mundial, un oro y un bronce europeos, dos oros, una plata y un bronce en Copa del Mundo y hasta 26 títulos de campeona de España (23 en pista y tres en carretera). Y, sin embargo, la ciclista vasca colgó la bicicleta con un regusto amargo el pasado mes de abril. ¿Por qué? Asegura que casi todo cambió para ella a partir del momento en el que se convirtió en madre.

El niño marca su vida. Es muy importante y lo sabe. Quizá los llantos del pequeño se escuchan de vez en cuando mientras Olaberría conversa por teléfono con EL ESPAÑOL precisamente por eso. Se hace notar como si él también quisiera defenderse. Porque Leire ha tenido que denunciar a la Federación Española de Ciclismo al sentirse discriminada por intentar aunar maternidad y deporte. La selección le acogió durante 14 años, pero el idilio se acabó de un día para otro.

En 2016, usted fue madre y estuvo un tiempo fuera de competición, como es normal. ¿Ya notó algo raro durante su ausencia o las cosas empezaron a resentirse justo al volver?

El crío nació en diciembre y yo volví a competir a nivel nacional al cuarto mes y a nivel internacional al quinto. En septiembre, recibí la primera llamada de la selección.

Primero, tuvo que costear usted misma los gastos que conllevaba llevar a su bebé y a una persona de apoyo a una concentración. Aunque aceptó, ¿empezó a sentirse defraudada por la Federación ya entonces?

Yo entendía que mi situación deportiva era diferente. Después de la maternidad, tienes otras prioridades. El bebé tenía sus primeros meses y mi equipo me había permitido conciliar perfectamente, sin ningún problema. Sumé los puntos necesarios y entendí que había logrado los resultados necesarios para que la selección me volviese a llamar.

Desde el primer momento, planteé mi maternidad como prioridad. Fui a la concentración de Mallorca y, a raíz de ese punto de partida, empezaron todas las diferencias y problemas. Yo di prioridad a mi situación personal y ellos entendieron que cada vez que me convocaban yo tenía que hacer frente a los gastos extra que supone ir con una criatura pequeña.

A eso se sumó una situación en la que yo no tenía ninguna ambición deportiva. Cuando planteé la situación, parece ser que sólo entendieron la parte técnica. Es la que siguen defendiendo. Mi parte como madre la ignoran desde el primer día.

Usted todavía amamantaba a su hijo por aquel entonces. Y, a la vez, no dejaba de cumplir con sus obligaciones como ciclista. ¿Ese compromiso suyo fue valorado en algún momento?

Creo que ni me han entendido, la verdad. Viendo un poco las respuestas… En el momento en el que recibí la llamada de la selección, empecé a plantearme si iba a volver ahí, si iba a viajar más, si iba a estar en la Copa del Mundo… La lactancia materna tampoco la cortas de un día a otro, aunque era algo que tenía que ir cortando. Mis necesidades como persona eran diferentes, y creo que eso lo valoraron.

Lo que considero es que, desde el minuto uno, lo que no se me ha concedido es el derecho a conciliar. Es lo que estoy intentando decir desde el primer día. Lo han llevado todo al plano técnico. Y de ahí la no oportunidad de volver a correr con la selección nacional, de volver a correr con mi pareja, de volver a hacer la prueba individual olímpica (el ómnium)… Han sido meses duros, de un aprendizaje importante para mí y de una realidad diferente a la que había vivido en el deporte.

Más tarde, tuvo que renunciar a la disputa del Europeo de 2017 por motivos, sobre todo, económicos. ¿Qué le dolió más: no poder competir o no poder ser madre sin trabas?

La concentración en la que tuvimos las diferentes opiniones era justo para este Campeonato de Europa. Es importante detallar que los deportistas de alto nivel vivimos del resultado puntual de esas grandes citas. Si el planteamiento que me haces es que vamos a ir y no somos competitivas, y que a mí el hecho de ir me supone una situación que a nadie le ha costado dinero hasta el día de hoy con la selección… Pues bueno, entendía que quizá era una competición más apropiada para ir con corredoras más jóvenes. Si no estás buscando un rendimiento puntual, entiendo que cualquiera de nosotras podía ir.

¿Las discrepancias con el seleccionador vinieron dadas por su maternidad o hubo algo más?

Yo no puedo decir cuál fue el problema, lo que le pareció mal. Tampoco ha habido ninguna conversación más allá de ese día. Le di mi opinión de la situación técnica como corredora de la disciplina. Joan Llaneras tiene cuatro medallas olímpicas y entiende muchísimo de esta prueba, y mis compañeros eran campeones del mundo de la disciplina. También les pedí su opinión técnica respecto a nuestra situación. Entendían que una pareja con la que no has trabajado nunca, para ir a una gran competición que sabíamos que iba a ser muy exigente, tampoco tenía demasiado sentido en lo deportivo.

Leire Olaberría se retiró antes de lo deseado por sus problemas para conciliar.

También ha tenido sus más y sus menos con el presidente, ¿no?

No, nada hasta el día de hoy. Lo único que le estamos reclamando es que aquí han pasado muchas cosas (se lo notificamos en enero, cuando pedimos una reunión con él y dijo estar muy ocupado para asistir) y se ha actuado como si no hubiera pasado nada. La denuncia que se ha hecho es en base a eso: desde septiembre hasta enero han pasado muchas cosas, los expertos deportivos consultados así lo consideran y ellos siguen actuando como si no hubiera pasado nada. Llevándolo todo al plano deportivo.

Creo que, como persona, mujer y deportista que soy, era una situación puntual: los primeros meses de la criatura, los más complicados. A mis compañeros les he podido ver conciliando sin ningún problema. Mis problemas surgieron cuando quise conciliar y busqué un entorno más adecuado para estar bien.

¿Hubo otras personas de la Federación que empezasen a tratarle de forma distinta tras ser madre?

No. Desde ese día puntual, no ha habido más trato. Sólo ha habido cruces de mails, peticiones de correr y negaciones que incluso llegan a obviar puntos que tengo. Llega un momento en el que te niegan una realidad bastante evidente, como un ranking UCI (Unión Ciclista Internacional), y… Yo ya no vuelvo más a la selección ni a tener oportunidades para nada más.

En ese tiempo, como no podía correr las pruebas olímpicas en las Copas del Mundo (ya que el seleccionador decide quién las corre), me dedicaba al circuito profesional de los Seis Días. En él pude seguir compitiendo a nivel internacional con las mejores corredoras del mundo. Considero que, con el apoyo que he tenido de mi equipo, he podido realizar bien mi trabajo. Y no hemos tenido ningún otro problema.

Lo curioso es que, como dice, usted no tuvo ningún problema con el hecho de ser madre a nivel de clubes.

Yo, de hecho, vuelvo porque la Diputación de Guipúzcoa crea un proyecto dentro de Mujer y Deporte. La idea era ayudar al talento joven de la provincia. El reto de volver al deporte de alta competición, de ver si mi nivel era tan bueno como antes. Si mi nivel no era como el de antes, no quería estar en la alta competición. Porque el nivel mundial, a día de hoy, es muy exigente. Si el objetivo es ir a pasar el rato, considero que se pueden hacer otras cosas en la vida.

¿Sus compañeras siempre le apoyaron?

He tenido gente a mi alrededor. Evidentemente, con 20 años no te planteas lo que puede pasar cuando tienes 30 o 40 o cuando vas a ser madre. A mí me pasaba. Si hubiera tenido una carrera deportiva en la que hubiese llegado a la élite antes, seguramente, para la edad que tengo, ya tendría más hijos o me habría retirado con anterioridad. Se ha dado así: me ha apasionado tanto mi trabajo, y los resultados me acompañaban, que casi me quedo sin poder vivir la experiencia de la maternidad. Ahora que la he vivido, me hubiera dado una pena muy grande haber renunciado a ella por llegar a un nivel profesional.

¿Cuál fue el momento más difícil de todo este proceso?

Ha habido momentos de incomprensión. Yo puedo llegar a entender que en un momento dado no se entienda que yo plantee que para mí quizá es más importante la maternidad que un rendimiento puntual. Pero que aún quieras seguir ignorándolo después de tantas semanas y meses… No sé, igual es un problema más grande de lo que yo me podía plantear.

También puedo decirle que, desde la experiencia de la maternidad, creo que la fuerza que he sentido con el crío a mi lado me ha ayudado a llevarlo mejor. Y también a entender que, si no querían valorar nuestro trabajo, sabemos vivir de otra manera. El deporte de alta competición ha sido apasionante, con años maravillosos. Pero si no se podía dar de la manera en la que mi equipo me ha demostrado que se podía dar… Quizá ya no tenía mucho sentido.

¿Cuándo decidió que iba a presentar su denuncia contra la Federación?

Se hizo una primera denuncia en enero, cuando la propia Federación nos recomendó presentarla ante el Comité de Disciplina. El objetivo era poder estar en la concentración para ir al Campeonato del Mundo. Los plazos de esa resolución se saltaron, y decidimos retirar esa denuncia en el momento en el que se hizo pública la lista y yo no estaba entre los deportistas. Pasamos a hacerla fuera del ámbito de la Federación, porque entendíamos que, si desde el principio estaban ignorando mi situación personal, ellos iban a resumirlo todo al plano técnico. Es donde ha estado desde el minuto cero mi situación personal. Fue un momento puntual que quizá requería un poquito más de delicadeza. Las respuestas que me he llevado han sido totalmente decepcionantes.

Olaberría vivió una realidad totalmente distinta a partir de su regreso tras ser madre. FGC

¿Pidió consejo a otras deportistas madres antes de dar el paso?

He visto casos de ciclistas a nivel internacional que realmente lo habían hecho de una manera brillante. Como Kristin Armstrong, que consiguió su última medalla olímpica en Río con 43 años. Mientras conseguía medallas olímpicas, iba, era madre, volvía y otra vez daba un nivel increíble. Desde la situación de que no sabes cómo puede ser la maternidad, era como '¡Madre mía, qué capacidad!'. Al poco tiempo de mi maternidad, Laura Trott, una leyenda del ciclismo en pista, también fue madre.

Ver cómo mis compañeras están consiguiendo conciliar en Europa y la situación que yo he vivido ha sido un poquito frustrante. También es admirable cómo ha llevado la maternidad Maialen Chourraut. Su gran resultado deportivo también viene después de ser madre. En el momento en el que eres madre y te das cuenta de la dificultad de estar en forma, porque es bastante más complicado que antes, todas esas medallas olímpicas de oro tienen un valor inmenso. Porque ahora sé todo lo que hay detrás de cada una de ellas.

¿No le ha dado más rabia pasar tantas dificultades para ser madre y, a la vez, deportista al ver cómo Serena Williams, Gemma Mengual o Nuria Fernández, por ejemplo, lo han logrado?

Sí. Entiendo que cada país, deportista y disciplina viven una realidad diferente. Cuando volví, siempre pensé que el máximo obstáculo sería estar de nuevo a nivel internacional. Pero lo complicado ha sido ver que el nivel lo podía dar, que equipos más pequeños han tenido la sensibilidad e idea muy clara de lo que supone ayudar a una madre deportista, y que a mí me haya tocado vivir esta situación. Entiendo que en la vida las cosas siempre pasan por algo. Y a mí me ha tocado vivir esta situación y aprender de ella.

Imagino que duele aún más cuando hablamos de una deportista con un palmarés como el suyo y, todavía más importante, de una medallista olímpica.

Siempre defiendo que he podido vivir momentos inmensamente felices como deportista. Siempre he trabajado todo lo duro que he podido. Y, afortunadamente, he podido vivir momentos deportivos muy grandes. Pero mi perspectiva ha cambiado un poco. Me preocupa lo que piensan mi familia y amigos. Tampoco me gusta ir pidiendo explicaciones a la gente. Cada uno sabrá el motivo por el que lo ha hecho. Siempre, en estos 14 años que he estado en el equipo nacional, he trabajado para darlo todo. Siempre había dicho a todo que sí. En el momento en el que se ha dado una situación personal un poco diferente y he dado una respuesta diferente, no lo han querido entender.

¿Intentó solucionar las cosas para no tener que llegar a estos extremos?

Muchas opciones no ha habido. Desde esa primera concentración, ya no hay más comunicación. Llamé al director técnico de la Federación para contarle lo que había pasado. También al técnico del Consejo Superior de Deportes y a mis patrocinadores. Luego hubo un momento en noviembre, creo, en el que mi entrenador llamó al seleccionador para decirle que tenía mi planificación y que no sabíamos nada. Es cuando recibimos la llamada en la que nos dice que nunca más va a volver a contar conmigo. Todo volvía a esa primera concentración. Se supone que la respuesta que le di no le gustó y lo llevó sólo al plano técnico. Como él manda en eso, tomó esa decisión. A partir de ahí, nadie más en la Federación se ha preocupado por nada más.

¿Ha encontrado predisposición en el Consejo Superior de Deportes a la hora de ayudarle con su caso?

Tengo muchas ganas de hablar con María José Rienda. Creo que ella, como deportista, sí que puede tener una sensibilidad más grande. Poder entender lo que he vivido. El objetivo es contar lo que ha pasado: contar, desde mi punto de vista y mi situación, las respuestas que he podido dar por el motivo que he podido dar y las respuestas que he recibido. Creo que dar un 'no' en un momento puntual por una situación personal me ha hecho pagar una factura que me ha parecido bastante cara.

Entonces, ¿se ha quedado un poco desencantada con el mundo del deporte por todo lo que le ha pasado en estos últimos tiempos?

Entiendo que el deporte tiene unos valores tremendos. Pero si me hubiera ido para ser madre y no hubiese vuelto al deporte, tendría una sensación diferente a la que tengo ahora que me voy. En toda mi carrera, todo se ha resumido a trabajar, trabajar y trabajar. Y a conseguir algunos objetivos y otros no. De repente, me iba a ir sin haberme llevado este aprendizaje. Creyendo que quizá las personas para las que he estado trabajando eran de otra manera. En la vida todo es importante, todo te hace crecer como persona y todo te ayuda a tener tus valores mucho más claros.

Se retiró en abril de este mismo año. ¿Porque ya tocaba o debido a lo que le ha tocado vivir en su recta final deportiva?

Tenía muy claro que me quedaba un poquito más. No mucho más. Sé la edad que tengo y lo que quiero en la vida. Sobre todo, en la deportiva. Entendía que si seguía era porque mi nivel era realmente bueno y porque todo ayudaba para poder hacerlo. Si seguía, también tenía muy claro que era estando en los grandes eventos y competiciones. Si ya me cortan esas puertas, no le veía mucho sentido a seguir luchando y estando en forma. Ahora esto último es más difícil que antes para mí. Me voy con la conciencia tranquila de que lo he dado siempre todo, de que me he vaciado. Cuando en un momento dado he tenido que defender mi derecho a ser madre y a conciliar (los considero derechos fundamentales), me ha gustado defender eso y no se va a cumplir… Creo que el deporte me ha dado mucho y es mi pasión, pero quizá puedo aportar más sin dar pedales que dando pedales.

Aquel bronce olímpico en Pekín ya queda muy lejos para Olaberría. Julio Muñoz EFE

¿Qué opina de la versión de la Federación, que expone que usted no quiso competir con la pareja que se le había asignado de cara al Europeo de 2017?

Sí, es la misma respuesta que he recibido desde el primer día. Siguen ignorando mi maternidad cuando desde el momento en el que me convocaron sabían que era una deportista con un bebé en sus primeros meses. Considero que sabían la situación antes de ir, que no han hecho nada para que yo pudiera conciliar mi situación deportiva con la personal. Evidentemente, donde ellos están cómodos es en el plano técnico. Donde realmente se pueden defender. Pero esto, desde el primer momento, no ha sido sólo algo técnico. Era una situación técnica sumada a una personal. En todo momento han sabido cuál era mi situación. Así se lo hice saber cuando me llamaron para convocarme.

¿Le echa para atrás que el Comité de Disciplina federativo no le diese la razón a usted cuando alegó discriminación?

Las respuestas que recibimos son un tanto sorprendentes. No controlo quién dirige el Comité de Disciplina. Por eso, entendimos que esta situación había que sacarla del ámbito de la Federación. Si las personas a las que estábamos consultando, que eran expertas en leyes deportivas, decían que habían pasado cosas… Pues es un poquito difícil de entender que el Comité de Disciplina diga que aquí no ha pasado nada. Y vamos a seguir adelante.

Tras hacer pública su historia, ¿cuál ha sido el sentir general al respecto que ha notado usted?

La gente más cercana conoce la situación desde hace mucho tiempo. Pero para mí ha sido importante el apoyo que he recibido desde las instituciones. Como la Diputación, que quiere hacer un deporte desde la igualdad, la inclusión y la justicia. A la gente le sorprende que la alta competición, a día de hoy, no sea un entorno demasiado adecuado o fácil para una mujer que quiere seguir siendo deportista, competir a nivel internacional y conciliar su vida familiar con la deportiva.

¿Confía en que la situación de las madres deportistas puede cambiar gracias a su paso adelante?

No, yo ya no confío en nada ni prácticamente en nadie que no conozca. Creo que era necesario hacerlo público para que se sepan las cosas que pueden pasar, y ya está. No es nada agradable contarlo públicamente. Es menos agradable vivirlo. Pero creo que es necesario contarlo. Todo lo demás ya no está en mis manos.

¿Cree que el CSD y la UCI sí fallarán a su favor?

Como he dicho antes, ya no confío en nada. He contado lo que me ha pasado. Está documentado con informes, mails, todo lo que ha ido pasando… Me encantaría que dieran una valoración de lo que ha pasado. Confío en muy poquita gente. Iremos viendo lo que puede pasar y si esto realmente ha podido servir para algo.

Sabemos cómo ha vivido usted esta situación. Su hijo no habrá sido consciente de lo que ha ido pasando, pero…

Él no sabe la fuerza que me ha podido dar para luchar y defender un poquito mis derechos. Gracias a que la criatura está en nuestras vidas, he aprendido a valorar las cosas de otra manera. Y a superar las dificultades también desde otro punto de vista. Sabiendo que mi primera prioridad era él. Pudiendo cuidarle y viéndole crecer, yo podía seguir haciendo mi trabajo. Esa experiencia, durante todo este año, ha sido increíblemente exigente y bonita.

¿Y qué consejo le daría a una deportista de élite que quiera ser madre o que ya lo sea?

[Risas] ¡Madre mía, qué pregunta! La animaría, pero también le avisaría. Evidentemente, cuando tomas la decisión no sabes lo que viene. Y creo que es importante hacerle ver a la gente que tú te transformas desde el momento en que estos entran en tu vida. Pero creo que, aunque igual puntualmente hay un momento en el que te tienes que dedicar más a ellos que a tu oficio, te aportan mucho más de lo que te quitan. En un período de tiempo no demasiado largo. Es una experiencia increíblemente bonita para vivir.

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